/ domingo 13 de junio de 2021

FE Y RAZÓN

La felicidad en el matrimonio



Cuando te miré supe que te amaba, que te conocía, pues despertaste en mí una alegría que alimentó nuevos sueños y esperanzas. A tu lado no me siento pequeño o incompleto, me das fuerza y me sostienes cuando más débil soy. No te apartes amada libertad, pues sin ti mis alas no podrían volar.

La vida humana es una continua búsqueda de felicidad, dentro de cada uno de nosotros hay una sed insaciable, pues en realidad la felicidad es la meta suprema de toda la vida.

Qué pasa cuando vivimos en una sociedad profundamente infeliz, ¿cómo se puede ser un matrimonio feliz en esta sociedad? Un matrimonio infeliz es una de las peores desgracias del mundo, cuando el matrimonio tendría que ser una Bendición en muchos hogares es una maldición. Hoy ser feliz en el matrimonio es un arte. Todos creemos en la felicidad y de una u otra manera buscamos ser felices, pero pienso que muchas veces la buscamos donde no está o por caminos que nos alejan de ella. La felicidad tiene también sus enemigos; como el centrarse sobre uno mismo y la excesiva preocupación por el propio Yo, búsqueda de éxitos fáciles, de gratificación inmediata y de placer momentáneo; el egoísmo, el orgullo, la ambición y la injusticia.

La felicidad en el matrimonio ¿es posible o es un sueño imposible? Los cuentos de hadas acerca de príncipes y princesas, suelen terminar con la simple frase: Se casaron y fueron felices para siempre. La experiencia moderna nos dice que la mayoría de los matrimonios modernos no duran para siempre, pues en muchos de los casos el famoso “sí quiero” se disuelve en “no quiero”.

Síntomas de un matrimonio enfermo o infeliz.

Sentimientos profundos de aislamiento y soledad, un habitual estado de tristeza, desilusión, aburrimiento y vacío interior, sentimientos de insatisfacción y frustración acerca del cónyuge, despreocupación e indiferencia acerca de las preocupaciones y problemas del otro, frialdad en la relación matrimonial, falta de pequeños detalles y de ternura, frecuente tensión y malos modales, agresividad mutua, cuando se tiene más confianza en terceras personas que en el propio cónyuge, insinceridad y falta de claridad, sentimientos de inseguridad y miedo, rechazo a la relación sexual o indiferencia, falta de comunicación y diálogo íntimo, frecuentes discusiones y peleas: Primero solamente en el dormitorio, luego delante de los hijos y finalmente en todas partes, falta de respeto mutuo, insultos, palabras hirientes o ridiculizantes, se da un trato mutuo y superficial, en una relación enferma se buscan continuos escapes o salidas de emergencia, tales como el comer, beber y salir con otros amigos para así no encontrarse solos los dos, la mentalidad y las actitudes se vuelven individualistas expresadas en mucho YO, YO, YO y poco NOSOTROS.

Cuando una relación de pareja está viviendo uno de estos síntomas, es un signo de enfermedad en la relación y en muchos de los casos esa enfermedad es las faltas de comunicación y tolerancia. Una pareja en este estado tiene que buscar ayuda profesional y Espiritual, porque se encuentra en un divorcio espiritual que es la antesala del divorcio legal.

La felicidad en el matrimonio



Cuando te miré supe que te amaba, que te conocía, pues despertaste en mí una alegría que alimentó nuevos sueños y esperanzas. A tu lado no me siento pequeño o incompleto, me das fuerza y me sostienes cuando más débil soy. No te apartes amada libertad, pues sin ti mis alas no podrían volar.

La vida humana es una continua búsqueda de felicidad, dentro de cada uno de nosotros hay una sed insaciable, pues en realidad la felicidad es la meta suprema de toda la vida.

Qué pasa cuando vivimos en una sociedad profundamente infeliz, ¿cómo se puede ser un matrimonio feliz en esta sociedad? Un matrimonio infeliz es una de las peores desgracias del mundo, cuando el matrimonio tendría que ser una Bendición en muchos hogares es una maldición. Hoy ser feliz en el matrimonio es un arte. Todos creemos en la felicidad y de una u otra manera buscamos ser felices, pero pienso que muchas veces la buscamos donde no está o por caminos que nos alejan de ella. La felicidad tiene también sus enemigos; como el centrarse sobre uno mismo y la excesiva preocupación por el propio Yo, búsqueda de éxitos fáciles, de gratificación inmediata y de placer momentáneo; el egoísmo, el orgullo, la ambición y la injusticia.

La felicidad en el matrimonio ¿es posible o es un sueño imposible? Los cuentos de hadas acerca de príncipes y princesas, suelen terminar con la simple frase: Se casaron y fueron felices para siempre. La experiencia moderna nos dice que la mayoría de los matrimonios modernos no duran para siempre, pues en muchos de los casos el famoso “sí quiero” se disuelve en “no quiero”.

Síntomas de un matrimonio enfermo o infeliz.

Sentimientos profundos de aislamiento y soledad, un habitual estado de tristeza, desilusión, aburrimiento y vacío interior, sentimientos de insatisfacción y frustración acerca del cónyuge, despreocupación e indiferencia acerca de las preocupaciones y problemas del otro, frialdad en la relación matrimonial, falta de pequeños detalles y de ternura, frecuente tensión y malos modales, agresividad mutua, cuando se tiene más confianza en terceras personas que en el propio cónyuge, insinceridad y falta de claridad, sentimientos de inseguridad y miedo, rechazo a la relación sexual o indiferencia, falta de comunicación y diálogo íntimo, frecuentes discusiones y peleas: Primero solamente en el dormitorio, luego delante de los hijos y finalmente en todas partes, falta de respeto mutuo, insultos, palabras hirientes o ridiculizantes, se da un trato mutuo y superficial, en una relación enferma se buscan continuos escapes o salidas de emergencia, tales como el comer, beber y salir con otros amigos para así no encontrarse solos los dos, la mentalidad y las actitudes se vuelven individualistas expresadas en mucho YO, YO, YO y poco NOSOTROS.

Cuando una relación de pareja está viviendo uno de estos síntomas, es un signo de enfermedad en la relación y en muchos de los casos esa enfermedad es las faltas de comunicación y tolerancia. Una pareja en este estado tiene que buscar ayuda profesional y Espiritual, porque se encuentra en un divorcio espiritual que es la antesala del divorcio legal.