/ viernes 8 de marzo de 2019

Amat Cucapah


Paraíso Indígena Desgarrado

Es el “Tío San”, el primer barquito de vapor que inició la “ era moderna” de navegación sobre el río Colorado; en su primer viaje tomó 15 días, recorrió un poco más de 180 kilómetros en ruta curveada, desde la bocana hasta el Fuerte Yuma, en diciembre de 1852.

Desde entonces, los viajes navegaron entre 9 y 14 días, a veces sobre un fondo de 2 pies y medio de agua, pasando entre las rancherías Cucapah, llegaban a la recién fundada Ciudad Arizona, frente al Fuerte.

Una principal razón del tardado viaje, es que los barcos se detenían, por la falta de leña, único combustible de sus calderas; buscaban, cortaban y cargaban la leña para continuar navegando. Fue acierto de la Steam Naviation Company aumentar potencia del motor a los barcos y reducir las paradas para cargar leña; cortaron miles de mezquites.

Muchos patios leñeros fueron abiertos, espaciados a distancia de un día de viaje-algunas 30 millas-; al barco se amarraba durante la noche, cargándosele leña, evitando viajar obscuras, porque la luz de antorchas no era suficiente, en ruta incierta.

Las yardas leñeras fueron un negocio más para yanquis y agobio para indígenas; se pagó el trabajo por cortar, peró jamás se pagó el precio de la leña; se escuchó referir ingresos de cortadores, ascendiendo hasta $5,000 al año, como $96 pesos por semana o 19 Pesos diarios, pagados en plata.

Así nació en Ogden City enorme comercio manejando abundante dinero en venta sobre “El Patio”, como: compra-venta de semillas, forraje, ganado, herramienta, armas, tabaco, vestimentas; ¡Aaah! lo más importante: todo contagió su displicencia hasta el Rancho Coyotero de la Nochebuena llegado hasta allá: alcohol, la ruleta, naipes, rayuela, “el gorrazo”, “las muchachas”, los dados; también hasta allá llegaron los predicadores.

Calendarizado estaba arribar barco al atracadero de Ogden City el día de paga; era un verdadero acontecimiento: gran fiesta, subastando a gritos: caballos, rifles, espuelas, oro en greña, aparejos y aperos; cobrados y pagados en efectivo apuestas o servicios.

De una visita que hiciera C. G. Johnson a estos puertos deltaicos del bajo Colorado, informa: “los cucapahs gustan de las monedas de plata, aumentando su adicción al juego de apuestas; narra:... “pardeando la tarde extienden una cobija al suelo, jugando cartas y monedas día y noche alrededor de las lumbradas; los acompaña mucha concurrencia con gritos, canciones, carcajadas, horrendos alegatos, arman pleitos tan temerosos como si regresaran a su original estado de salvajismo; cuando se cansan de sus enojos y enemistades llenos de tierra -por sus revolcadas- corren desapareciendo en sus chozas, o huyen en los espesos ramales entre las mezquiteras del río Colorado.

Continua diciendo Johnson: cotidianamente las mujeres usan tiempo cuidando sus niños, preparan comida para ellas mismas y sus hombres guerreros; pero estas mujeres son también aficionadas a negocios y a juegos de azar; andan animadas en medio de los hombres, apostando fuertemente al lado de su favorito.

Estostugurios estuvieron a campo raso,el oro y la plata fue común verlo ahí,eran las monedas circulantes para el negocio: cobros, pagos, anticipos,préstamos y arreglo en acuerdos; la modernidad trajo vicio y perversión a laconvivencia silvestre del Paraíso Cucapah.


Paraíso Indígena Desgarrado

Es el “Tío San”, el primer barquito de vapor que inició la “ era moderna” de navegación sobre el río Colorado; en su primer viaje tomó 15 días, recorrió un poco más de 180 kilómetros en ruta curveada, desde la bocana hasta el Fuerte Yuma, en diciembre de 1852.

Desde entonces, los viajes navegaron entre 9 y 14 días, a veces sobre un fondo de 2 pies y medio de agua, pasando entre las rancherías Cucapah, llegaban a la recién fundada Ciudad Arizona, frente al Fuerte.

Una principal razón del tardado viaje, es que los barcos se detenían, por la falta de leña, único combustible de sus calderas; buscaban, cortaban y cargaban la leña para continuar navegando. Fue acierto de la Steam Naviation Company aumentar potencia del motor a los barcos y reducir las paradas para cargar leña; cortaron miles de mezquites.

Muchos patios leñeros fueron abiertos, espaciados a distancia de un día de viaje-algunas 30 millas-; al barco se amarraba durante la noche, cargándosele leña, evitando viajar obscuras, porque la luz de antorchas no era suficiente, en ruta incierta.

Las yardas leñeras fueron un negocio más para yanquis y agobio para indígenas; se pagó el trabajo por cortar, peró jamás se pagó el precio de la leña; se escuchó referir ingresos de cortadores, ascendiendo hasta $5,000 al año, como $96 pesos por semana o 19 Pesos diarios, pagados en plata.

Así nació en Ogden City enorme comercio manejando abundante dinero en venta sobre “El Patio”, como: compra-venta de semillas, forraje, ganado, herramienta, armas, tabaco, vestimentas; ¡Aaah! lo más importante: todo contagió su displicencia hasta el Rancho Coyotero de la Nochebuena llegado hasta allá: alcohol, la ruleta, naipes, rayuela, “el gorrazo”, “las muchachas”, los dados; también hasta allá llegaron los predicadores.

Calendarizado estaba arribar barco al atracadero de Ogden City el día de paga; era un verdadero acontecimiento: gran fiesta, subastando a gritos: caballos, rifles, espuelas, oro en greña, aparejos y aperos; cobrados y pagados en efectivo apuestas o servicios.

De una visita que hiciera C. G. Johnson a estos puertos deltaicos del bajo Colorado, informa: “los cucapahs gustan de las monedas de plata, aumentando su adicción al juego de apuestas; narra:... “pardeando la tarde extienden una cobija al suelo, jugando cartas y monedas día y noche alrededor de las lumbradas; los acompaña mucha concurrencia con gritos, canciones, carcajadas, horrendos alegatos, arman pleitos tan temerosos como si regresaran a su original estado de salvajismo; cuando se cansan de sus enojos y enemistades llenos de tierra -por sus revolcadas- corren desapareciendo en sus chozas, o huyen en los espesos ramales entre las mezquiteras del río Colorado.

Continua diciendo Johnson: cotidianamente las mujeres usan tiempo cuidando sus niños, preparan comida para ellas mismas y sus hombres guerreros; pero estas mujeres son también aficionadas a negocios y a juegos de azar; andan animadas en medio de los hombres, apostando fuertemente al lado de su favorito.

Estostugurios estuvieron a campo raso,el oro y la plata fue común verlo ahí,eran las monedas circulantes para el negocio: cobros, pagos, anticipos,préstamos y arreglo en acuerdos; la modernidad trajo vicio y perversión a laconvivencia silvestre del Paraíso Cucapah.