Escritores y el amor al arte
“Escribir constituye el placer más profundo, y ser leída el superficial”, Adelina Virginia Stephen (Virginia Woolf). Escritora Británica, nacida en 1882, que figura entre los más importantes renovadores de la novela moderna.
En la localidad contamos con un buen número de Escritores y Escritoras. Algunos docentes activos, que apoyan a la población para avanzar en el proceso educativo de las nuevas generaciones dando talleres presenciales en las escuelas y centros de readaptación social, cuando el contexto lo permite, y creando tutoriales en videos para instruir en línea sobre el oficio de escribir.
David Sarabia, Administrador de Empresas y Docente en CUSON, es uno de los escritores locales que independientemente de ejercer su profesión, se ha ocupado en sus tiempos libres, de lograr una preparación adecuada para desarrollarse con más precisión dentro del ámbito de la Literatura. Para escribir hay que leer mucho, aconseja convencido, y también investigar, tomar talleres, aceptar recomendaciones y la crítica constructiva. Tener convicción y respeto al idioma y al oficio de escritor, y saber que lo que haces no te va a volver millonario o un Rock Star, pero a la larga, sí te podrá dar satisfacciones personales, como, por ejemplo: Tener un grupo de lectores fieles, que aprecien lo que haces, inspira a seguir dando lo mejor.
Me gusta escribir para entretenerme, soñar despierto y hacer soñar a quien me lea. Escribo por amor al arte, para aprender, para enseñar mi visión del mundo. Pero hay que escribir, aunque no generes ingresos con ello, que es mi caso, y leer mucho más, cita el joven Escritor y docente.
Para que un escritor sea leído, debe estar seguro de sus expectativas y a qué tipo de público quiere llegar. Si desea que su creación literaria sea “recibida”, va a cuidar de que el lenguaje con el que se va a expresar y dirigir sea simple, coloquial, incluyente, y así facilitar la comprensión lectora. Cuando un lector dice: “No entiendo lo que el Autor quiere decir”, o deja la lectura a medias porque ya lo cansó (aburrió), estamos fracasando como transmisores de ideas o como escritores creadores. No recibir reconocimiento (halagos) o compensación económica suficiente, cerrarnos a la crítica, sentirnos incomprendidos o defraudados inclusive ante nosotros mismos por algo de lo que teníamos altas expectativas y no resultó, como el lanzamiento de un nuevo libro, por ejemplo, puede provocar que la gente deje de escribir, o al menos, de publicar.
