/ viernes 23 de julio de 2021

COMUNIDAD Y FAMILIA

Como a ti mismo



En las últimas horas, las noticias han cimbrado a todos los que vivimos en el maravilloso Estado de Sonora; pues los medios han dado a conocer que nuestra Entidad se encuentra a un paso de meterse en los 6 estados que concentran el 50% de las víctimas de homicidio doloso en el país.

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), durante los primeros seis meses de este año 2021, Sonora acumula 963 homicidios dolosos, de los 16 mil 937 que se registran en todo México. Esta cifra pone a nuestro estado en la nada envidiable ni presumible posición #7 de las 32 entidades federativas, solo por debajo de Chihuahua, Michoacán, Estado de México, Jalisco, Baja California y Guanajuato. Con evidente preocupación el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio instrucciones urgentes para que se atienda de manera prioritaria a los 50 municipios de mayor incidencia delictiva en el país, entre ellos, San Luis Río Colorado, los cuales, concentran casi la mitad de los homicidios dolosos a lo largo del territorio mexicano. Si bien es cierto que todas las instancias de seguridad pública, deben poner sumo cuidado en prevenir y proteger a la ciudadanía, también es de suma importancia que desde el seno familiar, cada uno de sus miembros reflexionemos y renovemos nuestro compromiso para con la familia y la sociedad, para que a través de nuestras acciones y actitudes aportemos lo necesario para la sana convivencia y la preservación de la vida de los demás. Una de las más importantes reglas de oro para la sana convivencia es “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”. Qué interesantes palabras, porque esto implica, que una persona en su sano juicio difícilmente intentaría hacerse daño de manera intencional, porque ama su cuerpo y lo cuida para sentirse bien y vivir de manera plena. Pues de la misma forma, esta regla de oro nos invita a elevar el valor de las personas con el mismo aprecio y honor que nosotros nos consideramos tener; amar a alguien como a nosotros mismos significa que intencionalmente yo voy a cuidar la integridad de los demás y no los voy a lastimar solo por tener una condición de género, de discapacidad, de diversidad, de diferente color de piel o por profesar una fe diferente a la de los demás. Lo más importante que debemos recordar es que este amor, aprecio y honor por los demás se debe enseñar en casa, en el seno de la familia, con acciones repetitivas que refuercen en nuestros hijos e hijas los valores de la empatía, la bondad, la buena voluntad, la misericordia y el dominio propio, que serán la base para el buen comportamiento de nuestros hijos desde pequeños, pero también estos valores serán la protección más importante, a manera de muros de contención; cuando nuestros hijos sean asediados por la presión de los amigos, y hasta de sus enemigos para cometer actos tan reprobables como los que se estarían viendo actualmente en nuestras calles y que han llenado de tanto dolor a miles de familias.

Desde los primeros años de vida, nuestros niños y niñas van absorbiendo como pequeñas esponjas los ejemplos de la conducta de los adultos con quienes conviven, esto es por demás alarmante, porque si ellos crecen mirando desamor, violencia y desprecio por la vida de los demás, esto los llevara a caer más fácilmente en actos violentos contra sus semejantes. Yo quiero animarles a que no bajemos la guardia en esta tarea de inculcar en nuestros hijos e hijas los valores que se necesitan para generar un ambiente de paz en el hogar, no les permita a sus hijos que peleen en casa por ningún motivo o pretexto; más bien, enséñeles diversas formas de mediar y llegar a acuerdos entre ellos. Procure junto a su pareja, bajarle un poco al volumen de su voz, que no parezca que están peleando, más bien, use palabras amables y voz suave que seguramente causarán un mejor efecto en las respuestas que usted reciba. Y por sobre todas las cosas, enséñele a su familia que el tomar la vida de otro ser nunca será la solución para resolver un conflicto; más bien, desde pequeños enséñele con el ejemplo que es mejor amar a los demás como a nosotros mismos. Este es el amor más grande y genuino; y es el remedio que más nos urge aplicar hoy en día a nuestra sociedad que hoy padece de tanta violencia y falta de amor entre los hermanos mexicanos. Estoy convencida de que si damos pequeños pasos en este quehacer, podemos ver como la situación de nuestra localidad cambiará para bien de todos. ¡¡Gracias por su compañía y hasta la próxima!!

Mtra. Elsa Cruz Guevara

Como a ti mismo



En las últimas horas, las noticias han cimbrado a todos los que vivimos en el maravilloso Estado de Sonora; pues los medios han dado a conocer que nuestra Entidad se encuentra a un paso de meterse en los 6 estados que concentran el 50% de las víctimas de homicidio doloso en el país.

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), durante los primeros seis meses de este año 2021, Sonora acumula 963 homicidios dolosos, de los 16 mil 937 que se registran en todo México. Esta cifra pone a nuestro estado en la nada envidiable ni presumible posición #7 de las 32 entidades federativas, solo por debajo de Chihuahua, Michoacán, Estado de México, Jalisco, Baja California y Guanajuato. Con evidente preocupación el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio instrucciones urgentes para que se atienda de manera prioritaria a los 50 municipios de mayor incidencia delictiva en el país, entre ellos, San Luis Río Colorado, los cuales, concentran casi la mitad de los homicidios dolosos a lo largo del territorio mexicano. Si bien es cierto que todas las instancias de seguridad pública, deben poner sumo cuidado en prevenir y proteger a la ciudadanía, también es de suma importancia que desde el seno familiar, cada uno de sus miembros reflexionemos y renovemos nuestro compromiso para con la familia y la sociedad, para que a través de nuestras acciones y actitudes aportemos lo necesario para la sana convivencia y la preservación de la vida de los demás. Una de las más importantes reglas de oro para la sana convivencia es “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”. Qué interesantes palabras, porque esto implica, que una persona en su sano juicio difícilmente intentaría hacerse daño de manera intencional, porque ama su cuerpo y lo cuida para sentirse bien y vivir de manera plena. Pues de la misma forma, esta regla de oro nos invita a elevar el valor de las personas con el mismo aprecio y honor que nosotros nos consideramos tener; amar a alguien como a nosotros mismos significa que intencionalmente yo voy a cuidar la integridad de los demás y no los voy a lastimar solo por tener una condición de género, de discapacidad, de diversidad, de diferente color de piel o por profesar una fe diferente a la de los demás. Lo más importante que debemos recordar es que este amor, aprecio y honor por los demás se debe enseñar en casa, en el seno de la familia, con acciones repetitivas que refuercen en nuestros hijos e hijas los valores de la empatía, la bondad, la buena voluntad, la misericordia y el dominio propio, que serán la base para el buen comportamiento de nuestros hijos desde pequeños, pero también estos valores serán la protección más importante, a manera de muros de contención; cuando nuestros hijos sean asediados por la presión de los amigos, y hasta de sus enemigos para cometer actos tan reprobables como los que se estarían viendo actualmente en nuestras calles y que han llenado de tanto dolor a miles de familias.

Desde los primeros años de vida, nuestros niños y niñas van absorbiendo como pequeñas esponjas los ejemplos de la conducta de los adultos con quienes conviven, esto es por demás alarmante, porque si ellos crecen mirando desamor, violencia y desprecio por la vida de los demás, esto los llevara a caer más fácilmente en actos violentos contra sus semejantes. Yo quiero animarles a que no bajemos la guardia en esta tarea de inculcar en nuestros hijos e hijas los valores que se necesitan para generar un ambiente de paz en el hogar, no les permita a sus hijos que peleen en casa por ningún motivo o pretexto; más bien, enséñeles diversas formas de mediar y llegar a acuerdos entre ellos. Procure junto a su pareja, bajarle un poco al volumen de su voz, que no parezca que están peleando, más bien, use palabras amables y voz suave que seguramente causarán un mejor efecto en las respuestas que usted reciba. Y por sobre todas las cosas, enséñele a su familia que el tomar la vida de otro ser nunca será la solución para resolver un conflicto; más bien, desde pequeños enséñele con el ejemplo que es mejor amar a los demás como a nosotros mismos. Este es el amor más grande y genuino; y es el remedio que más nos urge aplicar hoy en día a nuestra sociedad que hoy padece de tanta violencia y falta de amor entre los hermanos mexicanos. Estoy convencida de que si damos pequeños pasos en este quehacer, podemos ver como la situación de nuestra localidad cambiará para bien de todos. ¡¡Gracias por su compañía y hasta la próxima!!

Mtra. Elsa Cruz Guevara