/ viernes 11 de diciembre de 2020

COMUNIDAD Y FAMILIA

Sin bajar la guardia



El pueblo mexicano es por excelencia fanático de los deportes y es conocido que la lealtad a sus equipos los lleva a vestir sus colores y celebrar por todo lo alto al ver a sus favoritos levantarse con el triunfo, así sucede con el futbol, con el beisbol, en el boxeo, en el basquetbol, etcétera.

Muchos saben de todos los sacrificios que los deportistas tienen que hacer a lo largo de su vida para poder convertirse en campeones y es de admirarse de cómo la disciplina y la entrega los llevan a despojarse de todo aquello que les representa un peso innecesario a la hora de competir. Además de eso, hay algo que realmente es indispensable que realicen para mantenerse al frente en sus contiendas y esto consiste en no bajar la guardia.

De la misma manera, todos en esta vida, enfrentamos retos y desafíos que nos llevan a luchar por nuestros planes, nuestros sueños, por nuestra familia y su bienestar, como si corriéramos en un estadio buscando llegar en primer lugar. ¿Sabe usted en qué momento es más propensa una persona para bajar la guardia? Cuando esta persona se confía y cree que nada lo puede sorprender, pero también cuando está agotada y empieza a descuidar sus puntos más vulnerables. Es alarmante la cantidad de padres de familia que después de muchos meses de encierro se encuentran confiados y agotados, sin ánimo y con depresión, situación que afecta a sus hijos e hijas. La pandemia nos ha hecho este mismo efecto a todos los pueblos del mundo, pues hemos esperado por largo tiempo que el peligro disminuya, pero ya el cansancio y el hastío han afectado las dinámicas familiares de tal manera que miles de personas se están olvidando de los cuidados mínimos para mantenerse sanos en medio del peligro. Realmente necesitamos estar enfocados para no bajar la guardia, debemos organizar a la familia para repasar y reforzar las medidas de cuidado dentro y fuera de casa, porque es triste decirlo, pero hoy tengo más conocidos cercanos infectados y afectados por el Covid-19 que hace 2 meses, esto me dice que la situación es muy urgente y no podemos dejar de hacer lo que nos corresponde como líderes de nuestras familias.

La Navidad está ya muy cerca y ella representa el amor, la esperanza, la familia y la paz, pero creo que con la Navidad corremos dos riesgos: O nos dejamos llevar por la inercia de las fiestas y las reuniones en las que podríamos ser infectados con graves consecuencias o nos enfocamos en lo que es más importante para todos, que es la salud. Como nunca antes, necesitamos volver a nuestras raíces familiares, practicar el amor, el perdón, la generosidad y la buena voluntad entre todos; sacudirnos un poco del aspecto comercial que ha cosificado las celebraciones decembrina y enseñarle a nuestros pequeños a apreciar el tiempo de calidad, los regalos hecho a mano y las delicias culinarias alrededor de una mesa aderezada con paz. No baje la guardia pensando en que quizás su esposo nunca va a cambiar, no baje la guardia diciendo que sus hijos ya no tienen remedio, más bien haga un plan para hacer cambios contundentes que le lleven a mirar las cosas que no son, como si existieran.

Por último, les comparto un extracto del poema de Joseph Rudyard Kipling. Escritor y poeta británico nacido en India.

Cuando vayan mal las cosas

como a veces suelen ir,

cuando ofrezca tu camino

solo cuestas que subir,

cuando tengas poco haber

pero mucho que pagar,

y precises sonreír

aun teniendo que llorar,

cuando ya el dolor te agobie

y no puedas ya sufrir,

descansar acaso debes

¡pero nunca desistir!


Gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!

Sin bajar la guardia



El pueblo mexicano es por excelencia fanático de los deportes y es conocido que la lealtad a sus equipos los lleva a vestir sus colores y celebrar por todo lo alto al ver a sus favoritos levantarse con el triunfo, así sucede con el futbol, con el beisbol, en el boxeo, en el basquetbol, etcétera.

Muchos saben de todos los sacrificios que los deportistas tienen que hacer a lo largo de su vida para poder convertirse en campeones y es de admirarse de cómo la disciplina y la entrega los llevan a despojarse de todo aquello que les representa un peso innecesario a la hora de competir. Además de eso, hay algo que realmente es indispensable que realicen para mantenerse al frente en sus contiendas y esto consiste en no bajar la guardia.

De la misma manera, todos en esta vida, enfrentamos retos y desafíos que nos llevan a luchar por nuestros planes, nuestros sueños, por nuestra familia y su bienestar, como si corriéramos en un estadio buscando llegar en primer lugar. ¿Sabe usted en qué momento es más propensa una persona para bajar la guardia? Cuando esta persona se confía y cree que nada lo puede sorprender, pero también cuando está agotada y empieza a descuidar sus puntos más vulnerables. Es alarmante la cantidad de padres de familia que después de muchos meses de encierro se encuentran confiados y agotados, sin ánimo y con depresión, situación que afecta a sus hijos e hijas. La pandemia nos ha hecho este mismo efecto a todos los pueblos del mundo, pues hemos esperado por largo tiempo que el peligro disminuya, pero ya el cansancio y el hastío han afectado las dinámicas familiares de tal manera que miles de personas se están olvidando de los cuidados mínimos para mantenerse sanos en medio del peligro. Realmente necesitamos estar enfocados para no bajar la guardia, debemos organizar a la familia para repasar y reforzar las medidas de cuidado dentro y fuera de casa, porque es triste decirlo, pero hoy tengo más conocidos cercanos infectados y afectados por el Covid-19 que hace 2 meses, esto me dice que la situación es muy urgente y no podemos dejar de hacer lo que nos corresponde como líderes de nuestras familias.

La Navidad está ya muy cerca y ella representa el amor, la esperanza, la familia y la paz, pero creo que con la Navidad corremos dos riesgos: O nos dejamos llevar por la inercia de las fiestas y las reuniones en las que podríamos ser infectados con graves consecuencias o nos enfocamos en lo que es más importante para todos, que es la salud. Como nunca antes, necesitamos volver a nuestras raíces familiares, practicar el amor, el perdón, la generosidad y la buena voluntad entre todos; sacudirnos un poco del aspecto comercial que ha cosificado las celebraciones decembrina y enseñarle a nuestros pequeños a apreciar el tiempo de calidad, los regalos hecho a mano y las delicias culinarias alrededor de una mesa aderezada con paz. No baje la guardia pensando en que quizás su esposo nunca va a cambiar, no baje la guardia diciendo que sus hijos ya no tienen remedio, más bien haga un plan para hacer cambios contundentes que le lleven a mirar las cosas que no son, como si existieran.

Por último, les comparto un extracto del poema de Joseph Rudyard Kipling. Escritor y poeta británico nacido en India.

Cuando vayan mal las cosas

como a veces suelen ir,

cuando ofrezca tu camino

solo cuestas que subir,

cuando tengas poco haber

pero mucho que pagar,

y precises sonreír

aun teniendo que llorar,

cuando ya el dolor te agobie

y no puedas ya sufrir,

descansar acaso debes

¡pero nunca desistir!


Gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!