/ viernes 16 de octubre de 2020

El doble duelo

Como ya les he compartido en ocasiones anteriores, hace unos años mi familia fue sacudida por la “esperada” muerte de mi padre, después de haber padecido cáncer por más de 6 años. Fueron años en los que mi familia veía que la salud de mi padre no mejoraba y en algún momento dejaría este mundo. Todos quedamos devastados, pero como hija mayor, yo tuve que sacar fuerzas de no sé dónde para consolar a mi madre y mis hermanos. El no haber mostrado mis emociones durante sus funerales me afectó mucho y yo no lo había notado hasta que una amiga me dijo: “¿Por qué siempre que hablas de tu papá, terminas llorando?”, fue en ese momento que descubrí que mi corazón necesitaba pasar por un proceso de duelo, para tener salud mental y emocional, así como para vivir en paz y con fortaleza. Gracias a este descubrimiento hoy tengo paz y gratitud por la vida de mi padre.

La primera recomendación que hacen los expertos en tanatología, que es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado, es que llores todo lo que tengas que llorar, cuando no lo lloras y no te permites gestionar las emociones, el cerebro se puede quedar estancado emocionalmente y no hay recuperación, por lo que corres el riesgo que la tristeza, depresión, falta de deseos de vivir y estrés se puedan volver crónicos y acabar tu vida.

Durante la pandemia muchas cosas tuvieron que cambiar, esto incluye hasta los procesos de duelo, será necesario vivir un duelo diferente, a lo que los expertos nombran como un doble proceso de duelo.

¿Qué significa esto? Se trata de agendar unos días en los que me voy a dar tiempo para la tristeza y tiempo para llorar, pero otro día voy a agendar unas llamadas y videollamadas por cualquier aplicación digital para estar hablando de la persona que murió, tiempo para compartir fotos, de hacerle una carta, llorar, hablar de él, compartir en las redes sociales algo significativo que le caracterizaba y postear algún recuerdo como un medio de catarsis (proceso de purificación mediante el cual nos liberamos de todos aquellos recuerdos y emociones negativos). Este doble duelo es necesario, porque si acostumbramos a hacer un duelo como generalmente se lleva a cabo cuando no estamos en pandemia, pues está bien, pero ahorita con la cuarentena y con el encierro, hay un peligro muy grande cuando no podemos expresar nuestro pesar, el aislarte, no hablar, dejar de comer, estar enojado, no bañarte, encerrado en un cuarto oscuro y que no quieres ver a la gente, entonces se puede convertir en un caso de enfermedad emocional que podría repercutir en todo tu organismo.

Date el permiso de pasar por ese doble duelo, un día puedes estar triste y otro día te des permiso de conectarte con los demás, de celebrar la vida de aquel o aquella que ya no está, que puedas dar y recibir cariño que te nutrirán el alma. Si usted conoce a alguien que ha perdido a un familiar, por favor, marque a su teléfono, si no contestan a la primera, insistan una y otra vez, éste es el momento de no dejar sola a la gente que apreciamos.

Necesitamos recordar que hay una paz disponible para nosotros de Dios, que conoce nuestra condición, esta paz no tiene entendimiento o sea es incomprensible, pero existe y es indispensable para pasar por este proceso de catarsis. ¡Solo hay que pedirla! ¡Estoy segura que si nos solidarizamos con aquellos que hoy están sufriendo, juntos podemos recuperarnos!

Gracias por su amable compañía... y hasta la próxima.


Como ya les he compartido en ocasiones anteriores, hace unos años mi familia fue sacudida por la “esperada” muerte de mi padre, después de haber padecido cáncer por más de 6 años. Fueron años en los que mi familia veía que la salud de mi padre no mejoraba y en algún momento dejaría este mundo. Todos quedamos devastados, pero como hija mayor, yo tuve que sacar fuerzas de no sé dónde para consolar a mi madre y mis hermanos. El no haber mostrado mis emociones durante sus funerales me afectó mucho y yo no lo había notado hasta que una amiga me dijo: “¿Por qué siempre que hablas de tu papá, terminas llorando?”, fue en ese momento que descubrí que mi corazón necesitaba pasar por un proceso de duelo, para tener salud mental y emocional, así como para vivir en paz y con fortaleza. Gracias a este descubrimiento hoy tengo paz y gratitud por la vida de mi padre.

La primera recomendación que hacen los expertos en tanatología, que es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado, es que llores todo lo que tengas que llorar, cuando no lo lloras y no te permites gestionar las emociones, el cerebro se puede quedar estancado emocionalmente y no hay recuperación, por lo que corres el riesgo que la tristeza, depresión, falta de deseos de vivir y estrés se puedan volver crónicos y acabar tu vida.

Durante la pandemia muchas cosas tuvieron que cambiar, esto incluye hasta los procesos de duelo, será necesario vivir un duelo diferente, a lo que los expertos nombran como un doble proceso de duelo.

¿Qué significa esto? Se trata de agendar unos días en los que me voy a dar tiempo para la tristeza y tiempo para llorar, pero otro día voy a agendar unas llamadas y videollamadas por cualquier aplicación digital para estar hablando de la persona que murió, tiempo para compartir fotos, de hacerle una carta, llorar, hablar de él, compartir en las redes sociales algo significativo que le caracterizaba y postear algún recuerdo como un medio de catarsis (proceso de purificación mediante el cual nos liberamos de todos aquellos recuerdos y emociones negativos). Este doble duelo es necesario, porque si acostumbramos a hacer un duelo como generalmente se lleva a cabo cuando no estamos en pandemia, pues está bien, pero ahorita con la cuarentena y con el encierro, hay un peligro muy grande cuando no podemos expresar nuestro pesar, el aislarte, no hablar, dejar de comer, estar enojado, no bañarte, encerrado en un cuarto oscuro y que no quieres ver a la gente, entonces se puede convertir en un caso de enfermedad emocional que podría repercutir en todo tu organismo.

Date el permiso de pasar por ese doble duelo, un día puedes estar triste y otro día te des permiso de conectarte con los demás, de celebrar la vida de aquel o aquella que ya no está, que puedas dar y recibir cariño que te nutrirán el alma. Si usted conoce a alguien que ha perdido a un familiar, por favor, marque a su teléfono, si no contestan a la primera, insistan una y otra vez, éste es el momento de no dejar sola a la gente que apreciamos.

Necesitamos recordar que hay una paz disponible para nosotros de Dios, que conoce nuestra condición, esta paz no tiene entendimiento o sea es incomprensible, pero existe y es indispensable para pasar por este proceso de catarsis. ¡Solo hay que pedirla! ¡Estoy segura que si nos solidarizamos con aquellos que hoy están sufriendo, juntos podemos recuperarnos!

Gracias por su amable compañía... y hasta la próxima.