/ lunes 3 de mayo de 2021

Agua: El futuro nos alcanzó | Rosario Robles Robles

De acuerdo a Moreno (1995), el agua de lluvia en Sonora es la mitad al promedio nacional y 13 veces menor que en Chiapas, con el problema del fenómeno de la niña, la sequía que inicia en el 2019 se ha agudizado. El abasto de agua no está garantizado en los diferentes municipios del estado, en Sonora el 97 por ciento de toda el agua se destina al sector agrícola apenas 2 % es para uso urbano y el resto a la ganadería y la industria. En la agricultura se pierde el 40% en conducción, esto se ha analizado por lo menos desde 1995, sin embargo, poco se ha hecho para evitar su desperdicio tanto en el uso comercial como en la red que abastece a la población.

Mientras la demanda del líquido crece en las ciudades y los habitantes de las zonas pobres pagan mucho más por tener agua y lo más caro es que no la tienen y al menos 6 municipios de Sonora, su carencia afecta la vida diaria de sus pobladores. Estudios recientes muestran que actualmente la disponibilidad de agua por habitante se ha reducido en un 10%, sin embargo, se estima que para el 2030 esta reducción alcance un 25%, en una zona donde ya de por sí padece una escasez de agua. Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que para el 2030 Sonora enfrentará condiciones de “estrés hídrico” que limitarán la cantidad de agua disponible para los distintos usos, incluido el humano.

Esta situación obliga a las industrias, agricultores, ganaderos y usuarios a tener un mejor uso del agua y a los gobiernos a buscar nuevas fuentes de abastecimiento como el mar. Pero también se tiene que construir una cultura de cuidado y conservación del agua, debido a que, pese a su escasez se desperdicia hasta un 40% en los cultivos agrícolas y también los organismos operadores de agua no han invertido en el tratamiento de agua y en la red de agua potable para evitar las fugas de agua.

En enero Sonora declaró en 43 municipios la emergencia por sequía, los apoyos que otorgará la federación se orientan a garantizar el agua para el consumo humano, esta es la situación actual del estado, el sector agroalimentario pasó por una díficil situación debido a que han muerto más de 130 mil cabezas de ganado y en el Valle del Mayo quedaron 30 mil hectáreas sin sembrar. Por lo que este sector requiere apoyos del Estado e implementar nuevas formas y cultivos de producción agrícola, más acorde a la realidad del agua en el estado.

Algunas de las propuestas para el consumo y cuidado del agua en mi gobierno son:

Se requiere apoyar a los pequeños agricultores para que modernicen sus sistemas de riego e incentivar a los organismos municipales para que revisen sus sistemas de distribución de agua.

Se mejorará e incentivará a las diferentes industrias para fomentar el reciclaje de agua y una nueva cultura del agua que incluya el cultivo de agua.

Analizar la opción de la desaladora para los municipios cercanos al mar y que su operación sea con energía solar, debido al alto consumo de energía eléctrica que encarece el servicio.

Armonizar y vincular los atlas de riesgo a los planes de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial para tener una visión preventiva y prospectiva en el crecimiento de las ciudades.

Los organismos operadores de agua de los municipios requieren invertir para modernizar su infraestructura de la red de agua potable.

De acuerdo a Moreno (1995), el agua de lluvia en Sonora es la mitad al promedio nacional y 13 veces menor que en Chiapas, con el problema del fenómeno de la niña, la sequía que inicia en el 2019 se ha agudizado. El abasto de agua no está garantizado en los diferentes municipios del estado, en Sonora el 97 por ciento de toda el agua se destina al sector agrícola apenas 2 % es para uso urbano y el resto a la ganadería y la industria. En la agricultura se pierde el 40% en conducción, esto se ha analizado por lo menos desde 1995, sin embargo, poco se ha hecho para evitar su desperdicio tanto en el uso comercial como en la red que abastece a la población.

Mientras la demanda del líquido crece en las ciudades y los habitantes de las zonas pobres pagan mucho más por tener agua y lo más caro es que no la tienen y al menos 6 municipios de Sonora, su carencia afecta la vida diaria de sus pobladores. Estudios recientes muestran que actualmente la disponibilidad de agua por habitante se ha reducido en un 10%, sin embargo, se estima que para el 2030 esta reducción alcance un 25%, en una zona donde ya de por sí padece una escasez de agua. Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que para el 2030 Sonora enfrentará condiciones de “estrés hídrico” que limitarán la cantidad de agua disponible para los distintos usos, incluido el humano.

Esta situación obliga a las industrias, agricultores, ganaderos y usuarios a tener un mejor uso del agua y a los gobiernos a buscar nuevas fuentes de abastecimiento como el mar. Pero también se tiene que construir una cultura de cuidado y conservación del agua, debido a que, pese a su escasez se desperdicia hasta un 40% en los cultivos agrícolas y también los organismos operadores de agua no han invertido en el tratamiento de agua y en la red de agua potable para evitar las fugas de agua.

En enero Sonora declaró en 43 municipios la emergencia por sequía, los apoyos que otorgará la federación se orientan a garantizar el agua para el consumo humano, esta es la situación actual del estado, el sector agroalimentario pasó por una díficil situación debido a que han muerto más de 130 mil cabezas de ganado y en el Valle del Mayo quedaron 30 mil hectáreas sin sembrar. Por lo que este sector requiere apoyos del Estado e implementar nuevas formas y cultivos de producción agrícola, más acorde a la realidad del agua en el estado.

Algunas de las propuestas para el consumo y cuidado del agua en mi gobierno son:

Se requiere apoyar a los pequeños agricultores para que modernicen sus sistemas de riego e incentivar a los organismos municipales para que revisen sus sistemas de distribución de agua.

Se mejorará e incentivará a las diferentes industrias para fomentar el reciclaje de agua y una nueva cultura del agua que incluya el cultivo de agua.

Analizar la opción de la desaladora para los municipios cercanos al mar y que su operación sea con energía solar, debido al alto consumo de energía eléctrica que encarece el servicio.

Armonizar y vincular los atlas de riesgo a los planes de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial para tener una visión preventiva y prospectiva en el crecimiento de las ciudades.

Los organismos operadores de agua de los municipios requieren invertir para modernizar su infraestructura de la red de agua potable.