/ domingo 15 de agosto de 2021

FE Y RAZÓN

Agresivo Verbal



Por lo general, el no violento tolera, soporta, aguanta y no expresa ni se deshace de esa violencia verbal que a diario recibe, tú no puedes vivir la vida aceptando la violencia que otros ejercen sobre tu existencia: Necesitas aprender a liderar tu propio destino y a poner límites a la agresión verbal que recibes a diario. “Siempre recuerda que los hechos no dejan de existir por el simple hecho de ignorarlos”.

Los agresivos verbales son personas difíciles, complicadas, seres que minuto a minuto obstaculizan nuestra existencia, que parecen encontrar placer en hacer difícil la convivencia. Establecer una comunicación con este tipo de gente no sólo es complicado, sino a la larga es irritable y cansado, por tanto se necesita saber controlar los más bajos instintos, es decir, aprender a no ser reactivos.

El agresivo verbal le gusta ser mordaz, intimidar, ser ofensivo sin importar cuál sea el tema del que esté hablando, su objetivo siempre es despertar el miedo y el temor en los otros para asegurar su poder y autoridad. A estas personas les gusta ser sarcásticas e iracundas, su boca es como un manantial pero no de aguas cálidas y mansas sino de agresión y acoso verbal capaz de robar en un segundo tu paz y tranquilidad, para mantenerte así en un campo de batalla y hacerte sentir poca cosa, incapaz, débil e inseguro. Un agresivo verbal cree que todo lo sabe y siempre encuentra motivos para discutir y crear conflictos, ten en cuenta que siempre estará a la defensiva de cualquier gesto o palabra con los que te atrevas a responderle, mantente alerta porque siempre intentará por todos los medios hacerte parte de las discusiones y ante cualquier cuestionamiento por tu parte, te dirá: A mí nadie me dice lo que tengo que hacer.

Un violento verbal a todo dirá que no, logrando así mostrar su peor cara, intimidando y estableciendo a través de este monosílabo el control, otra forma que tiene de marcar su territorio es usar un tono de voz que intimide y frene cualquier respuesta contraria a lo que está esperando, su voz, su gesticulación y la postura corporal constituyen una demostración clara de lo que está esperando de nosotros.

No permitas que nadie ni nada te ofenda. El violento verbal debe comprobar que tú te respetas y que bajo ninguna circunstancia permitirás ni el abuso ni el maltrato, su meta es entrar en tu círculo afectivo, porque sabe que si lo logra tendrá autoridad para dirigir tu mente y tus emociones, recuerda que él es feliz cuando quiere que compres sus mentiras sus chismes, su cizaña.

Vivimos en una sociedad con mucha agresión verbal, ofensiva y poco cordial, una de las causales principales en las rupturas matrimoniales es precisamente el abuso psicológico y verbal. Para que un grupo de personas que conviven y comparten emociones, sentimientos o intereses comunes, es de vital importancia el trato amable, la palabra asertiva y sobre todo el respeto a la dignidad de persona. Recuerda que la palabra es la caricia más sencilla y profunda para el alma, la palabra construye o destruye a la persona y por ende a la sociedad. Dios te Bendiga.

Agresivo Verbal



Por lo general, el no violento tolera, soporta, aguanta y no expresa ni se deshace de esa violencia verbal que a diario recibe, tú no puedes vivir la vida aceptando la violencia que otros ejercen sobre tu existencia: Necesitas aprender a liderar tu propio destino y a poner límites a la agresión verbal que recibes a diario. “Siempre recuerda que los hechos no dejan de existir por el simple hecho de ignorarlos”.

Los agresivos verbales son personas difíciles, complicadas, seres que minuto a minuto obstaculizan nuestra existencia, que parecen encontrar placer en hacer difícil la convivencia. Establecer una comunicación con este tipo de gente no sólo es complicado, sino a la larga es irritable y cansado, por tanto se necesita saber controlar los más bajos instintos, es decir, aprender a no ser reactivos.

El agresivo verbal le gusta ser mordaz, intimidar, ser ofensivo sin importar cuál sea el tema del que esté hablando, su objetivo siempre es despertar el miedo y el temor en los otros para asegurar su poder y autoridad. A estas personas les gusta ser sarcásticas e iracundas, su boca es como un manantial pero no de aguas cálidas y mansas sino de agresión y acoso verbal capaz de robar en un segundo tu paz y tranquilidad, para mantenerte así en un campo de batalla y hacerte sentir poca cosa, incapaz, débil e inseguro. Un agresivo verbal cree que todo lo sabe y siempre encuentra motivos para discutir y crear conflictos, ten en cuenta que siempre estará a la defensiva de cualquier gesto o palabra con los que te atrevas a responderle, mantente alerta porque siempre intentará por todos los medios hacerte parte de las discusiones y ante cualquier cuestionamiento por tu parte, te dirá: A mí nadie me dice lo que tengo que hacer.

Un violento verbal a todo dirá que no, logrando así mostrar su peor cara, intimidando y estableciendo a través de este monosílabo el control, otra forma que tiene de marcar su territorio es usar un tono de voz que intimide y frene cualquier respuesta contraria a lo que está esperando, su voz, su gesticulación y la postura corporal constituyen una demostración clara de lo que está esperando de nosotros.

No permitas que nadie ni nada te ofenda. El violento verbal debe comprobar que tú te respetas y que bajo ninguna circunstancia permitirás ni el abuso ni el maltrato, su meta es entrar en tu círculo afectivo, porque sabe que si lo logra tendrá autoridad para dirigir tu mente y tus emociones, recuerda que él es feliz cuando quiere que compres sus mentiras sus chismes, su cizaña.

Vivimos en una sociedad con mucha agresión verbal, ofensiva y poco cordial, una de las causales principales en las rupturas matrimoniales es precisamente el abuso psicológico y verbal. Para que un grupo de personas que conviven y comparten emociones, sentimientos o intereses comunes, es de vital importancia el trato amable, la palabra asertiva y sobre todo el respeto a la dignidad de persona. Recuerda que la palabra es la caricia más sencilla y profunda para el alma, la palabra construye o destruye a la persona y por ende a la sociedad. Dios te Bendiga.