/ viernes 5 de junio de 2020

AMAT CUCAPAH

Kwoxot vive en Winterhaven




En julio 17 de 1781, cuando multitud de indígenas convocados por Yumas-Quechan destruyeron las misiones Purísima Concepción y Bicuñer, donde realmente el jefe Kwoxot perdió control, identificando a los “Cuchan” como sanguinarios.

Quince años después, José Joaquín Arrillaga vino atravesando montañas de San Pedro Mártir, buscando camino hacia Sonora cruzando el Colorado; estando entre rancherías Cucapah del desemboque preguntó por los Quechan y Salvador Palma, respondieron: “Kwoxot, está vivo”.

Arrillaga continuó hacia el Norte, divisando numerosa cuadrilla indígena en actitud comedida, muy parecidos a los Cucapah de pasadas rancherías, pero percibió que éstos sigilosamente avanzaban, moviéndose estratégicamente rodeando sus militares, esperando momento para atacarlos y sucedió: Los cuchanos emboscaron a los californios, éstos defendiéndose bravamente salvan la vida, aquel octubre 20 de 1796.

Esos cuatreros en 1822, cuando Agustín de Iturbide dispuso reestablecer comunicación terrestre desde San Francisco hasta la Ciudad de México, recuperando el trayecto “Camino del Diablo”, ordenó a Fray Félix Caballero, misionero dominico en San Miguel y Santa Catalina, encontrar ruta desde allá hasta Arizpe, capital de Sonora, para establecer posta militar, al cruzar el Colorado.

Con dos PaiPai, Caballero salió en abril 14 de 1823; después de 6 días, caminó sobre margen sonorense del Colorado, entrando el 20 de abril al Amat (SLRC) y el 21 el capitán Quamay lo escolta con once bravos y fuertes hombres pasando Jailxquoac (Laguna Prieta) hacia sierra de Tinajas Altas.

Caballero llegó a Arizpe finalizando mayo; entregó reporte del acontecer; luego fue con el capitán José Romero reuniéndose en Tucson, quien ofreció escoltarlo de regreso cabalgando la nueva ruta a Santa Catalina, cruzando el Colorado, próximo al desemboque.

Un siniestro impidió el éxito; despedidos beneplácitamente desde Amat, 2 de julio ayudados por unos “muy comedidos” cuchanos, quienes fabricaron pangas pasándoles cargas y caballos; al trasladar juntas las personas a Baja California, los cuchanos impulsaron las pangas soltándolas a media corriente; estuvieron a punto de morir ahogados, llegando todos vivos, pero dispersos a Santa Catalina.

Un engaño documentado finalizando 1827 sucedió a cazadores encabezados por James Ohio Pattie, vinieron en travesía desde Kentucky como tramperos acumulando pieles de venado, búfalo, lobo, castor y mapache por piel para talabarterías; transitaron amistosamente entre los yumas y topándose con los cuchanos, éstos les recomendaron instalarse al oriente, 16 millas al Sur del Gila y Colorado.

Aunque no está comprobado, ayudaron levantándoles campamento y corral para la caballada, pues venía borrascosa tormenta; pasada medianoche del primero de diciembre, en densa oscuridad, ventarronazo, relámpagos y truenos de lluvia, los alaridos espantosos de la indiada señalaron el robo de sus caballos, lanchas, arreos y provisiones; James Ohio y sus compañeros escaparon paredones al Sur.

A luz del día atinaron con Cucapah, quienes los auxiliaron y por marcas en armas abandonadas de los asaltantes, reconocieron ser de los Cuchan.

Fue común decir “Cuchan” como tramposo; porque los descendientes de Kwoxot son los valientes, veloces y francos Quechan, quienes aún viven en Winterhaven.

Referencia: Libro Puerto Isabel

federicoiglesias50@gmail.com

Kwoxot vive en Winterhaven




En julio 17 de 1781, cuando multitud de indígenas convocados por Yumas-Quechan destruyeron las misiones Purísima Concepción y Bicuñer, donde realmente el jefe Kwoxot perdió control, identificando a los “Cuchan” como sanguinarios.

Quince años después, José Joaquín Arrillaga vino atravesando montañas de San Pedro Mártir, buscando camino hacia Sonora cruzando el Colorado; estando entre rancherías Cucapah del desemboque preguntó por los Quechan y Salvador Palma, respondieron: “Kwoxot, está vivo”.

Arrillaga continuó hacia el Norte, divisando numerosa cuadrilla indígena en actitud comedida, muy parecidos a los Cucapah de pasadas rancherías, pero percibió que éstos sigilosamente avanzaban, moviéndose estratégicamente rodeando sus militares, esperando momento para atacarlos y sucedió: Los cuchanos emboscaron a los californios, éstos defendiéndose bravamente salvan la vida, aquel octubre 20 de 1796.

Esos cuatreros en 1822, cuando Agustín de Iturbide dispuso reestablecer comunicación terrestre desde San Francisco hasta la Ciudad de México, recuperando el trayecto “Camino del Diablo”, ordenó a Fray Félix Caballero, misionero dominico en San Miguel y Santa Catalina, encontrar ruta desde allá hasta Arizpe, capital de Sonora, para establecer posta militar, al cruzar el Colorado.

Con dos PaiPai, Caballero salió en abril 14 de 1823; después de 6 días, caminó sobre margen sonorense del Colorado, entrando el 20 de abril al Amat (SLRC) y el 21 el capitán Quamay lo escolta con once bravos y fuertes hombres pasando Jailxquoac (Laguna Prieta) hacia sierra de Tinajas Altas.

Caballero llegó a Arizpe finalizando mayo; entregó reporte del acontecer; luego fue con el capitán José Romero reuniéndose en Tucson, quien ofreció escoltarlo de regreso cabalgando la nueva ruta a Santa Catalina, cruzando el Colorado, próximo al desemboque.

Un siniestro impidió el éxito; despedidos beneplácitamente desde Amat, 2 de julio ayudados por unos “muy comedidos” cuchanos, quienes fabricaron pangas pasándoles cargas y caballos; al trasladar juntas las personas a Baja California, los cuchanos impulsaron las pangas soltándolas a media corriente; estuvieron a punto de morir ahogados, llegando todos vivos, pero dispersos a Santa Catalina.

Un engaño documentado finalizando 1827 sucedió a cazadores encabezados por James Ohio Pattie, vinieron en travesía desde Kentucky como tramperos acumulando pieles de venado, búfalo, lobo, castor y mapache por piel para talabarterías; transitaron amistosamente entre los yumas y topándose con los cuchanos, éstos les recomendaron instalarse al oriente, 16 millas al Sur del Gila y Colorado.

Aunque no está comprobado, ayudaron levantándoles campamento y corral para la caballada, pues venía borrascosa tormenta; pasada medianoche del primero de diciembre, en densa oscuridad, ventarronazo, relámpagos y truenos de lluvia, los alaridos espantosos de la indiada señalaron el robo de sus caballos, lanchas, arreos y provisiones; James Ohio y sus compañeros escaparon paredones al Sur.

A luz del día atinaron con Cucapah, quienes los auxiliaron y por marcas en armas abandonadas de los asaltantes, reconocieron ser de los Cuchan.

Fue común decir “Cuchan” como tramposo; porque los descendientes de Kwoxot son los valientes, veloces y francos Quechan, quienes aún viven en Winterhaven.

Referencia: Libro Puerto Isabel

federicoiglesias50@gmail.com