/ domingo 20 de junio de 2021

CULTURARTE

Los cuidadores



“Busca el consejo de los ancianos, pues sus ojos han visto el rostro de los años y sus oídos han escuchado las voces de la vida”. Khalil Gibrán.

Hablemos hoy de la Cultura adoptada desde tiempos inmemoriales sobre quién habrá o tendrá que cuidar al adulto mayor en casa, cuando se considera por diferentes razones, inadmisible la idea de enviarlo a un Asilo o Refugio.

En la actualidad, en algunos Países, ciudades y pueblos, aún se acostumbra que la hija menor en una familia, no se case para que se haga cargo de la madre o el padre, o ambos, en su vejez. En otros casos, la responsabilidad es descargada por el resto de la familia sobre el más accesible de los hijos, el más amoroso o el que tiene, aparentemente, más facilidad, espacio o solvencia económica para recibirlos y cuidarlos. Y eso está bien siempre y cuando no se deje la carga física y emocional sobre una sola persona. Se hagan tratos, se respeten y cumplan entre el resto de los familiares y el cuidador asignado, para que éste, sea relevado para efectuar la atención a sus propias necesidades y eso incluye hasta las fisiológicas, como ir al baño, asearse y hasta para divertirse. Ya que atender la salud y los requerimientos de los ancianos frágiles y sensibles en todos los aspectos, no es algo fácil de realizar y eso conduce a la mayoría de los cuidadores a situaciones donde su propia salud está en riesgo, ya que esa situación les puede generar tensión nerviosa y posibles cuadros de ansiedad y depresión. La labor de “cuidador” generalmente es realizada por amor, gratitud y con resignación. Con sacrificio de su propio tiempo y espacio, inclusive de su realización personal y profesional. Muchos cuidadores tienen que reinventarse y trabajar en casa sin descuidar al anciano(a), para poder ganar algo de dinero y cubrir sus necesidades de ropa, zapatos, artículos de limpieza y otras cosas básicas que la mayoría de las veces el resto de los Familiares no considera y no solventa. Hay que tomar en cuenta que los hijos son todos y todas. Que descuidar al adulto mayor es casi igual que el delito de abandonar a un menor y es castigado por ley. Que lo inhumano no solo consiste en tener a la persona desnutrida, sucia y en lugares inhabitables para su subsistencia y su dignidad y que el no apoyar y estar al pendiente del cuidador también es otra forma de abandono, mientras el resto de la familia vive y hace su vida tranquilamente, acudiendo a la casa donde sobreviven los abuelitos solo en cumpleaños o fechas especiales, a demostrarle su amor, pasarlo muy bien y comer la comida que el cuidador, todavía tuvo que procurar estuviera lista sin descuidar a su “tarea” de todos los días y todas las horas. Debemos tomar también en cuenta el contexto de la desprotección social de los cuidadores y proponer, luchar y votar por cambios que les favorezcan.

Los cuidadores



“Busca el consejo de los ancianos, pues sus ojos han visto el rostro de los años y sus oídos han escuchado las voces de la vida”. Khalil Gibrán.

Hablemos hoy de la Cultura adoptada desde tiempos inmemoriales sobre quién habrá o tendrá que cuidar al adulto mayor en casa, cuando se considera por diferentes razones, inadmisible la idea de enviarlo a un Asilo o Refugio.

En la actualidad, en algunos Países, ciudades y pueblos, aún se acostumbra que la hija menor en una familia, no se case para que se haga cargo de la madre o el padre, o ambos, en su vejez. En otros casos, la responsabilidad es descargada por el resto de la familia sobre el más accesible de los hijos, el más amoroso o el que tiene, aparentemente, más facilidad, espacio o solvencia económica para recibirlos y cuidarlos. Y eso está bien siempre y cuando no se deje la carga física y emocional sobre una sola persona. Se hagan tratos, se respeten y cumplan entre el resto de los familiares y el cuidador asignado, para que éste, sea relevado para efectuar la atención a sus propias necesidades y eso incluye hasta las fisiológicas, como ir al baño, asearse y hasta para divertirse. Ya que atender la salud y los requerimientos de los ancianos frágiles y sensibles en todos los aspectos, no es algo fácil de realizar y eso conduce a la mayoría de los cuidadores a situaciones donde su propia salud está en riesgo, ya que esa situación les puede generar tensión nerviosa y posibles cuadros de ansiedad y depresión. La labor de “cuidador” generalmente es realizada por amor, gratitud y con resignación. Con sacrificio de su propio tiempo y espacio, inclusive de su realización personal y profesional. Muchos cuidadores tienen que reinventarse y trabajar en casa sin descuidar al anciano(a), para poder ganar algo de dinero y cubrir sus necesidades de ropa, zapatos, artículos de limpieza y otras cosas básicas que la mayoría de las veces el resto de los Familiares no considera y no solventa. Hay que tomar en cuenta que los hijos son todos y todas. Que descuidar al adulto mayor es casi igual que el delito de abandonar a un menor y es castigado por ley. Que lo inhumano no solo consiste en tener a la persona desnutrida, sucia y en lugares inhabitables para su subsistencia y su dignidad y que el no apoyar y estar al pendiente del cuidador también es otra forma de abandono, mientras el resto de la familia vive y hace su vida tranquilamente, acudiendo a la casa donde sobreviven los abuelitos solo en cumpleaños o fechas especiales, a demostrarle su amor, pasarlo muy bien y comer la comida que el cuidador, todavía tuvo que procurar estuviera lista sin descuidar a su “tarea” de todos los días y todas las horas. Debemos tomar también en cuenta el contexto de la desprotección social de los cuidadores y proponer, luchar y votar por cambios que les favorezcan.

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