Atrapada en Gallerías
UNA ODISEA INCÓMODA… Vaya la forma en que se hizo viral el martirio que vivió una mujer por las políticas de atención al cliente del centro comercial Gallerías Mall. Como deben saber, ella llegó con sus primas como cualquier cliente a comprar y comer a este mall, pero al salir se dio cuenta que se le había perdido el boleto del estacionamiento. Y en lugar de ofrecerle ayuda para solucionar este problema, le aplicaron un candado chino y le dijeron que si quería sacar su carro tendría que pagar 200 pesos, que es la multa por perder el mentado boleto. La señora se indignó, primero por el trato, y en segundo por este cobro que consideró injusto y optó por quedarse ahí en espera de una respuesta de esta empresa, que a diario se llena los bolsillos de dinero de los clientes.
AHÍ LA DEJARON... En lugar de llevarla a algún lugar en lo que se resolvía la bochornosa y además injusta situación, la pobre señora se tuvo que quedar sentada en la banqueta frente al centro comercial. Ahí esperó por cuatro horas. Incluso ante el cansancio, se acostó un momento en la misma banqueta. En las imágenes no se ve nadie de esta tienda que hubiera ido a ofrecerle alguna atención, si no como cliente, cuando menos como persona de edad. Esos momentos aprovechó Guadalupe Quiñones para subir su caso a redes sociales, y de inmediato tuvo respuesta del público. Ahí contó su historia y sus peripecias con el personal de Gallerías Mall, y como la amenazaron de que no podía sacar su vehículo hasta que pagara los mentados 200 pesos.
NADIE LE AYUDA... Incluso, pensando que era una retención ilegal, Lupita pidió ayuda al 911 hasta en tres ocasiones, pero de nada sirvió, porque la policía que llegó al lugar solo le dijo que no era posible ayudarla, quizá por estar en un lugar privado. Entonces, no quedó otra que recurrir al auxilio de las redes sociales, en donde comenzó la presión, las críticas y los señalamientos contra Gallerías Mall, que pareciera que goza de alguna impunidad política porque actuaron como si fueran intocables. Sin embargo, la presión digital fue tal que horas después, y claro, luego de hacerle pasar por muchas incomodidades, llegó alguien con la consabida batea de babas a disculparse y para decirle que ya se podía ir. Valiente cosa.
QUIEN AYUDA... Cierto que las empresas pueden poner sus políticas de servicio, incluyendo el tema de los estacionamientos, que por cierto a pesar de que cobran ponen la leyenda de que no se hacen responsables de lo que les suceda a los vehículos. Pero en este rubro se ve que los consumidores no tienen ninguna defensa contra los abusos o malos tratos de parte de esas empresas, salvo el desahogarse denunciando en medios o redes sociales. No hay una instancia de gobierno a dónde acudir. Es decirle a la gente o te lo comes como es o te vas a otra parte. Bueno, ahí está el caso de Lupita para darle vuelta y tenerlo presente.
