/ lunes 3 de agosto de 2020

CONTRASENTIDO

Los remedios y automedicación: La otra pandemia



Ante la elevada mortalidad del Covid-19 y el dificultoso camino científico para la aprobación de una vacuna, han surgido una serie de remedios y usos distintos de medicinas existentes para tratar la enfermedad causada por el virus.

La mayoría de los remedios es inofensiva para el cuerpo humano, con efectos muy ligeros o bastante tolerables. Ante la incertidumbre actual, los remedios y la automedicación se han popularizado entre gran parte de la población.

Si bien es cierto la herbolaria y conocimiento ancestral de ella han contribuido a encontrar medicinas que nos han salvado de muchos malestares y nos dan una mejor calidad de vida. Sin embargo, en el caso del Covid-19 existen una infinidad de remedios que pudieran ayudar a aminorar los síntomas, pero no para matar al virus directamente. Así es como surgen y se popularizan los remedios.

Otro tema es la automedicación, mucho más peligroso, porque circulan en internet recetas de fármacos que dicen proceder de médicos que han “curado” a miles de enfermos de Covid-19 siguiendo un tratamiento que utiliza un coctel de medicinas que se usan para otras enfermedades, siendo en realidad el sistema inmunológico lo que combate al virus.

El problema es que el miedo nos tiene azorados como ciudadanos y las personas ya tienen dotaciones de esas medicinas listas para cualquier eventualidad. Lo grave de lo anterior es que las dosis muchas veces contravienen las indicaciones del mismo fabricante del medicamento como en el caso del tratamiento contra los piojos. Y amén que las personas no tienen un diagnóstico claro de su estado de salud que les permita conocer qué pueden tomar, dosis correctas y posibles reacciones.

Incluso, hasta productos milagrosos existen en el mercado que dicen matar al virus y controlar las enfermedades crónico-degenerativas que hemos padecido como sociedad tales como diabetes, hipertensión y obesidad, productos que muchas veces usan como escudo la alta y conocida voracidad económica de las farmacéuticas para excusarse que las autoridades sanitarias no los recomiendan y prohíben.

Debemos entender que el virus actúa de una forma peculiar en cada organismo. En algunas personas, desafortunadamente, es mortal y en otras no les da ningún síntoma. En los famosos asintomáticos su sistema inmunológico los hace resistentes al virus, así que pasará inadvertido el Covid-19 en su organismo, pero lo peligroso es que si tomaron o tomaban algún remedio, se mostrarán como casos de éxito y la población lo aceptará como verdad absoluta, causando una falsa sensación que existe la cura a la enfermedad o que el virus no es mortal.

Lo raro de todo lo anterior es la nula capacidad de la autoridad para controlar la otra pandemia, porque los medicamentos se siguen triplicando sus costos y se siguen vendiendo con recetas simuladas o sin recetas, mientras los verdaderos necesitados de ésos no pueden adquirirlos.

El problema del virus es muy grande y la otra pandemia de creencias lo hace más grande. Al parecer la pandemia seguirá varios meses más en lo que aparecen y llegan las vacunas o medicamentos realmente eficaces para personas con riesgo de muerte, entonces estamos a tiempo los ciudadanos de entender que mientras no existan estudios clínicos comprobados, actuamos de una forma irresponsable al decir que tal remedio o medicinas curó del virus.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

Los remedios y automedicación: La otra pandemia



Ante la elevada mortalidad del Covid-19 y el dificultoso camino científico para la aprobación de una vacuna, han surgido una serie de remedios y usos distintos de medicinas existentes para tratar la enfermedad causada por el virus.

La mayoría de los remedios es inofensiva para el cuerpo humano, con efectos muy ligeros o bastante tolerables. Ante la incertidumbre actual, los remedios y la automedicación se han popularizado entre gran parte de la población.

Si bien es cierto la herbolaria y conocimiento ancestral de ella han contribuido a encontrar medicinas que nos han salvado de muchos malestares y nos dan una mejor calidad de vida. Sin embargo, en el caso del Covid-19 existen una infinidad de remedios que pudieran ayudar a aminorar los síntomas, pero no para matar al virus directamente. Así es como surgen y se popularizan los remedios.

Otro tema es la automedicación, mucho más peligroso, porque circulan en internet recetas de fármacos que dicen proceder de médicos que han “curado” a miles de enfermos de Covid-19 siguiendo un tratamiento que utiliza un coctel de medicinas que se usan para otras enfermedades, siendo en realidad el sistema inmunológico lo que combate al virus.

El problema es que el miedo nos tiene azorados como ciudadanos y las personas ya tienen dotaciones de esas medicinas listas para cualquier eventualidad. Lo grave de lo anterior es que las dosis muchas veces contravienen las indicaciones del mismo fabricante del medicamento como en el caso del tratamiento contra los piojos. Y amén que las personas no tienen un diagnóstico claro de su estado de salud que les permita conocer qué pueden tomar, dosis correctas y posibles reacciones.

Incluso, hasta productos milagrosos existen en el mercado que dicen matar al virus y controlar las enfermedades crónico-degenerativas que hemos padecido como sociedad tales como diabetes, hipertensión y obesidad, productos que muchas veces usan como escudo la alta y conocida voracidad económica de las farmacéuticas para excusarse que las autoridades sanitarias no los recomiendan y prohíben.

Debemos entender que el virus actúa de una forma peculiar en cada organismo. En algunas personas, desafortunadamente, es mortal y en otras no les da ningún síntoma. En los famosos asintomáticos su sistema inmunológico los hace resistentes al virus, así que pasará inadvertido el Covid-19 en su organismo, pero lo peligroso es que si tomaron o tomaban algún remedio, se mostrarán como casos de éxito y la población lo aceptará como verdad absoluta, causando una falsa sensación que existe la cura a la enfermedad o que el virus no es mortal.

Lo raro de todo lo anterior es la nula capacidad de la autoridad para controlar la otra pandemia, porque los medicamentos se siguen triplicando sus costos y se siguen vendiendo con recetas simuladas o sin recetas, mientras los verdaderos necesitados de ésos no pueden adquirirlos.

El problema del virus es muy grande y la otra pandemia de creencias lo hace más grande. Al parecer la pandemia seguirá varios meses más en lo que aparecen y llegan las vacunas o medicamentos realmente eficaces para personas con riesgo de muerte, entonces estamos a tiempo los ciudadanos de entender que mientras no existan estudios clínicos comprobados, actuamos de una forma irresponsable al decir que tal remedio o medicinas curó del virus.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com