/ lunes 11 de octubre de 2021

CONTRASENTIDO

Sucesión 2024


La Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador no termina de cuajar su transformación, y ya se ha abierto el proceso de busca del sucesor para el 2024. Los cuadros de Morena saben que, con una oposición desarticulada, sus posibilidades de retener la presidencia son muy grandes y, sobre todo, con los resultados de la elección intermedia.

Los programas sociales del bienestar han favorecido a un amplio sector del electorado, por ejemplo, el apoyo universal a los jóvenes y a los adultos mayores. Lo anterior tiene al presidente con históricos niveles de aceptación. Así que bastaría un llamado del presidente para volcar su popularidad a algún personaje que le garantice al electorado la continuidad de programas sociales sin aumentar los impuestos o endeudamiento.

Otra ventaja que tiene la actual administración es la relativa a los indicadores macroeconómicos, que muestran una gran estabilidad a pesar de las turbulencias internacionales derivadas de la pandemia. Con un tipo de cambio estable, inflación controlada y aumentos de salarios hacen soñar con la idea de que, algún día, esos indicadores se reflejen en los bolsillos de los mexicanos con una mayor calidad de vida.

En definitiva, la mano del proceso electoral 2024 la lleva la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien es la receptora de la mayoría de los halagos presidenciales, cobijo del gobierno federal y, por ende, se arrima a muy buena sombra. A pesar de los descalabros de las alcaidías en las elecciones intermedias, el gobierno federal se ha avocado a apoyar con diversos programas para recuperar el bastión electoral y de paso favorecer a la probable candidata al 2024.

Sin embargo, el 2024 aún es lejano y algunas variables pudieran inclinar a la balanza rumbo al actual Primer Canciller o rumbo al Senado de la República. Hay que recordar que la competencia está muy cerrada, porque los otros dos grandes contrincantes para la interna de Morena traen bastante experiencia y, sobre todo, saben leer la realidad de la política para tratarla de modificar a su favor.

El actual presidente ha dicho en repetidas ocasiones que no tendrá injerencia en el proceso de designación del candidato o candidata, pero su liderazgo y buena aceptación en el electorado será un factor decisivo para que las bases de Morena establezcan los mecanismos de elección del próximo, al menos, candidato a la Presidencia de la República. No hay que perder de vista el tema en los próximos meses porque será algo muy recurrente.


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com


Sucesión 2024


La Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador no termina de cuajar su transformación, y ya se ha abierto el proceso de busca del sucesor para el 2024. Los cuadros de Morena saben que, con una oposición desarticulada, sus posibilidades de retener la presidencia son muy grandes y, sobre todo, con los resultados de la elección intermedia.

Los programas sociales del bienestar han favorecido a un amplio sector del electorado, por ejemplo, el apoyo universal a los jóvenes y a los adultos mayores. Lo anterior tiene al presidente con históricos niveles de aceptación. Así que bastaría un llamado del presidente para volcar su popularidad a algún personaje que le garantice al electorado la continuidad de programas sociales sin aumentar los impuestos o endeudamiento.

Otra ventaja que tiene la actual administración es la relativa a los indicadores macroeconómicos, que muestran una gran estabilidad a pesar de las turbulencias internacionales derivadas de la pandemia. Con un tipo de cambio estable, inflación controlada y aumentos de salarios hacen soñar con la idea de que, algún día, esos indicadores se reflejen en los bolsillos de los mexicanos con una mayor calidad de vida.

En definitiva, la mano del proceso electoral 2024 la lleva la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien es la receptora de la mayoría de los halagos presidenciales, cobijo del gobierno federal y, por ende, se arrima a muy buena sombra. A pesar de los descalabros de las alcaidías en las elecciones intermedias, el gobierno federal se ha avocado a apoyar con diversos programas para recuperar el bastión electoral y de paso favorecer a la probable candidata al 2024.

Sin embargo, el 2024 aún es lejano y algunas variables pudieran inclinar a la balanza rumbo al actual Primer Canciller o rumbo al Senado de la República. Hay que recordar que la competencia está muy cerrada, porque los otros dos grandes contrincantes para la interna de Morena traen bastante experiencia y, sobre todo, saben leer la realidad de la política para tratarla de modificar a su favor.

El actual presidente ha dicho en repetidas ocasiones que no tendrá injerencia en el proceso de designación del candidato o candidata, pero su liderazgo y buena aceptación en el electorado será un factor decisivo para que las bases de Morena establezcan los mecanismos de elección del próximo, al menos, candidato a la Presidencia de la República. No hay que perder de vista el tema en los próximos meses porque será algo muy recurrente.


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com