/ viernes 6 de marzo de 2020

COMUNIDAD Y FAMILIA

Reinventándome


Hace unos meses organicé una gran celebración con motivo de mis primeros 50 años de vida, fue una fiesta muy hermosa en la que estuve rodeada de mi familia y amigos más entrañables. Al sonido de las notas del mariachi y del saxofón mi corazón se conmovió por la inmensa gratitud de llegar a esta edad sana y salva, de contar con el amor de mi familia y la amistad incondicional de compañeros de trabajo que nos adoptaron desde que llegamos hace ya 30 años.

Curiosamente, este cumpleaños estaba muy cercano a mi tiempo de jubilación y no lo niego, tenía una sensación de tristeza y nostalgia debido a que no es fácil llegar a la cúspide de tu vida sin preguntar: “y ahora qué sigue? ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿Cómo puedo vivir mejor en los próximos años?

Hay un concepto que en los últimos años se ha posicionado en el vocabulario de aquellos que buscan trascender, consolidarse y mantenerse vigentes. La palabra a la que me refiero es REINVENTAR. Este concepto que nos habla básicamente de volver a inventar, se ha aplicado en el mundo empresarial, en el industrial, en el político, en el de las comunicaciones y en el ámbito comercial.

Muchas empresas y comercios han llegado al punto de tener la urgente necesidad de reinventarse para no quedar fuera del mercado, otros lo han hecho porque sus empresas han pasado a manos de generaciones más jóvenes y de alguna manera se ven obligados a tener una nueva imagen y estructura para seguir en el gusto de sus clientes. Cualquiera que sea la razón para reinventarse, este proceso les permite a todos ofrecer una nueva y mejor versión de ellos al resto del mundo.

En las últimas semanas he aprendido que para reinventarnos debemos llegar al punto de insatisfacción inspiradora, con la que somos capaces de descubrir la absoluta necesidad de cambiar porque ya no podemos seguir como antes. Es ese tiempo donde sentimos la inspiración de llevar nuestra vida a otro nivel y de no legar a ese punto, es raro que se produzca la reinvención.

Reinventar es volver a nacer pero con más inteligencia, esa inteligencia que nos producen los aciertos y los errores pasados y con base en ellos reconstruir o redireccionar nuestras acciones y metas. No significa que comienzo de cero, sino que el bagaje que he acumulado en conocimientos, experiencias y tropiezos me llevarán a ser mejor ser humano, mejor madre de familia y mejor ciudadano de mi país.

El destacado doctor Mario Alonso Puig en su libro “Reinventarse, tu segunda oportunidad” nos comparte que reinventarse no significa cambiar quienes somos, sino que se refiere a cambiar la forma de ser y de estar en el mundo y para ellos es necesario salirnos de nuestra zona de confort, de nuestros ámbitos conocidos y familiares para incursionar en nuevas experiencias que nos lleven a redescubrir nuestras habilidades y talentos, así como nuevas y mejores formas de resolver los retos a los que nos enfrentamos cada día.

Para volver a vivir, necesitamos buscar extender nuestra inteligencia y nuestro conocimiento porque lo más importante es que cambiemos nuestra mentalidad, ya que la reinvención va unida a un gran crecimiento interior.

Asimismo, necesitamos incrementar en nosotras la fuerza y la dignidad, para vivir confiadas de cara al futuro, en esta área son muy importantes la fe y la esperanza que nos llevan a ver las cosas que no son como si ya existieran, produciendo en nuestro espíritu una paz que estará por encima de nuestros retos.

Con esta reflexión ofrezco un homenaje a todas las mujeres que enriquecemos a México, no porque seamos perfectas, sino porque tenemos la capacidad de perfeccionarnos cada día; todas sentimos miedos, pero sabemos sobreponernos y enfrentar nuestras batallas; todas merecemos ser felices y necesitamos que quienes nos rodean, respeten y respalden el ejercicio de nuestros derechos y nos valoren por quienes somos y por lo que le aportamos a nuestro pueblo.

¡No olvide felicitar a las mujeres de su vida este próximo 8 de marzo!

elsitacruzita@gmail.com

Reinventándome


Hace unos meses organicé una gran celebración con motivo de mis primeros 50 años de vida, fue una fiesta muy hermosa en la que estuve rodeada de mi familia y amigos más entrañables. Al sonido de las notas del mariachi y del saxofón mi corazón se conmovió por la inmensa gratitud de llegar a esta edad sana y salva, de contar con el amor de mi familia y la amistad incondicional de compañeros de trabajo que nos adoptaron desde que llegamos hace ya 30 años.

Curiosamente, este cumpleaños estaba muy cercano a mi tiempo de jubilación y no lo niego, tenía una sensación de tristeza y nostalgia debido a que no es fácil llegar a la cúspide de tu vida sin preguntar: “y ahora qué sigue? ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿Cómo puedo vivir mejor en los próximos años?

Hay un concepto que en los últimos años se ha posicionado en el vocabulario de aquellos que buscan trascender, consolidarse y mantenerse vigentes. La palabra a la que me refiero es REINVENTAR. Este concepto que nos habla básicamente de volver a inventar, se ha aplicado en el mundo empresarial, en el industrial, en el político, en el de las comunicaciones y en el ámbito comercial.

Muchas empresas y comercios han llegado al punto de tener la urgente necesidad de reinventarse para no quedar fuera del mercado, otros lo han hecho porque sus empresas han pasado a manos de generaciones más jóvenes y de alguna manera se ven obligados a tener una nueva imagen y estructura para seguir en el gusto de sus clientes. Cualquiera que sea la razón para reinventarse, este proceso les permite a todos ofrecer una nueva y mejor versión de ellos al resto del mundo.

En las últimas semanas he aprendido que para reinventarnos debemos llegar al punto de insatisfacción inspiradora, con la que somos capaces de descubrir la absoluta necesidad de cambiar porque ya no podemos seguir como antes. Es ese tiempo donde sentimos la inspiración de llevar nuestra vida a otro nivel y de no legar a ese punto, es raro que se produzca la reinvención.

Reinventar es volver a nacer pero con más inteligencia, esa inteligencia que nos producen los aciertos y los errores pasados y con base en ellos reconstruir o redireccionar nuestras acciones y metas. No significa que comienzo de cero, sino que el bagaje que he acumulado en conocimientos, experiencias y tropiezos me llevarán a ser mejor ser humano, mejor madre de familia y mejor ciudadano de mi país.

El destacado doctor Mario Alonso Puig en su libro “Reinventarse, tu segunda oportunidad” nos comparte que reinventarse no significa cambiar quienes somos, sino que se refiere a cambiar la forma de ser y de estar en el mundo y para ellos es necesario salirnos de nuestra zona de confort, de nuestros ámbitos conocidos y familiares para incursionar en nuevas experiencias que nos lleven a redescubrir nuestras habilidades y talentos, así como nuevas y mejores formas de resolver los retos a los que nos enfrentamos cada día.

Para volver a vivir, necesitamos buscar extender nuestra inteligencia y nuestro conocimiento porque lo más importante es que cambiemos nuestra mentalidad, ya que la reinvención va unida a un gran crecimiento interior.

Asimismo, necesitamos incrementar en nosotras la fuerza y la dignidad, para vivir confiadas de cara al futuro, en esta área son muy importantes la fe y la esperanza que nos llevan a ver las cosas que no son como si ya existieran, produciendo en nuestro espíritu una paz que estará por encima de nuestros retos.

Con esta reflexión ofrezco un homenaje a todas las mujeres que enriquecemos a México, no porque seamos perfectas, sino porque tenemos la capacidad de perfeccionarnos cada día; todas sentimos miedos, pero sabemos sobreponernos y enfrentar nuestras batallas; todas merecemos ser felices y necesitamos que quienes nos rodean, respeten y respalden el ejercicio de nuestros derechos y nos valoren por quienes somos y por lo que le aportamos a nuestro pueblo.

¡No olvide felicitar a las mujeres de su vida este próximo 8 de marzo!

elsitacruzita@gmail.com