/ martes 14 de abril de 2020

CONTRASENTIDO

¿Y después del Covid-19?




Se tiene previsto un regreso escalonado a las actividades en mayo, sin embargo la fecha pudiera recorrerse debido a la escalada de la curva epidemiológica. Así que lo único cierto es que algún día se a acabará la pandemia del Covid-19, pero es cierto que el mundo no volverá regresar a la “normalidad”. Este virus dejará marcado un punto de inflexión para la evolución para la humanidad, ¿para bien o para mal?, eso lo sabremos con el tiempo y con la influencia de liderazgos capaces de tamizar los temas de la agenda pública y social.

Hasta la fecha, la única vacuna contra este virus es quedarse en casa, lo que se traduce en un control y sometimiento de la población. Así que los gobernantes con ideas totalitarias ya apuntan su discurso al miedo, para hacernos creer que por nuestro bien y con el firme objetivo que no se vuelvan a presentar estas situaciones es necesario establecer medidas de sometimiento de la voluntad individual al de la salud pública. No sería raro que algún despistado legislador (hay muchos) en México someta a consideración el uso de tecnología de punta para controlar a la población como pudieran ser: Drones con identificación de rostro, cámaras de video capaces de identificar personas, uso de GPS, monitoreo por teléfono celular, etc… Y todo para poder establecer con exactitud la movilidad individual y colectiva, con el fin de castigar a quien no acate las indicaciones.

En materia económica, se nos vino la noche con el Covid-19, no sólo tardaremos largos meses en recuperar los estragos de detener la dinámica de la economía nacional, sino que se requerirán de inversiones cuantiosas para estimular el desarrollo económico. Si en lo global es un desastre el virus, en lo individual las empresas deberán de buscar la manera de establecer planes de contingencia para hacer sus procesos productivos en casa. Así que la innovación y creatividad deben ser un factor fundamental para que se pueda sobrevivir en un mundo globalizado, situación que ya la sabíamos pero la pandemia la catalizan a algo urgente e imprescindible.

Como política de estado se debe combatir la desigualdad social que se manifiesta en la falta de acceso de tecnología e Internet para la ciudadanía. Si la brecha digital sigue en nuestra sociedad, no podremos salir adelante ante ninguna contingencia de esta naturaleza. El servicio de Internet es la infraestructura educativa en tiempos de la cuarentena, cerrar los ojos y no ver que no estamos preparados en esa materia es condenar al subdesarrollo a nuestra nación. Asimismo, el Sistema Educativo Nacional debe adoptar estrategias uniformes en la materia de educación en línea y a distancia para combatir la incertidumbre que genera una escasa o nula planeación al respecto.

En lo individual y social, después de la pandemia debemos reflexionar en dos sentidos básicos: Primero, apreciar la vida desde otra perspectiva para ser felices plenamente con el disfrute y gozo cotidiano y segundo, para apreciar o buscar la verdadera libertad de la que somos sujetos, para entender y comprender que no podemos vivir con miedo porque a final de cuentas la muerte la podemos encontrar por cualquier pretexto y no necesariamente por un virus. Por lo pronto y como dicen en las redes sociales, es mejor estar encerrado en tu casa que un hospital. #QuédateEnCasa

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

¿Y después del Covid-19?




Se tiene previsto un regreso escalonado a las actividades en mayo, sin embargo la fecha pudiera recorrerse debido a la escalada de la curva epidemiológica. Así que lo único cierto es que algún día se a acabará la pandemia del Covid-19, pero es cierto que el mundo no volverá regresar a la “normalidad”. Este virus dejará marcado un punto de inflexión para la evolución para la humanidad, ¿para bien o para mal?, eso lo sabremos con el tiempo y con la influencia de liderazgos capaces de tamizar los temas de la agenda pública y social.

Hasta la fecha, la única vacuna contra este virus es quedarse en casa, lo que se traduce en un control y sometimiento de la población. Así que los gobernantes con ideas totalitarias ya apuntan su discurso al miedo, para hacernos creer que por nuestro bien y con el firme objetivo que no se vuelvan a presentar estas situaciones es necesario establecer medidas de sometimiento de la voluntad individual al de la salud pública. No sería raro que algún despistado legislador (hay muchos) en México someta a consideración el uso de tecnología de punta para controlar a la población como pudieran ser: Drones con identificación de rostro, cámaras de video capaces de identificar personas, uso de GPS, monitoreo por teléfono celular, etc… Y todo para poder establecer con exactitud la movilidad individual y colectiva, con el fin de castigar a quien no acate las indicaciones.

En materia económica, se nos vino la noche con el Covid-19, no sólo tardaremos largos meses en recuperar los estragos de detener la dinámica de la economía nacional, sino que se requerirán de inversiones cuantiosas para estimular el desarrollo económico. Si en lo global es un desastre el virus, en lo individual las empresas deberán de buscar la manera de establecer planes de contingencia para hacer sus procesos productivos en casa. Así que la innovación y creatividad deben ser un factor fundamental para que se pueda sobrevivir en un mundo globalizado, situación que ya la sabíamos pero la pandemia la catalizan a algo urgente e imprescindible.

Como política de estado se debe combatir la desigualdad social que se manifiesta en la falta de acceso de tecnología e Internet para la ciudadanía. Si la brecha digital sigue en nuestra sociedad, no podremos salir adelante ante ninguna contingencia de esta naturaleza. El servicio de Internet es la infraestructura educativa en tiempos de la cuarentena, cerrar los ojos y no ver que no estamos preparados en esa materia es condenar al subdesarrollo a nuestra nación. Asimismo, el Sistema Educativo Nacional debe adoptar estrategias uniformes en la materia de educación en línea y a distancia para combatir la incertidumbre que genera una escasa o nula planeación al respecto.

En lo individual y social, después de la pandemia debemos reflexionar en dos sentidos básicos: Primero, apreciar la vida desde otra perspectiva para ser felices plenamente con el disfrute y gozo cotidiano y segundo, para apreciar o buscar la verdadera libertad de la que somos sujetos, para entender y comprender que no podemos vivir con miedo porque a final de cuentas la muerte la podemos encontrar por cualquier pretexto y no necesariamente por un virus. Por lo pronto y como dicen en las redes sociales, es mejor estar encerrado en tu casa que un hospital. #QuédateEnCasa

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com