/ lunes 17 de enero de 2022

CONTRASENTIDO

La banca y sus historias.


Para el desarrollo económico de un país se requiere de instituciones bancarias sólidas que ayuden a desarrollar la infraestructura necesaria. Mediante la captación de excedente de circulante de los ciudadanos se promueve el ahorro y se pueden ofrecer créditos para que los emprendedores puedan operar sus ideas de negocio y, con ello, son agentes que ayudan a regular la inflación.

Por lo que el anuncio de la venta de uno de los principales bancos abre el debate nacional, la suspicacia, rumorología y se llama al amargo recuerdo de grandes crisis económicas. Así que este tema dará mucho de qué hablar dentro de las próximas semanas, por ejemplo: Las declaraciones folclóricas de un empresario mexicano sobre su intención de compra; el uso tema como golpeteo político en cuanto a la culpabilidad de la venta, cuando bien puede ser una decisión global de sus accionistas; el retiro de las cuentas de las ahorradores, aún cuando están totalmente protegidos.

Siempre el tema viene de la mano de la verborrea de los políticos en turno. Cuando se estatizó la banca se vino un discurso nacionalista de que eran un sector estratégico para el progreso de la nación y con la tradicional complicidad de los medios se generalizó esa idea. Al tiempo, llegó el neoliberalismo a México y vio un gran botín en los bancos, por lo que con las mismas estrategias se logró privatizarlos y entregarlos al capital privado y extranjero. Lo raro es que, ahora siendo una decisión privada, se quiera hacer revuelo de la noticia.

Otro escándalo en la banca fue una anterior venta de la misma institución en cuestión, la cual fue adquirida haciendo gala de triquiñuelas fiscales para eludir el pago de los impuestos correspondientes con la participación de importantes políticos como asesores privados. Posteriormente, se regularon esas operaciones para que no volvieran a suceder dichos actos, lo cual nos garantiza que ahora al menos sí se pagarán las contribuciones correspondientes.

Es innegable la importancia de la banca, pero también es cierto que tienen grandes privilegios que les permiten operar en condiciones económicas muy favorables como altas comisiones por sus servicios y una diferencia abismal entre las tasas de interés que ofrecer a sus ahorradores y las que cobran a sus deudores. Ahora que el tema está en la palestra nacional se debería de aprovechar para encontrar la forma de regular sus operaciones para que sigan siendo factor de desarrollo, pero sin los evidentes excesos que estrangulan al groso de la población.


La banca y sus historias.


Para el desarrollo económico de un país se requiere de instituciones bancarias sólidas que ayuden a desarrollar la infraestructura necesaria. Mediante la captación de excedente de circulante de los ciudadanos se promueve el ahorro y se pueden ofrecer créditos para que los emprendedores puedan operar sus ideas de negocio y, con ello, son agentes que ayudan a regular la inflación.

Por lo que el anuncio de la venta de uno de los principales bancos abre el debate nacional, la suspicacia, rumorología y se llama al amargo recuerdo de grandes crisis económicas. Así que este tema dará mucho de qué hablar dentro de las próximas semanas, por ejemplo: Las declaraciones folclóricas de un empresario mexicano sobre su intención de compra; el uso tema como golpeteo político en cuanto a la culpabilidad de la venta, cuando bien puede ser una decisión global de sus accionistas; el retiro de las cuentas de las ahorradores, aún cuando están totalmente protegidos.

Siempre el tema viene de la mano de la verborrea de los políticos en turno. Cuando se estatizó la banca se vino un discurso nacionalista de que eran un sector estratégico para el progreso de la nación y con la tradicional complicidad de los medios se generalizó esa idea. Al tiempo, llegó el neoliberalismo a México y vio un gran botín en los bancos, por lo que con las mismas estrategias se logró privatizarlos y entregarlos al capital privado y extranjero. Lo raro es que, ahora siendo una decisión privada, se quiera hacer revuelo de la noticia.

Otro escándalo en la banca fue una anterior venta de la misma institución en cuestión, la cual fue adquirida haciendo gala de triquiñuelas fiscales para eludir el pago de los impuestos correspondientes con la participación de importantes políticos como asesores privados. Posteriormente, se regularon esas operaciones para que no volvieran a suceder dichos actos, lo cual nos garantiza que ahora al menos sí se pagarán las contribuciones correspondientes.

Es innegable la importancia de la banca, pero también es cierto que tienen grandes privilegios que les permiten operar en condiciones económicas muy favorables como altas comisiones por sus servicios y una diferencia abismal entre las tasas de interés que ofrecer a sus ahorradores y las que cobran a sus deudores. Ahora que el tema está en la palestra nacional se debería de aprovechar para encontrar la forma de regular sus operaciones para que sigan siendo factor de desarrollo, pero sin los evidentes excesos que estrangulan al groso de la población.