Se hundieron las ramas del mezquite sobre mi, al descender encima ¨un pájaro humano¨; con claridad del verano reconocí sus brazos y muslos emplumados, terminando en alas , manos y pies como garras.
Segundos antes escuchaba agudo silbido metálico aproximarse, hasta que aterrorizado vi enmudecido ése engendro de abultado pico, corto cuello, cabeza con orejas puntiagudas hasta las cuencas de dos ojos centelleantes. Imperceptible giré veloz buscando mis once compañeros militares, cuestionándoles a señas ¡¿Lo ven?!. Como entre ventarronazo agitado acampamos dentro de bolsas dispersos la noche anterior -por estrategia-, ahí vimos ese hombre-pájaro. Inmediatamente, reimpulsándose continuó vuelo, la luz del amanecer ilumina su espalda, meció sus alas extendidas, planeando lejana distancia, al salir el sol a mitad de agosto.
Mediando extensión remota a ese monstruo, todos soldados de tropa saltaron en pie hacia mi atropellándose al preguntar ante inaudita sorpresa. Gritando retaban ¡¿Vieron eso?! ¡¿Qué era?! ¡¿Desde dónde vino?! ¡¿No nos vio?! ¡¿Cómo llegó?! ¡¿Hacia dónde fue?!. A la vez, al preguntar nos respondíamos: cubierto totalmente como pelo. ¡No! ¡Eran plumas delgadas!, notables rodillas y codos, con nariz de pájaro. Nadie paraba al hablar.Como incidente visto en pesadilla –plena línea fronteriza - continuamos nuestra indicación, caminando paralelos hacia el ¨poniente¨. avistando a nuestros colegas extranjeros, desde El Sásabe perseguíamos huellas a “unos mañosos”; revisamos cerro del Sombreretillo junto San Juan de Tubutama; exploramos rancherًías del San Francisquito, El Plomo, la Nariz, bordeando Sonoyta, laguna Quito vaquita, a Tinajas Altas, próximos a la Joyita; cuando la oscuridad impidió ver, el sargento ordenaba siempre acampar, pernoctamos distribuidos, bajo copas de mezquites vecinos.
Con luz de la mañana reanudamos el rumbo, siguiendo a la vista de aquel tirado hilo alambrado de púas internacional; pero intempestivamente a pocos metros, los militares extranjeros venían veloces corriendo sobre su territorio sentido contrario hacia nosotros y entre ellos -intercalados- los “mañosos”, huyendo con cara de espantados. Quedamos nosotros paralizados, vimos al “Hombre-Pájaro” volando hostigándoles al ras de sus cabeza –encaramado a ellos- viniendo sobre lo caminado, permanecimos inmóviles. Le vimos la cara con boca de pico, refulgentes ojos; llegando al rás de nosotros ascendió en recta vertical, diluyéndose en las alturas. Nuestras jefaturas hicieron reportes correspondientes y tomadas declaraciones recíprocas. Esto no sucedió, fue dictamen de autoridad, así entró al infinito, quedando en el mito. No obstante, residentes aseguraron ver un “Ave-humano¨, en Sifón-SLRC y en 2018 JRomero, adyacente al km. 57 del FC.