/ martes 10 de noviembre de 2020

COMUNIDAD Y FAMILIA

Multiplicando amor




Qué tristeza sentí cuando miré la foto de una señorita que se encontraba sola en su fiesta de XV años. Una fiesta que sus papás habían planeado que fuera sencilla y con pocos invitados, para no dejar pasar ese día tan memorable. Imaginé su tristeza y desilusión, pues los 15 representan una de las fechas más importantes en la vida de una mexicana, porque es la celebración de su llegada a la edad de las ilusiones. ¡Pensaba en ella y en el impacto que esta situación causaría en su salud emocional, pero unas horas más tarde las redes mostraron evidencias que, al enterarse de esta situación, ¡docenas de personas respondieron de una manera inmediata e inesperada para asistir al lugar del festejo y celebrar con detalles, regalos, comida y compañía el gran día de la joven quinceañera!

No deseo entrar en detalles que fueron motivos de críticas para los padres, pues ellos han declarado que habían planeado algo muy sencillo para su hija, pero lo demás no fue su idea y tampoco pudieron controlarlo, lo que sí deseo es resaltar la respuesta de nuestra comunidad. En ella se ponen de manifiesto la empatía, la solidaridad y la generosidad de los sanluisinos y aun de los que no son de esta tierra, pero son contagiados por lo bueno que hay en el corazón de los hijos del Río Colorado.

El pueblo mexicano en lo general es generoso, aprovecha cada oportunidad para reunirse, para compartir el pan y las penas con todos y aún es capaz de desprenderse de dinero para apoyar al que está en adversidad. Otros, solamente critican, pero no son capaces de hacer algo por sus semejantes, señalan, culpan y se justifican, pero se pierden la oportunidad de cambiar la vida de personas vulnerables. San Mateo lo describe muy bien en esta palabras que escribió hace cientos de años: “Por haberse multiplicado la maldad en el mundo, el amor de muchos se va a enfriar” y esto lo podemos ver reflejado a lo largo y ancho del país. Aquel que ha sido lastimado por otros, que ha sufrido los efectos de la violencia, el que ha sido traicionado y defraudado, al que se la han cerrado las puertas o ha sido rechazado, es aquel cuyo corazón se va endureciendo y no puede ser empático ni generoso con nadie, ni con los de su casa. Esto, queridos lectores, nos ha estado haciendo mucho daño, sobre todo con las personas que tienen más riesgo durante el tiempo de pandemia. Hay tanta gente que nos necesita, tantos ancianos que no tienen alguien que les acerque los medicamentos y los alimentos, madres jefas de familia que no han tenido ingresos por falta de trabajo o perdieron a su esposo por causa del Covid-19. He sabido de familias donde los dos padres y la abuela han fallecido y han dejado solos a los hijos, hay tanto que podemos hacer por los más desvalidos.

Necesitamos recordar que la vida da muchas vueltas y la adversidad nos puede sorprender a todos por igual, qué bueno que desde esta perspectiva olvidemos todo el daño que otros nos han hecho para estar emocionalmente libres y sanos para ayudar. También debemos recordar que todo lo que sembramos -repito, todo- se convierte en semilla que nos entregará un fruto bueno o malo, escaso o abundante, dulce o amargo, pero al fin de cuentas será el fruto de nuestra siembra. Una de las manifestaciones del amor por los demás, pero en especial por nuestros más cercanos que son la familia, es dar y dar con abundancia; dar su tiempo y presencia, su apoyo y confianza, dar para sus necesidades al mismo tiempo que nos ocupamos en enseñarles con nuestro ejemplo, que es mejor dar que recibir.

Así que esté pendiente y dispuesto para que en el próximo llamado que se haga para ayudar a otros seamos más los que multipliquemos el amor que necesita llegar a todos las familias de esta preciosa localidad.

Gracias por su amable compañía y hasta la próxima.

elsitacruzita@gmail.com

Multiplicando amor




Qué tristeza sentí cuando miré la foto de una señorita que se encontraba sola en su fiesta de XV años. Una fiesta que sus papás habían planeado que fuera sencilla y con pocos invitados, para no dejar pasar ese día tan memorable. Imaginé su tristeza y desilusión, pues los 15 representan una de las fechas más importantes en la vida de una mexicana, porque es la celebración de su llegada a la edad de las ilusiones. ¡Pensaba en ella y en el impacto que esta situación causaría en su salud emocional, pero unas horas más tarde las redes mostraron evidencias que, al enterarse de esta situación, ¡docenas de personas respondieron de una manera inmediata e inesperada para asistir al lugar del festejo y celebrar con detalles, regalos, comida y compañía el gran día de la joven quinceañera!

No deseo entrar en detalles que fueron motivos de críticas para los padres, pues ellos han declarado que habían planeado algo muy sencillo para su hija, pero lo demás no fue su idea y tampoco pudieron controlarlo, lo que sí deseo es resaltar la respuesta de nuestra comunidad. En ella se ponen de manifiesto la empatía, la solidaridad y la generosidad de los sanluisinos y aun de los que no son de esta tierra, pero son contagiados por lo bueno que hay en el corazón de los hijos del Río Colorado.

El pueblo mexicano en lo general es generoso, aprovecha cada oportunidad para reunirse, para compartir el pan y las penas con todos y aún es capaz de desprenderse de dinero para apoyar al que está en adversidad. Otros, solamente critican, pero no son capaces de hacer algo por sus semejantes, señalan, culpan y se justifican, pero se pierden la oportunidad de cambiar la vida de personas vulnerables. San Mateo lo describe muy bien en esta palabras que escribió hace cientos de años: “Por haberse multiplicado la maldad en el mundo, el amor de muchos se va a enfriar” y esto lo podemos ver reflejado a lo largo y ancho del país. Aquel que ha sido lastimado por otros, que ha sufrido los efectos de la violencia, el que ha sido traicionado y defraudado, al que se la han cerrado las puertas o ha sido rechazado, es aquel cuyo corazón se va endureciendo y no puede ser empático ni generoso con nadie, ni con los de su casa. Esto, queridos lectores, nos ha estado haciendo mucho daño, sobre todo con las personas que tienen más riesgo durante el tiempo de pandemia. Hay tanta gente que nos necesita, tantos ancianos que no tienen alguien que les acerque los medicamentos y los alimentos, madres jefas de familia que no han tenido ingresos por falta de trabajo o perdieron a su esposo por causa del Covid-19. He sabido de familias donde los dos padres y la abuela han fallecido y han dejado solos a los hijos, hay tanto que podemos hacer por los más desvalidos.

Necesitamos recordar que la vida da muchas vueltas y la adversidad nos puede sorprender a todos por igual, qué bueno que desde esta perspectiva olvidemos todo el daño que otros nos han hecho para estar emocionalmente libres y sanos para ayudar. También debemos recordar que todo lo que sembramos -repito, todo- se convierte en semilla que nos entregará un fruto bueno o malo, escaso o abundante, dulce o amargo, pero al fin de cuentas será el fruto de nuestra siembra. Una de las manifestaciones del amor por los demás, pero en especial por nuestros más cercanos que son la familia, es dar y dar con abundancia; dar su tiempo y presencia, su apoyo y confianza, dar para sus necesidades al mismo tiempo que nos ocupamos en enseñarles con nuestro ejemplo, que es mejor dar que recibir.

Así que esté pendiente y dispuesto para que en el próximo llamado que se haga para ayudar a otros seamos más los que multipliquemos el amor que necesita llegar a todos las familias de esta preciosa localidad.

Gracias por su amable compañía y hasta la próxima.

elsitacruzita@gmail.com