/ lunes 4 de noviembre de 2019

Contrasentido

Los hijos de los milenios


Existe una clasificación de la población de acuerdo con su época que les tocó vivir. Una parte joven de nuestra población (entre 15 y 35 años) nació junto al desarrollo tecnológico en nuestro país, mismo que marcó y forjó un estilo de vida necesario para entender el nuevo entorno en el cual habrían de desenvolverse. Indudablemente que la tecnología modifica nuestros hábitos, costumbres y demás actividades cotidianas. Así que esta generación se les conoce como millennials o milenios.

La conceptualización de milenios ganó adeptos en cuanto a su uso y se hizo viral rápidamente, porque en esa idea encajan perfectamente las características de comportamiento de una generación. A los milenios no les quedó más remedio que adaptarse a espacios marcados por su liquidez, es decir antes se planeaba todo a largo plazo y se buscaba tener un mejor control sobre el futuro con base a los hechos del pasado, sin embargo ahora se resquebrajó todo y el pasado ha quedado como algo demasiado lejano y simplemente el futuro no existe por ser altamente incierto. Así que los milenios saben perfectamente que hay que vivir el momento y no tienen anclajes en el trabajo, familia, deseos e inquietudes, porque saben perfectamente que el mundo que les heredamos evoluciona constantemente.

Ser milenio es ser un punto de encuentro para la burla, crítica y falta de comprensión de las personas adultas. Su figura se ha estigmatizado en la irresponsabilidad y falta de compromiso, desde la visión de un mundo que ya funciona de la misma forma que las generaciones adultas lo concibieron. A pesar de todo, los milenios siguen adelante y ya empiezan a entrar a la edad de madurez. El paso del tiempo es inevitable y la primera condición de la evolución, por lo que el turno de los milenios para controlar la sociedad económica e ideológicamente será algo inevitable para la humanidad.

Una razón fundamental para comprender a los milenios es que ellos son producto de la herencia del mundo que les dejamos. Y en el proceso de evolución los milenios tuvieron que construir una identidad para tratar de sobrevivir a un entorno definido por otra generación. Lo curioso de lo anterior es que los milenios ahora tendrán que ser responsables del mundo que le van a heredar a sus hijos, los centenios o centennials, mismos que ya están entre nosotros, pero aún no son visibles productivamente en nuestra sociedad por su temprana edad.

Lo triste de la reflexión es la exagerada crítica que hacemos como sociedad a las nuevas generaciones, pero la poca o nula actividad tendiente a tratar de comprenderlos para adaptar mejores espacios en lo laboral, social y del entorno general para puedan desarrollar todos sus potenciales a beneficio de la sociedad. Aún estamos a tiempo para tratar de entender a las nuevas generaciones y hacer de la transición generacional un espacio común suave y terso que nos genere una sociedad equilibrada y con igualdad de oportunidades para todos los mexicanos independientemente de la generación a la que se pertenece. El mundo es el hogar de todas las generaciones presentes y futuras, si somos capaces de comprendernos, entendernos y de sentir empatía por nosotros mismos, el mundo será un mejor lugar para ser y estar.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

Los hijos de los milenios


Existe una clasificación de la población de acuerdo con su época que les tocó vivir. Una parte joven de nuestra población (entre 15 y 35 años) nació junto al desarrollo tecnológico en nuestro país, mismo que marcó y forjó un estilo de vida necesario para entender el nuevo entorno en el cual habrían de desenvolverse. Indudablemente que la tecnología modifica nuestros hábitos, costumbres y demás actividades cotidianas. Así que esta generación se les conoce como millennials o milenios.

La conceptualización de milenios ganó adeptos en cuanto a su uso y se hizo viral rápidamente, porque en esa idea encajan perfectamente las características de comportamiento de una generación. A los milenios no les quedó más remedio que adaptarse a espacios marcados por su liquidez, es decir antes se planeaba todo a largo plazo y se buscaba tener un mejor control sobre el futuro con base a los hechos del pasado, sin embargo ahora se resquebrajó todo y el pasado ha quedado como algo demasiado lejano y simplemente el futuro no existe por ser altamente incierto. Así que los milenios saben perfectamente que hay que vivir el momento y no tienen anclajes en el trabajo, familia, deseos e inquietudes, porque saben perfectamente que el mundo que les heredamos evoluciona constantemente.

Ser milenio es ser un punto de encuentro para la burla, crítica y falta de comprensión de las personas adultas. Su figura se ha estigmatizado en la irresponsabilidad y falta de compromiso, desde la visión de un mundo que ya funciona de la misma forma que las generaciones adultas lo concibieron. A pesar de todo, los milenios siguen adelante y ya empiezan a entrar a la edad de madurez. El paso del tiempo es inevitable y la primera condición de la evolución, por lo que el turno de los milenios para controlar la sociedad económica e ideológicamente será algo inevitable para la humanidad.

Una razón fundamental para comprender a los milenios es que ellos son producto de la herencia del mundo que les dejamos. Y en el proceso de evolución los milenios tuvieron que construir una identidad para tratar de sobrevivir a un entorno definido por otra generación. Lo curioso de lo anterior es que los milenios ahora tendrán que ser responsables del mundo que le van a heredar a sus hijos, los centenios o centennials, mismos que ya están entre nosotros, pero aún no son visibles productivamente en nuestra sociedad por su temprana edad.

Lo triste de la reflexión es la exagerada crítica que hacemos como sociedad a las nuevas generaciones, pero la poca o nula actividad tendiente a tratar de comprenderlos para adaptar mejores espacios en lo laboral, social y del entorno general para puedan desarrollar todos sus potenciales a beneficio de la sociedad. Aún estamos a tiempo para tratar de entender a las nuevas generaciones y hacer de la transición generacional un espacio común suave y terso que nos genere una sociedad equilibrada y con igualdad de oportunidades para todos los mexicanos independientemente de la generación a la que se pertenece. El mundo es el hogar de todas las generaciones presentes y futuras, si somos capaces de comprendernos, entendernos y de sentir empatía por nosotros mismos, el mundo será un mejor lugar para ser y estar.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com