/ viernes 12 de marzo de 2021

COMUNIDAD Y FAMILIA

El cannabis y la familia



El debate nacional sobre el uso recreativo y medicinal de la marihuana (cannabis) está en todo su apogeo, sobre todo hoy, ya que ayer los diputados federales aprobaron la legalización de la marihuana con fines recreativos, expidiendo con ello la Ley Federal para la Regulación del Cannabis y reforman diversos artículos de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal; con lo que, entre otras cosas, se impone la obligación de solicitar licencia y renovarla anualmente para el cultivo máximo de 8 plantas de marihuana en casa, promover liberaciones inmediatas para las personas procesadas o sentenciadas por delitos contra la salud; la iniciativa busca regular el empleo científico e industrial del cannabis, también hace posible la portación ilícita de hasta 28 gramos de marihuana por persona, también dispone que los menores de 18 años no pueden acceder al cannabis y prohíbe consumirlo en áreas de trabajo u oficinas.

Yo he tenido oportunidad de leer diferentes estudios y reportes relacionados con este tema para formarme una opinión más amplia, sobre todo en lo relacionado con el espectro social, que es el que más ha sufrido el impacto de la adicción a la marihuana, especialmente a la familia. Por si usted está con la curiosidad en que si estoy a favor o en contra de la legalización de la marihuana, les respondo lo siguiente: Yo creo que es mejor regular algo que prohibirlo, al menos en México no han funcionado los mecanismos de prohibición, la guerra contra las drogas han cobrado las vidas de cientos de miles de personas y el tejido social hoy por hoy refleja que la comunidad está enferma, que padece ansiedad, depresión, tristeza, estados anímicos, que son caldo de cultivo para las adicciones entre hombres y mujeres. Con todo y que esté a favor de la regulación, considero que esta no es una varita mágica que vendrá a resolver todos los problemas que han causado las adicciones a nuestro pueblo. Será muy interesante observar la dinámica que se presentará en el proceso de implementación de esta nueva ley, que pretende regular el consumo, pero de ninguna manera prepone reducirlo. También he de decirles que tengo dudas sobre algunas bondades que le atribuyen a esta legalización, porque los mayores referentes son de países que nada tienen que ver con la dinámica, ni la idiosincracia ni la cultura de México. Aquí es necesario que estemos al pendiente de que este tema del cannabis se atienda de manera integral, desde el área de la salud, de la educación, de la seguridad, de la familia y desde lo social. En mi experiencia como maestra y gestora social, puedo decirles que éste es un tema del cual tenemos que seguir hablando con nuestros hijos e hijas, debemos atender sus necesidades emocionales para que no les sea necesario buscar falsos remedios en la marihuana. Ésta y otras drogas tienen el engañoso atractivo de hacerles olvidar la realidad y los ayuda a evadir alguna situación que conlleva responsabilidad, madurez y compromiso. He visto de cerca los estragos que han causado las adicciones en la vida de jóvenes y adultos, he mirado a madres de familia consumirse en vida por ver a su hijo o hija perdidos, desconectados, como muertos vivientes, sin futuro y sin salida. Nuestros hijos deben saber que no porque la marihuana sea legal, quiere decir que es buena señores, nuestros hijos deben saber que cuentan con nuestra ayuda para atender su salud mental, que estamos ahí para escucharlos, para escuchar sus miedos, sus derrotas, sus desamores, sus tristezas. Nuestros jóvenes estarán en mejores condiciones para actuar, para pensar y decidir, si se mantienen lúcidos, con todos sus sentidos funcionando, con sus valores y convicciones firmes y con una conciencia despierta. Y esto, mis queridos lectores, nunca se lo podrán ofrecer las drogas. Que Dios nos ayude y le dé sabiduría a nuestras autoridades para asegurarse que todo sea para bien de nuestro pueblo.

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!

elsitacruzita@gmail.com

El cannabis y la familia



El debate nacional sobre el uso recreativo y medicinal de la marihuana (cannabis) está en todo su apogeo, sobre todo hoy, ya que ayer los diputados federales aprobaron la legalización de la marihuana con fines recreativos, expidiendo con ello la Ley Federal para la Regulación del Cannabis y reforman diversos artículos de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal; con lo que, entre otras cosas, se impone la obligación de solicitar licencia y renovarla anualmente para el cultivo máximo de 8 plantas de marihuana en casa, promover liberaciones inmediatas para las personas procesadas o sentenciadas por delitos contra la salud; la iniciativa busca regular el empleo científico e industrial del cannabis, también hace posible la portación ilícita de hasta 28 gramos de marihuana por persona, también dispone que los menores de 18 años no pueden acceder al cannabis y prohíbe consumirlo en áreas de trabajo u oficinas.

Yo he tenido oportunidad de leer diferentes estudios y reportes relacionados con este tema para formarme una opinión más amplia, sobre todo en lo relacionado con el espectro social, que es el que más ha sufrido el impacto de la adicción a la marihuana, especialmente a la familia. Por si usted está con la curiosidad en que si estoy a favor o en contra de la legalización de la marihuana, les respondo lo siguiente: Yo creo que es mejor regular algo que prohibirlo, al menos en México no han funcionado los mecanismos de prohibición, la guerra contra las drogas han cobrado las vidas de cientos de miles de personas y el tejido social hoy por hoy refleja que la comunidad está enferma, que padece ansiedad, depresión, tristeza, estados anímicos, que son caldo de cultivo para las adicciones entre hombres y mujeres. Con todo y que esté a favor de la regulación, considero que esta no es una varita mágica que vendrá a resolver todos los problemas que han causado las adicciones a nuestro pueblo. Será muy interesante observar la dinámica que se presentará en el proceso de implementación de esta nueva ley, que pretende regular el consumo, pero de ninguna manera prepone reducirlo. También he de decirles que tengo dudas sobre algunas bondades que le atribuyen a esta legalización, porque los mayores referentes son de países que nada tienen que ver con la dinámica, ni la idiosincracia ni la cultura de México. Aquí es necesario que estemos al pendiente de que este tema del cannabis se atienda de manera integral, desde el área de la salud, de la educación, de la seguridad, de la familia y desde lo social. En mi experiencia como maestra y gestora social, puedo decirles que éste es un tema del cual tenemos que seguir hablando con nuestros hijos e hijas, debemos atender sus necesidades emocionales para que no les sea necesario buscar falsos remedios en la marihuana. Ésta y otras drogas tienen el engañoso atractivo de hacerles olvidar la realidad y los ayuda a evadir alguna situación que conlleva responsabilidad, madurez y compromiso. He visto de cerca los estragos que han causado las adicciones en la vida de jóvenes y adultos, he mirado a madres de familia consumirse en vida por ver a su hijo o hija perdidos, desconectados, como muertos vivientes, sin futuro y sin salida. Nuestros hijos deben saber que no porque la marihuana sea legal, quiere decir que es buena señores, nuestros hijos deben saber que cuentan con nuestra ayuda para atender su salud mental, que estamos ahí para escucharlos, para escuchar sus miedos, sus derrotas, sus desamores, sus tristezas. Nuestros jóvenes estarán en mejores condiciones para actuar, para pensar y decidir, si se mantienen lúcidos, con todos sus sentidos funcionando, con sus valores y convicciones firmes y con una conciencia despierta. Y esto, mis queridos lectores, nunca se lo podrán ofrecer las drogas. Que Dios nos ayude y le dé sabiduría a nuestras autoridades para asegurarse que todo sea para bien de nuestro pueblo.

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!

elsitacruzita@gmail.com