/ viernes 24 de julio de 2020

AMAT CUCAPAH

De San Jerónimo al río Tizón



Mediando septiembre de 1540, Melchor Díaz salió de San Jerónimo de los Corazones (Ures) hacia el Noroeste sonorense, para encontrarse con Hernando de Alarcón, sobre 32° latitud.

Condujo 25 militares, llevando guías nativos para internarse en el Desierto de Altar, cruzando la zona volcánica del Pinacate, llega hasta la bocana del Río Colorado, considerándola en 20 km de ancho.

Referimos a Díaz caminando sendero milenario Pápago, rastreado desde Quitovac-Sonoytdag, abastecido de agua en fuente Quitovaquita; enfila al escudo Norte pinacateño, entre claros flanqueados por lava; alivia la sed en charcos de la playa; atravesando médanos del Tuseral, endereza hacia Puerto del Águila, descubriendo el escenario de Sierra de la Lechuguilla y los Alacranes.

Provee agua en Tinajas Altas, luego enfila hacia los peñones del Capitán, llegan obligado a Laguna Prieta (25 kilómetros de San Luis Río Colorado), de ahí avanzó al Suroeste conviviendo con Cucapah, Quiquimas, Cutganes, Dieguinos y Quechan en márgenes del bajo Colorado, caminando sobre humedales de la Salada (La Bolsa).

En orillas del Colorado, Melchor Díaz miró a los indígenas mitigar el excesivo frío, cargando en una mano un tizón ardiendo, nadando lo alternaban en sus manos, de esta manera bautizó la corriente como “río Tizón”.

Desde San Jerónimo hasta ahí caminaron aproximadamente 600 km; provincia con gente desnuda, demasiado alta y membruda, pareciendo gigantes; sus habitaciones, largas chozas de paja como zahúrdas, debajo de tierra, sobresalían del camino poco más que la paja, ellos entraban por una parte y salían por el otro lado, durmiendo en una choza más de 100 entre chicos y grandes.

Cuando cargan, llevan sobre sus cabezas más de tres y cuatro quintales (400 kg). Cierta ocasión, unos niños querían traer un tronco para el fuego, fueron seis hombres de Melchor a traerlo, sin poder moverlo; llegó un nativo, levantó el tronco hasta sus brazos y lo alzó sobre su cabeza cargándolo livianamente.

Terminado septiembre, Díaz cruza en media legua de ancho el río Tizón, caminando cuatro días hacia el Norte sobre California, llevándolo los nativos al lugar donde una gran cruz, formada con tronco de un árbol, mostraba la leyenda: “Alarcón, cartas al pie”; capta que Alarcón había regresado al Virreinato.

Enterados de estrategia nativa, para qué emboscarlos; mismo plan urdido contra Alarcón, entonces Díaz salió entre Quechan, andando la ruta Tinajas Altas, sin embargo la tragedia aún no aparecía en el destino.

Melchor Díaz, persiguiendo un perro que dispersaba sus carneros, le arrojó una lanza hiriéndose el mismo gravemente, el aza de lanza clavada en su pierna sale el extremo en su ingle, desde ahí le trasladan sobre parihuela durante 20 días, llegando con vida a Sonoytdag, muriendo durante enero de 1541, sus compañeros lo entierran sobre cima de una colina. Así informaron al retornar a San Jerónimo.


Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com

De San Jerónimo al río Tizón



Mediando septiembre de 1540, Melchor Díaz salió de San Jerónimo de los Corazones (Ures) hacia el Noroeste sonorense, para encontrarse con Hernando de Alarcón, sobre 32° latitud.

Condujo 25 militares, llevando guías nativos para internarse en el Desierto de Altar, cruzando la zona volcánica del Pinacate, llega hasta la bocana del Río Colorado, considerándola en 20 km de ancho.

Referimos a Díaz caminando sendero milenario Pápago, rastreado desde Quitovac-Sonoytdag, abastecido de agua en fuente Quitovaquita; enfila al escudo Norte pinacateño, entre claros flanqueados por lava; alivia la sed en charcos de la playa; atravesando médanos del Tuseral, endereza hacia Puerto del Águila, descubriendo el escenario de Sierra de la Lechuguilla y los Alacranes.

Provee agua en Tinajas Altas, luego enfila hacia los peñones del Capitán, llegan obligado a Laguna Prieta (25 kilómetros de San Luis Río Colorado), de ahí avanzó al Suroeste conviviendo con Cucapah, Quiquimas, Cutganes, Dieguinos y Quechan en márgenes del bajo Colorado, caminando sobre humedales de la Salada (La Bolsa).

En orillas del Colorado, Melchor Díaz miró a los indígenas mitigar el excesivo frío, cargando en una mano un tizón ardiendo, nadando lo alternaban en sus manos, de esta manera bautizó la corriente como “río Tizón”.

Desde San Jerónimo hasta ahí caminaron aproximadamente 600 km; provincia con gente desnuda, demasiado alta y membruda, pareciendo gigantes; sus habitaciones, largas chozas de paja como zahúrdas, debajo de tierra, sobresalían del camino poco más que la paja, ellos entraban por una parte y salían por el otro lado, durmiendo en una choza más de 100 entre chicos y grandes.

Cuando cargan, llevan sobre sus cabezas más de tres y cuatro quintales (400 kg). Cierta ocasión, unos niños querían traer un tronco para el fuego, fueron seis hombres de Melchor a traerlo, sin poder moverlo; llegó un nativo, levantó el tronco hasta sus brazos y lo alzó sobre su cabeza cargándolo livianamente.

Terminado septiembre, Díaz cruza en media legua de ancho el río Tizón, caminando cuatro días hacia el Norte sobre California, llevándolo los nativos al lugar donde una gran cruz, formada con tronco de un árbol, mostraba la leyenda: “Alarcón, cartas al pie”; capta que Alarcón había regresado al Virreinato.

Enterados de estrategia nativa, para qué emboscarlos; mismo plan urdido contra Alarcón, entonces Díaz salió entre Quechan, andando la ruta Tinajas Altas, sin embargo la tragedia aún no aparecía en el destino.

Melchor Díaz, persiguiendo un perro que dispersaba sus carneros, le arrojó una lanza hiriéndose el mismo gravemente, el aza de lanza clavada en su pierna sale el extremo en su ingle, desde ahí le trasladan sobre parihuela durante 20 días, llegando con vida a Sonoytdag, muriendo durante enero de 1541, sus compañeros lo entierran sobre cima de una colina. Así informaron al retornar a San Jerónimo.


Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com