/ lunes 11 de noviembre de 2019

Contrasentido

¿Es posible una economía moral?


La economía tiene entre sus ramas de estudio las relaciones de producción de una sociedad, pero lamentablemente esas interacciones ahora solo se basan en la explotación del hombre, a fin de satisfacer las necesidades económicas de los dueños del capital. Bajo esa amoral premisa millones de obreros, campesinos, empleados y burócratas acuden todos los días a dejar una parte de su vida en sus centros de trabajo a cambio de muy poco capital que les permita solo sobrevivir, pero sin acceder a la riqueza.

El presidente de México, Andrés Manuel, presentará próximamente un libro que llevará como tema central la economía moral como una propuesta para tratar de revertir las condiciones amorales de la explotación. El título de la obra no sólo es llamativo, sino que es una invitación directa a reflexionar si es posible tener una economía con igualdad de oportunidades. Debemos esperar a leer las intenciones del libro, porque tal vez sea una sola propuesta o venga en serio con su implementación. Lo que sí es seguro es que luchar contra molinos de viento es peligroso y difícil, porque no se tiene el rostro del enemigo y eso lo hace más complicado en el sentido que no sabes de donde vendrá el contrataque.

Lo complicado del tema es que la moral está secuestrada por la economía, porque las reglas del juego las tienen en sus manos los dueños de capital. Lo que es bueno o malo varía según la cantidad de dinero que posea una persona, por ejemplo el prestar dinero a cambio de una parte de capital en los bancos se llaman intereses y cuando la misma situación se hace entre pobres se llama usura. Así es como la moral se convierte en moralina y se prostituye en favor de los sectores económicos históricamente privilegiados por el simple hecho de ejercer el poder. Es decir, muchas situaciones injustas que suceden son porque se tiene el control de la economía y no porque se tenga la razón o porque sean leyes naturales.

De concretarse una economía moral en México seríamos un ejemplo internacional de buenas prácticas en materia de políticas públicas que garantizarían en el imaginario un país fuerte y próspero, sin embargo también nos pondría en la mira de las potencias mundiales que no verían con buenos ojos el despertar económico de los pobres, porque seríamos un ejemplo para una verdadera revolución mundial que les haría perder sus privilegios, mismos que no están dispuestos a ceder tan fácilmente.

Para que la economía funcione primero se debe de recuperar la moral de las garras de los medios de comunicación y redes sociales, que tendenciosamente inducen la verdad de lo que según ellos es bueno o malo a su conveniencia. Con una moral centrada en los valores se puede construir una base social que induzca un pensamiento económico justo, que realmente valore la fuerza laboral de una nación y que la revindique para establecer los mecanismos necesarios que generen un crecimiento sostenible de nuestra economía. A final de cuentas, la propuesta busca generar un entorno de igualdad de oportunidades para que los que tienen menos tengan más y no para que los tengan más tengan menos.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

¿Es posible una economía moral?


La economía tiene entre sus ramas de estudio las relaciones de producción de una sociedad, pero lamentablemente esas interacciones ahora solo se basan en la explotación del hombre, a fin de satisfacer las necesidades económicas de los dueños del capital. Bajo esa amoral premisa millones de obreros, campesinos, empleados y burócratas acuden todos los días a dejar una parte de su vida en sus centros de trabajo a cambio de muy poco capital que les permita solo sobrevivir, pero sin acceder a la riqueza.

El presidente de México, Andrés Manuel, presentará próximamente un libro que llevará como tema central la economía moral como una propuesta para tratar de revertir las condiciones amorales de la explotación. El título de la obra no sólo es llamativo, sino que es una invitación directa a reflexionar si es posible tener una economía con igualdad de oportunidades. Debemos esperar a leer las intenciones del libro, porque tal vez sea una sola propuesta o venga en serio con su implementación. Lo que sí es seguro es que luchar contra molinos de viento es peligroso y difícil, porque no se tiene el rostro del enemigo y eso lo hace más complicado en el sentido que no sabes de donde vendrá el contrataque.

Lo complicado del tema es que la moral está secuestrada por la economía, porque las reglas del juego las tienen en sus manos los dueños de capital. Lo que es bueno o malo varía según la cantidad de dinero que posea una persona, por ejemplo el prestar dinero a cambio de una parte de capital en los bancos se llaman intereses y cuando la misma situación se hace entre pobres se llama usura. Así es como la moral se convierte en moralina y se prostituye en favor de los sectores económicos históricamente privilegiados por el simple hecho de ejercer el poder. Es decir, muchas situaciones injustas que suceden son porque se tiene el control de la economía y no porque se tenga la razón o porque sean leyes naturales.

De concretarse una economía moral en México seríamos un ejemplo internacional de buenas prácticas en materia de políticas públicas que garantizarían en el imaginario un país fuerte y próspero, sin embargo también nos pondría en la mira de las potencias mundiales que no verían con buenos ojos el despertar económico de los pobres, porque seríamos un ejemplo para una verdadera revolución mundial que les haría perder sus privilegios, mismos que no están dispuestos a ceder tan fácilmente.

Para que la economía funcione primero se debe de recuperar la moral de las garras de los medios de comunicación y redes sociales, que tendenciosamente inducen la verdad de lo que según ellos es bueno o malo a su conveniencia. Con una moral centrada en los valores se puede construir una base social que induzca un pensamiento económico justo, que realmente valore la fuerza laboral de una nación y que la revindique para establecer los mecanismos necesarios que generen un crecimiento sostenible de nuestra economía. A final de cuentas, la propuesta busca generar un entorno de igualdad de oportunidades para que los que tienen menos tengan más y no para que los tengan más tengan menos.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com