/ domingo 26 de septiembre de 2021

CULTURARTE

Escritores y lectores


El lector nace cuando encuentra una obra escrita y se engancha con lo que el escritor (que ya lo es en ese momento, porque está siendo leído) ha plasmado en letras. El escritor debe revisar muy bien el contenido de su obra y cuál será el impacto que puede llegar a tener en su futuro lector.


Existen obras literarias que han trascendido por la importancia de su contenido y que ha sido aplicable en la vida diaria. Como muestra tenemos las fábulas de Esopo, que nos enseñan a identificar situaciones con sus moralejas y algunos dichos y refranes populares como: “Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe”, que se usa en caso de necedad cuando practicamos algo que a la larga, sabemos nos va afectar.

Las publicaciones con altas dosis de contenido erótico, sexual o de violencia y que son leídas por personas que no poseen un nivel adecuado de madurez emocional, pueden causar severos trastornos en la personalidad de los individuos, afectando así sus relaciones interpersonales, incluyendo dentro del núcleo familiar.

Hay que revisar los cuentos para niños, ya que la mayoría llevan descritos actos o situaciones crueles, como el de la madrastra que le da una manzana envenenada a la inocente chica, o la indefensa y humilde cerillera que muere de frío, o el del dulce Bambi, que llora desconsolado, pues se entera que los cazadores han asesinado a su madre. Moraleja: Los deben leer primero los adultos para que se enteren qué puede haber ahí, que genere posibles miedos o traumas y tratar de buscar otras lecturas más recomendables que hagan a sus hijos dormir apaciblemente y despierten alegres, tranquilos y con ganas de imitar al protagonista de la historia, como la pequeña Hedi que ayuda a su abuelo en las tareas cotidianas en la montaña, etc… Hay que aclarar que no se trata de evadir temas como la muerte (tanatología) ante los pequeños, solo que todo debe ser por etapas, según su desarrollo cognitivo-conductual.

La introducción a la lectura es un “menú” que hay que empezar a consumir por lo más digerible, literariamente hablando. La educación comienza en casa y formar personas sanas y sensibles que serán buenos hijos, padres de familia y servidores públicos empáticos, nos toca a todos como sociedad, pero principalmente a los padres. Iniciemos hoy, el hábito de la buena lectura. Los escritores te estamos esperando en Bibliotecas Municipales de tu Municipio y el Valle. Tramita tu credencial y lee gratis toda tu vida.


Escritores y lectores


El lector nace cuando encuentra una obra escrita y se engancha con lo que el escritor (que ya lo es en ese momento, porque está siendo leído) ha plasmado en letras. El escritor debe revisar muy bien el contenido de su obra y cuál será el impacto que puede llegar a tener en su futuro lector.


Existen obras literarias que han trascendido por la importancia de su contenido y que ha sido aplicable en la vida diaria. Como muestra tenemos las fábulas de Esopo, que nos enseñan a identificar situaciones con sus moralejas y algunos dichos y refranes populares como: “Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe”, que se usa en caso de necedad cuando practicamos algo que a la larga, sabemos nos va afectar.

Las publicaciones con altas dosis de contenido erótico, sexual o de violencia y que son leídas por personas que no poseen un nivel adecuado de madurez emocional, pueden causar severos trastornos en la personalidad de los individuos, afectando así sus relaciones interpersonales, incluyendo dentro del núcleo familiar.

Hay que revisar los cuentos para niños, ya que la mayoría llevan descritos actos o situaciones crueles, como el de la madrastra que le da una manzana envenenada a la inocente chica, o la indefensa y humilde cerillera que muere de frío, o el del dulce Bambi, que llora desconsolado, pues se entera que los cazadores han asesinado a su madre. Moraleja: Los deben leer primero los adultos para que se enteren qué puede haber ahí, que genere posibles miedos o traumas y tratar de buscar otras lecturas más recomendables que hagan a sus hijos dormir apaciblemente y despierten alegres, tranquilos y con ganas de imitar al protagonista de la historia, como la pequeña Hedi que ayuda a su abuelo en las tareas cotidianas en la montaña, etc… Hay que aclarar que no se trata de evadir temas como la muerte (tanatología) ante los pequeños, solo que todo debe ser por etapas, según su desarrollo cognitivo-conductual.

La introducción a la lectura es un “menú” que hay que empezar a consumir por lo más digerible, literariamente hablando. La educación comienza en casa y formar personas sanas y sensibles que serán buenos hijos, padres de familia y servidores públicos empáticos, nos toca a todos como sociedad, pero principalmente a los padres. Iniciemos hoy, el hábito de la buena lectura. Los escritores te estamos esperando en Bibliotecas Municipales de tu Municipio y el Valle. Tramita tu credencial y lee gratis toda tu vida.


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