/ jueves 15 de abril de 2021

Ernesto Gándara Camou | Le apostamos a la reactivación

Hemos cumplido el primer mes de este maravilloso recorrido por el estado. Sin embargo, no es la única ocasión en la que hemos contado con la oportunidad de acercarnos y platicar, en cada rincón de Sonora, con nuestras amigas y amigos: amas de casa, estudiantes, obreros, transportistas, pescadores, ganaderos.

Muchas y muchos de ustedes me han manifestado su entusiasmo y compromiso por llevar a cabo tantos proyectos y tantos sueños de ésta, nuestra Sonora Ganadora.

Sin embargo –y a pesar de contar con cientos de propuestas de la sociedad civil- ha sido muy notoria la crítica infundada respecto a la forma en la que habremos de realizar estos anhelos que vienen desde quienes necesitan y aspiran a una mejor calidad de vida.

Sin duda, y lo he mencionado reiteradamente, le vamos a apostar a la reactivación.

Pero no se trata sólo de la reactivación económica, sino también de la educativa, social, cultural.

El mundo ha cambiado, y ya no son útiles las viejas formas de hacer política, las viejas formas de gobernar dando dinero a manos llenas sin contar con una verdadera sensibilidad que beneficie a todos los sonorenses.

Porque de eso se trata: un beneficio en equidad que permita otorgar las condiciones necesarias a cada quien para su pleno desarrollo; para ofrecer los mecanismos y oportunidades necesarias en los campos y giros que nos permitan retomar ese gran protagonismo como región clave en el noroeste mexicano.

La reactivación económica, es sólo una parte de este gran movimiento que habrá de priorizar, enfocar y organizar los recursos de todos los actores económicos en un gran acuerdo para que todos ganemos. Y en este gran acuerdo no consiste en señalar “buenos” y “malos”; no se trata de generalizar y calificar a uno u otro sector económico como “corrupto”, “gandalla” o “privilegiado”. Se trata de llegar a acuerdos, a tomar decisiones juntas, a jalar todos, parejo, porque Sonora lo reclama.

Y esto sin duda, va de la mano con la reactivación social: esa que está basada en la confianza, en el honor, en el valor de la palabra de mujeres y hombres que saben de lo que hablan cuando solicitan apoyos, becas y mejoras en los servicios de sus comunidades. Nuestra sociedad, bien lo sabemos, ha ganado muchas luchas al desierto, al calor y a hemos aprovechado lo mejor posible, nuestros recursos. Vamos a reactivar ese acuerdo social como ya lo hicimos en Hermosillo, de la mano, escuchando, promoviendo y desde luego, no dejando a la deriva a quienes necesitan un gran impulso para salir adelante.

La reactivación educativa va mucho más allá de tener escuelas con lo mínimo indispensable: el sector educativo exige una transformación radical. Que con o sin pandemia, privilegie las nuevas formas de solucionar problemas. Nuestros niños y niñas de educación básica ya nos están enseñando a nosotros, padres y abuelos, muchas formas de acceder a nuevas tecnologías y conocimientos. Necesitamos ya, un nuevo paradigma educativo que priorice desde la primaria y secundaria la detección de talentos y vocaciones para encauzarlas en la preparatoria y que sean profesionistas de excelencia para nuestro estado.

Y sin duda, todo lo anterior, nos llevará a una reactivación cultural: esa cultura que no se queda sólo en las Bellas Artes, en las Artes Emergentes o en las fiestas o festivales cívicos. La cultura sonorense es más que el intento de sólo comer carne asada o calzar botas y sombrero. Cultura Sonora será el resultado de ese gran empeño generacional por dar el impulso que nuestra gente exige.

Por ahí dijeron que mi gobierno va a subir y crear impuestos para tanta “ocurrencia” y déjenme decirles que no es así. Mi gobierno priorizará lo verdaderamente importante: dejará de lado los lujos, el gasto excesivo en los presupuestos públicos, observará con reales y verdaderos ejercicios de transparencia cada peso y centavo que nos confiarán todos nuestros contribuyentes para hacer lo que se debe hacer, beneficiar a cada Sonorense sin importar que viva en la sierra, en la costa, en la frontera o ganándole al desierto.

Siempre le he apostado a la cercanía con todos mis amigos y amigas de los municipios. Esta vez, no es la excepción, porque juntos será mejor y hasta disfrutaremos estos próximos años que serán, sin duda, claves para el Sonora que habrá de dar ese giro constante y permanente en reactivación para las siguientes generaciones.

Hemos cumplido el primer mes de este maravilloso recorrido por el estado. Sin embargo, no es la única ocasión en la que hemos contado con la oportunidad de acercarnos y platicar, en cada rincón de Sonora, con nuestras amigas y amigos: amas de casa, estudiantes, obreros, transportistas, pescadores, ganaderos.

Muchas y muchos de ustedes me han manifestado su entusiasmo y compromiso por llevar a cabo tantos proyectos y tantos sueños de ésta, nuestra Sonora Ganadora.

Sin embargo –y a pesar de contar con cientos de propuestas de la sociedad civil- ha sido muy notoria la crítica infundada respecto a la forma en la que habremos de realizar estos anhelos que vienen desde quienes necesitan y aspiran a una mejor calidad de vida.

Sin duda, y lo he mencionado reiteradamente, le vamos a apostar a la reactivación.

Pero no se trata sólo de la reactivación económica, sino también de la educativa, social, cultural.

El mundo ha cambiado, y ya no son útiles las viejas formas de hacer política, las viejas formas de gobernar dando dinero a manos llenas sin contar con una verdadera sensibilidad que beneficie a todos los sonorenses.

Porque de eso se trata: un beneficio en equidad que permita otorgar las condiciones necesarias a cada quien para su pleno desarrollo; para ofrecer los mecanismos y oportunidades necesarias en los campos y giros que nos permitan retomar ese gran protagonismo como región clave en el noroeste mexicano.

La reactivación económica, es sólo una parte de este gran movimiento que habrá de priorizar, enfocar y organizar los recursos de todos los actores económicos en un gran acuerdo para que todos ganemos. Y en este gran acuerdo no consiste en señalar “buenos” y “malos”; no se trata de generalizar y calificar a uno u otro sector económico como “corrupto”, “gandalla” o “privilegiado”. Se trata de llegar a acuerdos, a tomar decisiones juntas, a jalar todos, parejo, porque Sonora lo reclama.

Y esto sin duda, va de la mano con la reactivación social: esa que está basada en la confianza, en el honor, en el valor de la palabra de mujeres y hombres que saben de lo que hablan cuando solicitan apoyos, becas y mejoras en los servicios de sus comunidades. Nuestra sociedad, bien lo sabemos, ha ganado muchas luchas al desierto, al calor y a hemos aprovechado lo mejor posible, nuestros recursos. Vamos a reactivar ese acuerdo social como ya lo hicimos en Hermosillo, de la mano, escuchando, promoviendo y desde luego, no dejando a la deriva a quienes necesitan un gran impulso para salir adelante.

La reactivación educativa va mucho más allá de tener escuelas con lo mínimo indispensable: el sector educativo exige una transformación radical. Que con o sin pandemia, privilegie las nuevas formas de solucionar problemas. Nuestros niños y niñas de educación básica ya nos están enseñando a nosotros, padres y abuelos, muchas formas de acceder a nuevas tecnologías y conocimientos. Necesitamos ya, un nuevo paradigma educativo que priorice desde la primaria y secundaria la detección de talentos y vocaciones para encauzarlas en la preparatoria y que sean profesionistas de excelencia para nuestro estado.

Y sin duda, todo lo anterior, nos llevará a una reactivación cultural: esa cultura que no se queda sólo en las Bellas Artes, en las Artes Emergentes o en las fiestas o festivales cívicos. La cultura sonorense es más que el intento de sólo comer carne asada o calzar botas y sombrero. Cultura Sonora será el resultado de ese gran empeño generacional por dar el impulso que nuestra gente exige.

Por ahí dijeron que mi gobierno va a subir y crear impuestos para tanta “ocurrencia” y déjenme decirles que no es así. Mi gobierno priorizará lo verdaderamente importante: dejará de lado los lujos, el gasto excesivo en los presupuestos públicos, observará con reales y verdaderos ejercicios de transparencia cada peso y centavo que nos confiarán todos nuestros contribuyentes para hacer lo que se debe hacer, beneficiar a cada Sonorense sin importar que viva en la sierra, en la costa, en la frontera o ganándole al desierto.

Siempre le he apostado a la cercanía con todos mis amigos y amigas de los municipios. Esta vez, no es la excepción, porque juntos será mejor y hasta disfrutaremos estos próximos años que serán, sin duda, claves para el Sonora que habrá de dar ese giro constante y permanente en reactivación para las siguientes generaciones.