/ lunes 12 de abril de 2021

¿Clases presenciales?

La veda electoral llega a su fin y con ello se enciende el gran abanico de ofertas y promesas en busca del voto masivo. Una oferta irresistible para la sociedad es la de ofrecer un camino al desarrollo y progreso a través de una educación de calidad que sea el detonante para abandonar la pobreza. Pero para que la anterior oferta sea más atractiva para la población, se requiere hacer creer que las actuales clases virtuales no funcionan.

El sistema educativo nacional mudó a un sistema virtual como estrategia para disminuir la movilidad y poder aplicar cabalmente el confinamiento necesario que pretendía contener los efectos mortales de la pandemia. Sin embargo, las estimaciones en cuanto a la duración de clases en línea no consideraron que se extenderían a más de un ciclo escolar, por lo que ahora se ha vuelto en un dolor de cabeza para las autoridades educativas el encontrar la forma y momento ideal para un regreso a clases presenciales.

Es evidente que las condiciones materiales no están dadas para un regreso a clases presenciales. La infraestructura educativa y de materiales siempre ha sido pobre por parte de las autoridades, es innegable que la mayoría de los recursos para la compra de insumos para las clases diarias recae en el bolsillo del padre de familia e incluso del docente, por lo que no se ve cómo se pueda solucionar por parte del presupuesto federal la ausencia de desinfectantes y sobre todo de modificaciones de infraestructura para la ventilación, sana distancia, transporte escolar seguro, filtros sanitarios, etc...

Así es como la vacuna se convierte en la promesa oficial de todos los gobernantes para un regreso a clases seguro. Sin embargo, el plan de vacunación va muy atrasado en cuanto a los adultos mayores por las complicaciones para conseguir las dosis, así que la promesa de vacunar a todo el Sistema Educativo Nacional como una prioridad parece ser más discurso que realidad. En ese sentido, no hay que perder de vista que el ciclo escolar está por agonizar y que no dan los tiempos para vacunar antes su fin, sobre todo si consideramos que las vacunas son dos dosis y que debe esperarse un mes entre cada dosis. Así que vacunar para el regreso a clases en este ciclo parece ser una promesa más de campaña que una realidad.

Lo ideal sería planear un probable y paulatino regreso a clases a partir del próximo ciclo escolar, pero los tiempos necesitan calmar la ansias de los padres de familia y qué mejor forma de hacerlo que con promesas.


La veda electoral llega a su fin y con ello se enciende el gran abanico de ofertas y promesas en busca del voto masivo. Una oferta irresistible para la sociedad es la de ofrecer un camino al desarrollo y progreso a través de una educación de calidad que sea el detonante para abandonar la pobreza. Pero para que la anterior oferta sea más atractiva para la población, se requiere hacer creer que las actuales clases virtuales no funcionan.

El sistema educativo nacional mudó a un sistema virtual como estrategia para disminuir la movilidad y poder aplicar cabalmente el confinamiento necesario que pretendía contener los efectos mortales de la pandemia. Sin embargo, las estimaciones en cuanto a la duración de clases en línea no consideraron que se extenderían a más de un ciclo escolar, por lo que ahora se ha vuelto en un dolor de cabeza para las autoridades educativas el encontrar la forma y momento ideal para un regreso a clases presenciales.

Es evidente que las condiciones materiales no están dadas para un regreso a clases presenciales. La infraestructura educativa y de materiales siempre ha sido pobre por parte de las autoridades, es innegable que la mayoría de los recursos para la compra de insumos para las clases diarias recae en el bolsillo del padre de familia e incluso del docente, por lo que no se ve cómo se pueda solucionar por parte del presupuesto federal la ausencia de desinfectantes y sobre todo de modificaciones de infraestructura para la ventilación, sana distancia, transporte escolar seguro, filtros sanitarios, etc...

Así es como la vacuna se convierte en la promesa oficial de todos los gobernantes para un regreso a clases seguro. Sin embargo, el plan de vacunación va muy atrasado en cuanto a los adultos mayores por las complicaciones para conseguir las dosis, así que la promesa de vacunar a todo el Sistema Educativo Nacional como una prioridad parece ser más discurso que realidad. En ese sentido, no hay que perder de vista que el ciclo escolar está por agonizar y que no dan los tiempos para vacunar antes su fin, sobre todo si consideramos que las vacunas son dos dosis y que debe esperarse un mes entre cada dosis. Así que vacunar para el regreso a clases en este ciclo parece ser una promesa más de campaña que una realidad.

Lo ideal sería planear un probable y paulatino regreso a clases a partir del próximo ciclo escolar, pero los tiempos necesitan calmar la ansias de los padres de familia y qué mejor forma de hacerlo que con promesas.