/ viernes 28 de agosto de 2020

AMAT CUCAPAH

Cimiento de San Luis


Numerosa expedición destinada a fundar las misiones de Santa Bárbara y Nuestra Señora de los Ángeles, encabezada por Fernando Rivera y Moncada, llegó al cruzadero yumano del Río Colorado, para descansar suelta caballos y ganado, destruyendo los sembradíos indígenas.

Ellos vengaron la afrenta destruyendo dos pueblos misión, arrasándolos con fuego: Nuestra Señora de la Purísima Concepción y San Pedro y San Pablo de Bicuñer, situados en lado californio, la primera junto a unión de ríos Gila y Colorado y la segunda, 14 kilómetros al Norte de ésta, hecatombe acaecida entre martes 17 y jueves 19 de julio de 1781.

En la tragedia fallecieron 105 españoles, entre hombres, mujeres y niños con cuatro frailes franciscanos, asesinados bajo delirio de festín sanguinario enajenante por aborígenes, convocados por Quechán; se salvaron 76 y de ellos 62 fueron rescatados, el resto sobrevivió escondido entre indígenas.

Hubo una mujer huyendo al pie del paredón sonorense –río abajo- perseguida por una chusma, su jefe Yuma-Quechán Olleyquotequiebe, Carlos Antonio Salvador Palma, detuvo a sus guerreros, dejándola escapar; ella encontró protección entre cucapahs.

Afortunada, fue Juana Domínguez a refugiarse en rancherías enemigas yumas, salvó la vida entrando a la historia, porque Olleyquotequiebe, topando su escondite, la colmó de atenciones y resguardo, saliendo de la aldea Cucapah establece hogar al norte de sus protectores. Ella, viviendo bajo sus costumbres, con beneplácito del jefe Quechan, procrea hijos como familia Palma Domínguez.

Juana reestableció su parentesco con los Domínguez de Altar y Villa Pitic, presentando descendencia con Palma como legendario guerrero fugitivo, perseguido por el gobierno de Sonora, desde 1781.

Siendo Samuel P. Heintzelman, mayor del Fuerte Yuma, nueva frontera -según Tratados de Guadalupe Hidalgo- registró el rancho “Doña Juana” en enero de 1851, cuando cruzó a Sonora trayendo abastecimiento para su tropa, dejado por Horacio Derby en paredones de Santa Clara.

Posteriormente, el ingeniero Jacobo Blanco, agrimensor de la Compañía Mexicana Agrícola y Colonizadora de los Terrenos del Colorado, registró en Monumento 204 Rancho “Doña Juana” en 1873 sin documento legal, coincidiendo con tierras concesionadas a Guillermo Andrade, precisamente en paso al viejo camino a Sonora.

Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com

Cimiento de San Luis


Numerosa expedición destinada a fundar las misiones de Santa Bárbara y Nuestra Señora de los Ángeles, encabezada por Fernando Rivera y Moncada, llegó al cruzadero yumano del Río Colorado, para descansar suelta caballos y ganado, destruyendo los sembradíos indígenas.

Ellos vengaron la afrenta destruyendo dos pueblos misión, arrasándolos con fuego: Nuestra Señora de la Purísima Concepción y San Pedro y San Pablo de Bicuñer, situados en lado californio, la primera junto a unión de ríos Gila y Colorado y la segunda, 14 kilómetros al Norte de ésta, hecatombe acaecida entre martes 17 y jueves 19 de julio de 1781.

En la tragedia fallecieron 105 españoles, entre hombres, mujeres y niños con cuatro frailes franciscanos, asesinados bajo delirio de festín sanguinario enajenante por aborígenes, convocados por Quechán; se salvaron 76 y de ellos 62 fueron rescatados, el resto sobrevivió escondido entre indígenas.

Hubo una mujer huyendo al pie del paredón sonorense –río abajo- perseguida por una chusma, su jefe Yuma-Quechán Olleyquotequiebe, Carlos Antonio Salvador Palma, detuvo a sus guerreros, dejándola escapar; ella encontró protección entre cucapahs.

Afortunada, fue Juana Domínguez a refugiarse en rancherías enemigas yumas, salvó la vida entrando a la historia, porque Olleyquotequiebe, topando su escondite, la colmó de atenciones y resguardo, saliendo de la aldea Cucapah establece hogar al norte de sus protectores. Ella, viviendo bajo sus costumbres, con beneplácito del jefe Quechan, procrea hijos como familia Palma Domínguez.

Juana reestableció su parentesco con los Domínguez de Altar y Villa Pitic, presentando descendencia con Palma como legendario guerrero fugitivo, perseguido por el gobierno de Sonora, desde 1781.

Siendo Samuel P. Heintzelman, mayor del Fuerte Yuma, nueva frontera -según Tratados de Guadalupe Hidalgo- registró el rancho “Doña Juana” en enero de 1851, cuando cruzó a Sonora trayendo abastecimiento para su tropa, dejado por Horacio Derby en paredones de Santa Clara.

Posteriormente, el ingeniero Jacobo Blanco, agrimensor de la Compañía Mexicana Agrícola y Colonizadora de los Terrenos del Colorado, registró en Monumento 204 Rancho “Doña Juana” en 1873 sin documento legal, coincidiendo con tierras concesionadas a Guillermo Andrade, precisamente en paso al viejo camino a Sonora.

Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com