/ sábado 1 de agosto de 2020

Educación híbrida: Un reto para el siguiente ciclo escolar

Sacar a los alumnos de las aulas para recibir educación desde casa en la modalidad virtual sin duda es un enorme reto al que se enfrentarán el gobierno federal y del estado, ya que no todos cuentan con las condiciones para este tipo de aprendizaje.

Si bien es cierto, los gobiernos se enfocaron, por la urgencia, en el tema de salud, luego por la crisis de paralizar las actividades productivas en la reactivación económica, sin embargo se avecina un problema igual de complicado que los anteriores, la educación.

En días recientes la gobernadora Claudia Pavlovich informó que ante el alto índice de contagio, el regreso a clases no podrá darse de forma presencial, es decir será digital tal y como se desarrollaron al final del ciclo escolar 2019-2020.

Es verdad, hay muchas dudas porque no se ha explicado bien la forma en cómo se desarrollarán y hasta cuándo, pero debemos estar pendientes del anuncio de los siguientes días del titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma y así trabajar todos de forma coordinada para salir adelante en el tema educativo.

Como presidente de la Comisión de Educación del Congreso del Estado y docente, me preocupa el tema porque a lo largo de los años le hemos apostado a la preparación de las futuras generaciones, además es un derecho plasmado en la Constitución Política de México.

Días atrás leía un breve manual para ejecutar un buen retorno a las aulas y quedé impresionado de todo el trabajo para que nuestros niños, adolescentes y jóvenes no se vean afectados por un contagio de Covid-19. Recursos harán falta, pero no voluntad para lograr que el regreso a los salones sea lo más seguro para los estudiantes.

Y es que se debe trabajar en la infraestructura escolar, separar a los docentes con enfermedades crónicas, garantizar las condiciones de sanidad y aprender de los países donde ya se reactivaron las clases.

Este regreso a clases será diferente, híbrido, pero no dudo de la capacidad de los docentes para lograr que los alumnos salgan adelante en una nueva forma de aprender.


Sacar a los alumnos de las aulas para recibir educación desde casa en la modalidad virtual sin duda es un enorme reto al que se enfrentarán el gobierno federal y del estado, ya que no todos cuentan con las condiciones para este tipo de aprendizaje.

Si bien es cierto, los gobiernos se enfocaron, por la urgencia, en el tema de salud, luego por la crisis de paralizar las actividades productivas en la reactivación económica, sin embargo se avecina un problema igual de complicado que los anteriores, la educación.

En días recientes la gobernadora Claudia Pavlovich informó que ante el alto índice de contagio, el regreso a clases no podrá darse de forma presencial, es decir será digital tal y como se desarrollaron al final del ciclo escolar 2019-2020.

Es verdad, hay muchas dudas porque no se ha explicado bien la forma en cómo se desarrollarán y hasta cuándo, pero debemos estar pendientes del anuncio de los siguientes días del titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma y así trabajar todos de forma coordinada para salir adelante en el tema educativo.

Como presidente de la Comisión de Educación del Congreso del Estado y docente, me preocupa el tema porque a lo largo de los años le hemos apostado a la preparación de las futuras generaciones, además es un derecho plasmado en la Constitución Política de México.

Días atrás leía un breve manual para ejecutar un buen retorno a las aulas y quedé impresionado de todo el trabajo para que nuestros niños, adolescentes y jóvenes no se vean afectados por un contagio de Covid-19. Recursos harán falta, pero no voluntad para lograr que el regreso a los salones sea lo más seguro para los estudiantes.

Y es que se debe trabajar en la infraestructura escolar, separar a los docentes con enfermedades crónicas, garantizar las condiciones de sanidad y aprender de los países donde ya se reactivaron las clases.

Este regreso a clases será diferente, híbrido, pero no dudo de la capacidad de los docentes para lograr que los alumnos salgan adelante en una nueva forma de aprender.