/ viernes 16 de julio de 2021

AMAT CUCAPAH

Hace 240 años, 105 masacrados



Aún oscura la mañana; antes de campanadas a misa, cientos de guerreros: Quechans, quiquimas, cahuilas, dieguinos, mohaves… sigilosamente rodearon los pueblos: Bicuñer y Concepción, en julio 17, 1781.

Ubicada la Purísima Concepción, como Misión en territorio Yuma-Quechan, sobre colina junta a unión de los ríos Gila y Colorado; en quietud del amanecer impactó con sorpresa escalofriante los gritos nativos de guerra, primeramente atacando a Misión Bicuñer, localizada catorce kilómetros al Norte de Concepción; enardecida multitud blandiendo macanas y lanzas -con aterrador alarido- soltaron lluvia de flechas incendiando el pueblo y templo, matando a todo español atrapado; sus jefes atizaron desbocando las tribus convocadas, rebasando a Salvador Palma, Olleyquotequiebe, jefe Quechan del lugar.

Al primer embate cayeron los misioneros Juan Díaz y Matías Moreno; un Quechan disparó al cuerpo de Díaz, dobló sus rodillas, levantado por otro guerrero, quien aplastó su cráneo con mazo de guerra. El padre Matías fue molido contra la tierra; como continuaba vivo le cortaron la cabeza con hacha. Mientras ardía Bicuñer, la turba corrió hacia Concepción, algunos residentes ya habían muerto víctimas de la avanzada. A medio día cesó el ataque, los misioneros fray Juan Berreneche y Francisco Hermenegildo Garcés impartieron extremaunción a moribundos; luego escondidos en casa de una cristiana, ahí los descubrió enloquecida turba, obligándoles a salir, sin lástima fueron destrozados sus cuerpos, arrastrados a galope de caballo.

Saliendo el sol del día 18, Fernando de Rivera y Moncada fue despiadadamente acuchillado por aglomeración de nativos; verdaderamente él era culpable de la rebelión como jefe, al llegar al río ordenó: soltar -para descanso- ganado y caballada de aquel numeroso contingente, destinado a fundar los pueblos de Santa Bárbara y nuestra Señora de los Ángeles; esos animales destruyeron las siembras Quechan, tal fue razón del atroz enojo. El 19 de julio María Gertrudis Cantú miró acongojada final de esta desgracia, la mayoría de 105 muertos sucumbieron; quien salvó la vida fue porque huyó. Fue claro oír a los Quechan satisfechos, rescataron sus terrenos y su río.

Venturosa mujer con apelativo Domínguez perseguida por chusma Quechan, su jefe Salvador Palma la deja escapar, ella ocultándose entre Cucapah, Palma topando su escondite la colma de atenciones, estableciéndole hogar vivió bajo sus propias costumbres procreando hijos, sus descendientes forman la familia Palma Domínguez; quedando en memoria registrado -por Samuel P. Heintzelman: Enero de 1851 y Jacobo Blanco en 1873- el rancho: Dña. Juana Domínguez, donde hoy crece San Luís Río Colorado.

Ref: Libro Puerto Isabel.

E-mail:federicoiglesias50@gmail.com

Hace 240 años, 105 masacrados



Aún oscura la mañana; antes de campanadas a misa, cientos de guerreros: Quechans, quiquimas, cahuilas, dieguinos, mohaves… sigilosamente rodearon los pueblos: Bicuñer y Concepción, en julio 17, 1781.

Ubicada la Purísima Concepción, como Misión en territorio Yuma-Quechan, sobre colina junta a unión de los ríos Gila y Colorado; en quietud del amanecer impactó con sorpresa escalofriante los gritos nativos de guerra, primeramente atacando a Misión Bicuñer, localizada catorce kilómetros al Norte de Concepción; enardecida multitud blandiendo macanas y lanzas -con aterrador alarido- soltaron lluvia de flechas incendiando el pueblo y templo, matando a todo español atrapado; sus jefes atizaron desbocando las tribus convocadas, rebasando a Salvador Palma, Olleyquotequiebe, jefe Quechan del lugar.

Al primer embate cayeron los misioneros Juan Díaz y Matías Moreno; un Quechan disparó al cuerpo de Díaz, dobló sus rodillas, levantado por otro guerrero, quien aplastó su cráneo con mazo de guerra. El padre Matías fue molido contra la tierra; como continuaba vivo le cortaron la cabeza con hacha. Mientras ardía Bicuñer, la turba corrió hacia Concepción, algunos residentes ya habían muerto víctimas de la avanzada. A medio día cesó el ataque, los misioneros fray Juan Berreneche y Francisco Hermenegildo Garcés impartieron extremaunción a moribundos; luego escondidos en casa de una cristiana, ahí los descubrió enloquecida turba, obligándoles a salir, sin lástima fueron destrozados sus cuerpos, arrastrados a galope de caballo.

Saliendo el sol del día 18, Fernando de Rivera y Moncada fue despiadadamente acuchillado por aglomeración de nativos; verdaderamente él era culpable de la rebelión como jefe, al llegar al río ordenó: soltar -para descanso- ganado y caballada de aquel numeroso contingente, destinado a fundar los pueblos de Santa Bárbara y nuestra Señora de los Ángeles; esos animales destruyeron las siembras Quechan, tal fue razón del atroz enojo. El 19 de julio María Gertrudis Cantú miró acongojada final de esta desgracia, la mayoría de 105 muertos sucumbieron; quien salvó la vida fue porque huyó. Fue claro oír a los Quechan satisfechos, rescataron sus terrenos y su río.

Venturosa mujer con apelativo Domínguez perseguida por chusma Quechan, su jefe Salvador Palma la deja escapar, ella ocultándose entre Cucapah, Palma topando su escondite la colma de atenciones, estableciéndole hogar vivió bajo sus propias costumbres procreando hijos, sus descendientes forman la familia Palma Domínguez; quedando en memoria registrado -por Samuel P. Heintzelman: Enero de 1851 y Jacobo Blanco en 1873- el rancho: Dña. Juana Domínguez, donde hoy crece San Luís Río Colorado.

Ref: Libro Puerto Isabel.

E-mail:federicoiglesias50@gmail.com