/ lunes 9 de diciembre de 2019

CONTRASENTIDO

La lucha de las mujeres


La historia de la humanidad y en especial la de nuestro país tiene como constante la opresión a los derechos de las mujeres. Por ejemplo, las mujeres en México ejercieron su derecho al voto hasta 1953, es decir no pudieron ser partícipes de la fiesta democrática hasta 130 años después de ser un estado libre. No reconocer lo anterior implica no entender a los movimientos actuales que buscan no sólo una igualdad de oportunidades, sino crear la conciencia en la sociedad.

El movimiento feminista ha tomado fuerza global y se ha posicionado en el centro del debate de las redes sociales en gran parte gracias a su radicalización de las protestas. En México algunas feministas encapuchadas han desafiado al Estado de Derecho haciendo pintas en monumentos históricos y algunos daños en comercios y servicios públicos, lo cual ha desatado que una parte de la población exija la aplicación de la fuerza del estado mediante la represión y persecución. Escenas que tal vez las vimos en otras protestas visibles anteriormente, sin embargo siempre se decía que esas personas encapuchadas eran enviados por el estado o era grupo de reventadores que buscaban o respondían a intereses particulares y ahora no sabemos con exactitud qué sucede.

La lucha por los derechos de igualdad casi siempre ha tenido que hacerse con el uso de la fuerza como una medida para hacerse visibles ante la sociedad y una vez lograda la visibilidad se hace propuesta de reforma a leyes o de generar conciencia en la sociedad. Ahí tenemos como ejemplo a lo anterior el caso de los chalecos amarillos en Francia, que para nada son una “perita en dulce”, pero se les reconoce como agentes de la revolución. Lo anterior puede llevarnos a una interesante reflexión sobre si estamos cuestionando con mucha severidad al movimiento feminista o si esa radicalización de la protesta tiene como ADN la opresión social y por ello sea imposible que busquen la empatía de la sociedad.

En la mayoría de los países existen leyes que promueven la igualdad de derechos y castigan severamente la violencia contra la mujer, pero en la realidad la discriminación y violencia tiene rostro de mujer y en especial es indígena. Así que para que el estado-sociedad inicie un diálogo para atender la problemática se debe iniciar por reconocer las diferencias históricas, para entender las formas de las protestas y sensibilizar a ambos bandos sobre los mensajes de odio que se pueden promover por malentender las causas y orígenes de las protestas y contraprotestas del problema.

El tema de la lucha de los derechos de las mujeres es polémico en todos los sentidos y lugares. Por ello, es interesante el análisis del problema, para destrabar los conflictos e iniciar mesas de diálogo que nos conduzcan a un reconocimiento pleno y efectivo de los de los derechos de las mujeres. Así que el momento del feminismo ha llegado, ya están posicionados como un tema de la agenda nacional, mismo que deben aprovechar con liderazgos efectivos que envíen el mensaje correcto a la sociedad y gobernantes, porque de lo contrario las redes sociales y sociedad cambian constantemente de tema de debate y se les puede pasar su turno. Ojalá y aprovechemos como sociedad la coyuntura del debate para equilibrar la balanza de una vez por todas y para siempre. Ni arriba, ni abajo las mujeres, simplemente igualdad.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

La lucha de las mujeres


La historia de la humanidad y en especial la de nuestro país tiene como constante la opresión a los derechos de las mujeres. Por ejemplo, las mujeres en México ejercieron su derecho al voto hasta 1953, es decir no pudieron ser partícipes de la fiesta democrática hasta 130 años después de ser un estado libre. No reconocer lo anterior implica no entender a los movimientos actuales que buscan no sólo una igualdad de oportunidades, sino crear la conciencia en la sociedad.

El movimiento feminista ha tomado fuerza global y se ha posicionado en el centro del debate de las redes sociales en gran parte gracias a su radicalización de las protestas. En México algunas feministas encapuchadas han desafiado al Estado de Derecho haciendo pintas en monumentos históricos y algunos daños en comercios y servicios públicos, lo cual ha desatado que una parte de la población exija la aplicación de la fuerza del estado mediante la represión y persecución. Escenas que tal vez las vimos en otras protestas visibles anteriormente, sin embargo siempre se decía que esas personas encapuchadas eran enviados por el estado o era grupo de reventadores que buscaban o respondían a intereses particulares y ahora no sabemos con exactitud qué sucede.

La lucha por los derechos de igualdad casi siempre ha tenido que hacerse con el uso de la fuerza como una medida para hacerse visibles ante la sociedad y una vez lograda la visibilidad se hace propuesta de reforma a leyes o de generar conciencia en la sociedad. Ahí tenemos como ejemplo a lo anterior el caso de los chalecos amarillos en Francia, que para nada son una “perita en dulce”, pero se les reconoce como agentes de la revolución. Lo anterior puede llevarnos a una interesante reflexión sobre si estamos cuestionando con mucha severidad al movimiento feminista o si esa radicalización de la protesta tiene como ADN la opresión social y por ello sea imposible que busquen la empatía de la sociedad.

En la mayoría de los países existen leyes que promueven la igualdad de derechos y castigan severamente la violencia contra la mujer, pero en la realidad la discriminación y violencia tiene rostro de mujer y en especial es indígena. Así que para que el estado-sociedad inicie un diálogo para atender la problemática se debe iniciar por reconocer las diferencias históricas, para entender las formas de las protestas y sensibilizar a ambos bandos sobre los mensajes de odio que se pueden promover por malentender las causas y orígenes de las protestas y contraprotestas del problema.

El tema de la lucha de los derechos de las mujeres es polémico en todos los sentidos y lugares. Por ello, es interesante el análisis del problema, para destrabar los conflictos e iniciar mesas de diálogo que nos conduzcan a un reconocimiento pleno y efectivo de los de los derechos de las mujeres. Así que el momento del feminismo ha llegado, ya están posicionados como un tema de la agenda nacional, mismo que deben aprovechar con liderazgos efectivos que envíen el mensaje correcto a la sociedad y gobernantes, porque de lo contrario las redes sociales y sociedad cambian constantemente de tema de debate y se les puede pasar su turno. Ojalá y aprovechemos como sociedad la coyuntura del debate para equilibrar la balanza de una vez por todas y para siempre. Ni arriba, ni abajo las mujeres, simplemente igualdad.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com