/ viernes 29 de noviembre de 2019

COMUNIDAD Y FAMILIA

La gratitud


Para quienes vivimos en la frontera o tenemos nexos familiares en Estados Unidos éste es un día de celebración, ya que estamos a unas horas de conmemorar el Día de Acción de Gracias, tradición norteamericana que promueve la gratitud, la generosidad y la unidad familiar y lleva la esencia de manifestar el aprecio por las bondades recibidas durante el año. En lo personal, considero que es una tradición muy noble y sería de mucho beneficio adoptarla en nuestro pueblo. Una de las palabras más importantes que existen en el léxico universal es: “Gracias”. Por supuesto que existen otras palabras con igual importancia como “por favor”, “perdón” y “me equivoqué”, pero la palabra “gracias” las sobrepasa, porque refleja la acción de apreciar a quienes están a nuestro alrededor y nos prodigan su amistad o nos favorecen con algún beneficio.

Hay ocasiones en que olvidamos agradecer, pero otras veces no lo hacemos simplemente porque pensamos que es obligación de la otra persona darnos su atención o sus servicios, pero lo cierto es que aunque paguemos por ellos, el hecho de respetar a los demás nos obliga a expresar nuestra gratitud de cualquier forma.

La palabra gracias es el primer paso al reconocimiento de la igualdad de los seres humanos y así como la educación, la dignidad y el respeto, son muestras de humanidad.

La gratitud no es intercambio o compensación, tampoco es un trueque: “Tú me das algo, yo te doy algo a cambio”, porque esto genera orgullo, soberbia y hasta un interés insano de lo que podemos recibir de las demás personas. La gratitud nace de un corazón humilde, la gratitud del corazón es un estilo de vida, no es una temporada o solo una fecha que conmemorar, tiene que ver con reconocer que necesitamos de otros y otros necesitan de nosotros. Cuando una persona es agradecida, está dispuesta a corresponder por los favores recibidos y esa actitud la acerca hacia las personas que le han hecho bien de alguna manera.

La gratitud es una actitud que va más allá de las normas de urbanidad o de las buenas costumbres. Es reconocer a las personas que nos apoyan en la vida, ponernos a la altura de ellas, recordando que los favores no se pagan, se corresponden.

Emmanuel Kant dijo que la ingratitud es la esencia de la maldad y esto se ve reflejado cuando las personas en vez de agradecer por lo que tienen se la pasan quejándose y maldiciendo por lo que no tienen, no son capaces de sentir bondad porque su corazón se llena de amargura y esa amargura la vierte sobre su familia y no les permiten apreciar, valorar y reconocer a cada uno de sus integrantes. La gratitud es un valor que necesitamos reforzar cada día en el seno de nuestras familias, es como un músculo que debemos ejercitar para que sea más fuerte, asimismo la gratitud debemos practicarla con nuestro cónyuge, enseñarla a nuestros hijos. Hay esposos que jamás le han dicho una palabra de gratitud a sus esposas por el arduo trabajo que realizan en casa y fuera de ahí, así como hay mujeres que no han reconocido el esfuerzo que sus maridos hacen al traer provisión a sus hogares, porque ambos dan por hecho que es obligación del otro cumplir esos roles, yo los invito de todo corazón a aprovechar este día y todos los días para agradecerle a su cónyuge o pareja lo bueno que es contar con su cariño y con su apoyo, aprecie lo que hacen el uno por el otro, porque una tarea o responsabilidad sazonada con gratitud y reconocimiento, alegra y anima el corazón de cualquiera. Expresemos siempre nuestro agradecimiento con palabras, con abrazos, dígale a las personas importantes para usted, cuan extraordinario es contar con ellos, creo que de esto se trata el famoso Día de Acción de Gracias, no sólo de una tradición, de la comida o de las ventas navideñas que le siguen, sino que es llegar a reconocer que toda bendición y todo regalo proviene del gran amor con el que Dios nos ama; es vestirnos de humildad, para recordar con el corazón a quienes han contribuido para ser lo que somos, no importa si están vivos y hayan muerto, debemos expresar siempre nuestro agradecimiento por lo que cada una de ellas aportaron para nosotros.

Me despido con infinita gratitud por leer estas humildes reflexiones mi querido lector y te comparto las palabras de Jean de la Bruyere: “Solo un exceso es recomendable en el mundo: El exceso de gratitud.”

¡Hasta la próxima!

Agradezco tus comentarios y sugerencias.

elsitacruzita@gmail.com

La gratitud


Para quienes vivimos en la frontera o tenemos nexos familiares en Estados Unidos éste es un día de celebración, ya que estamos a unas horas de conmemorar el Día de Acción de Gracias, tradición norteamericana que promueve la gratitud, la generosidad y la unidad familiar y lleva la esencia de manifestar el aprecio por las bondades recibidas durante el año. En lo personal, considero que es una tradición muy noble y sería de mucho beneficio adoptarla en nuestro pueblo. Una de las palabras más importantes que existen en el léxico universal es: “Gracias”. Por supuesto que existen otras palabras con igual importancia como “por favor”, “perdón” y “me equivoqué”, pero la palabra “gracias” las sobrepasa, porque refleja la acción de apreciar a quienes están a nuestro alrededor y nos prodigan su amistad o nos favorecen con algún beneficio.

Hay ocasiones en que olvidamos agradecer, pero otras veces no lo hacemos simplemente porque pensamos que es obligación de la otra persona darnos su atención o sus servicios, pero lo cierto es que aunque paguemos por ellos, el hecho de respetar a los demás nos obliga a expresar nuestra gratitud de cualquier forma.

La palabra gracias es el primer paso al reconocimiento de la igualdad de los seres humanos y así como la educación, la dignidad y el respeto, son muestras de humanidad.

La gratitud no es intercambio o compensación, tampoco es un trueque: “Tú me das algo, yo te doy algo a cambio”, porque esto genera orgullo, soberbia y hasta un interés insano de lo que podemos recibir de las demás personas. La gratitud nace de un corazón humilde, la gratitud del corazón es un estilo de vida, no es una temporada o solo una fecha que conmemorar, tiene que ver con reconocer que necesitamos de otros y otros necesitan de nosotros. Cuando una persona es agradecida, está dispuesta a corresponder por los favores recibidos y esa actitud la acerca hacia las personas que le han hecho bien de alguna manera.

La gratitud es una actitud que va más allá de las normas de urbanidad o de las buenas costumbres. Es reconocer a las personas que nos apoyan en la vida, ponernos a la altura de ellas, recordando que los favores no se pagan, se corresponden.

Emmanuel Kant dijo que la ingratitud es la esencia de la maldad y esto se ve reflejado cuando las personas en vez de agradecer por lo que tienen se la pasan quejándose y maldiciendo por lo que no tienen, no son capaces de sentir bondad porque su corazón se llena de amargura y esa amargura la vierte sobre su familia y no les permiten apreciar, valorar y reconocer a cada uno de sus integrantes. La gratitud es un valor que necesitamos reforzar cada día en el seno de nuestras familias, es como un músculo que debemos ejercitar para que sea más fuerte, asimismo la gratitud debemos practicarla con nuestro cónyuge, enseñarla a nuestros hijos. Hay esposos que jamás le han dicho una palabra de gratitud a sus esposas por el arduo trabajo que realizan en casa y fuera de ahí, así como hay mujeres que no han reconocido el esfuerzo que sus maridos hacen al traer provisión a sus hogares, porque ambos dan por hecho que es obligación del otro cumplir esos roles, yo los invito de todo corazón a aprovechar este día y todos los días para agradecerle a su cónyuge o pareja lo bueno que es contar con su cariño y con su apoyo, aprecie lo que hacen el uno por el otro, porque una tarea o responsabilidad sazonada con gratitud y reconocimiento, alegra y anima el corazón de cualquiera. Expresemos siempre nuestro agradecimiento con palabras, con abrazos, dígale a las personas importantes para usted, cuan extraordinario es contar con ellos, creo que de esto se trata el famoso Día de Acción de Gracias, no sólo de una tradición, de la comida o de las ventas navideñas que le siguen, sino que es llegar a reconocer que toda bendición y todo regalo proviene del gran amor con el que Dios nos ama; es vestirnos de humildad, para recordar con el corazón a quienes han contribuido para ser lo que somos, no importa si están vivos y hayan muerto, debemos expresar siempre nuestro agradecimiento por lo que cada una de ellas aportaron para nosotros.

Me despido con infinita gratitud por leer estas humildes reflexiones mi querido lector y te comparto las palabras de Jean de la Bruyere: “Solo un exceso es recomendable en el mundo: El exceso de gratitud.”

¡Hasta la próxima!

Agradezco tus comentarios y sugerencias.

elsitacruzita@gmail.com