/ lunes 8 de julio de 2019

Contrasentido

Agonía del comercio local


En San Luis Río Colorado, lastimosamente, cada vez son menos los llamados estanquillos, casetitas y minitienditas. Con la llegada de cadenas comerciales y tiendas de autoservicio se han ido acabando las tradicionales tiendas que representaban un respiro para la economía de las familias sanluisinas. Poco a poco han ido cerrado ante los embates competitivos de los corporativos, sin embargo no siempre se compite en términos de igualdad, sino que muchas veces los grandes establecimientos lo hacen deslealmente y con prácticas no tan limpias.

No es un problema exclusivo de nuestra ciudad, al parecer se presenta en todo México. Incluso se dice de investigaciones que se han hecho en las que se determina el área de kilómetros cuadrados que afectan estos negocios, pero ninguna de ellas parece tener una metodología adecuada para determinar con exactitud la afectación. Lo único cierto es que sí tienen en agonía a los comercios locales, porque es casi imposible competir contra los “gigantes del comercio” por la gran desigualdad.

Los defensores de estos esquemas de negocio tienen su mejor argumento en la generación de empleos y en ocasiones se ponen el saco de ser incubadoras de emprendedores por los esquemas leoninos de negocio de riesgo compartido que ofrecen a la ciudadanía. Bajo esos alegatos consiguen la venia para conseguir cientos de permisos para operar a lo largo y ancho de México. Y los Gobernantes, faltos de visión, caen en la perversidad de creer que se genera competencia bajo esas condiciones.

Adicionalmente al problema económico del cierre de negocios locales que generan las cadenas comerciales, se le une el de que la principal ancla de estos negocios es la venta de bebidas alcohólicas. El exceso del consumo de cerveza y licor se ve facilitado por la aparición de ese tipo de establecimientos que proliferan en las ciudades. En ese sentido se debería apelar a la educación del ciudadano para un consumo responsable, pero en un país que carece de muchas cosas la educación no es la excepción. No podemos, ni debemos culpar a quien vende las bebidas alcohólicas por los accidentes y muertes ocasionados por el consumo exagerado y sin control, pero sí sería bueno que se fuera pensando en buscar la forma de inhibir referido consumo, al menos hasta que se educa y concientiza a la ciudadanía. Bajo esos argumentos las autoridades locales deberían pensar al momento de dar las anuencias de esos establecimientos y no solo pensar en la parte económica.

Parecería ser que la agonía del comercio local es inevitable y la extinción de ese tipo de negocios sería su destino final. Sin embargo, existen áreas de oportunidad que si se explotan pueden realmente hacer competitivos a esos negocios locales. En la atención al cliente personalizada y conocimiento de sus necesidades se tiene una gran arma competitiva en contra del servicio frío y estandarizado de las grandes cadenas, por otro lado se requiere una organización de comercios locales para ofrecer marcas caseras de productos que no pueden entrar a esas cadenas y por último, es necesario el apoyo de los Gobiernos con capacitación, acceso a fondos perdidos y campañas de concientización para apoyar a los emprendedores locales, a fin que el valor agregado y ganancias se queden en las familias de nuestro Municipio y no se concentren en manos de unos cuantos extranjeros.




@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com


Agonía del comercio local


En San Luis Río Colorado, lastimosamente, cada vez son menos los llamados estanquillos, casetitas y minitienditas. Con la llegada de cadenas comerciales y tiendas de autoservicio se han ido acabando las tradicionales tiendas que representaban un respiro para la economía de las familias sanluisinas. Poco a poco han ido cerrado ante los embates competitivos de los corporativos, sin embargo no siempre se compite en términos de igualdad, sino que muchas veces los grandes establecimientos lo hacen deslealmente y con prácticas no tan limpias.

No es un problema exclusivo de nuestra ciudad, al parecer se presenta en todo México. Incluso se dice de investigaciones que se han hecho en las que se determina el área de kilómetros cuadrados que afectan estos negocios, pero ninguna de ellas parece tener una metodología adecuada para determinar con exactitud la afectación. Lo único cierto es que sí tienen en agonía a los comercios locales, porque es casi imposible competir contra los “gigantes del comercio” por la gran desigualdad.

Los defensores de estos esquemas de negocio tienen su mejor argumento en la generación de empleos y en ocasiones se ponen el saco de ser incubadoras de emprendedores por los esquemas leoninos de negocio de riesgo compartido que ofrecen a la ciudadanía. Bajo esos alegatos consiguen la venia para conseguir cientos de permisos para operar a lo largo y ancho de México. Y los Gobernantes, faltos de visión, caen en la perversidad de creer que se genera competencia bajo esas condiciones.

Adicionalmente al problema económico del cierre de negocios locales que generan las cadenas comerciales, se le une el de que la principal ancla de estos negocios es la venta de bebidas alcohólicas. El exceso del consumo de cerveza y licor se ve facilitado por la aparición de ese tipo de establecimientos que proliferan en las ciudades. En ese sentido se debería apelar a la educación del ciudadano para un consumo responsable, pero en un país que carece de muchas cosas la educación no es la excepción. No podemos, ni debemos culpar a quien vende las bebidas alcohólicas por los accidentes y muertes ocasionados por el consumo exagerado y sin control, pero sí sería bueno que se fuera pensando en buscar la forma de inhibir referido consumo, al menos hasta que se educa y concientiza a la ciudadanía. Bajo esos argumentos las autoridades locales deberían pensar al momento de dar las anuencias de esos establecimientos y no solo pensar en la parte económica.

Parecería ser que la agonía del comercio local es inevitable y la extinción de ese tipo de negocios sería su destino final. Sin embargo, existen áreas de oportunidad que si se explotan pueden realmente hacer competitivos a esos negocios locales. En la atención al cliente personalizada y conocimiento de sus necesidades se tiene una gran arma competitiva en contra del servicio frío y estandarizado de las grandes cadenas, por otro lado se requiere una organización de comercios locales para ofrecer marcas caseras de productos que no pueden entrar a esas cadenas y por último, es necesario el apoyo de los Gobiernos con capacitación, acceso a fondos perdidos y campañas de concientización para apoyar a los emprendedores locales, a fin que el valor agregado y ganancias se queden en las familias de nuestro Municipio y no se concentren en manos de unos cuantos extranjeros.




@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com