/ miércoles 26 de febrero de 2020

“La crisis de la violencia de género y sus imparables costos”

El próximo 9 de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer, se llevará a cabo el paro nacional por los derechos de la mujer que en los últimos años han sido fuertemente violentados en México.

Muy a pesar que la economía mexicana tendrá un fuerte golpe este próximo 9 de marzo con una pérdida de casi 26,300 millones de pesos debido a la marcha, el sector privado se pone a favor de ello por los derechos de la mujer. Este paro busca concientizar a México de la violencia de género que se vive actualmente y dejar un precedente para las nuevas generaciones.

Con este movimiento, precisamente después de la celebración del Día Internacional de la Mujer, se hace el análisis del pasado con lo que hoy sucede en nuestros días. Hace aproximadamente 112 años un grupo de mujeres luchaba en Nueva York por la reducción de jornadas laborales, la igualdad de salarios laborales y la igualdad de condiciones laborales a través de una lucha sindical que terminó en tragedia con la muerte de 129 de ellas que mueren en un incendio.

Referente que hasta nuestros días nos llena de fuerza como mujeres para seguir luchando por nuestros derechos. Hoy la lucha se repite, solo que en diferentes circunstancias y por causas distintas, pero no deja de ser lucha por un problema que nos está aconteciendo como sociedad y debemos atender como sea.

La unidad entre mujeres y la organización entre ellas es fundamental, sin embargo debemos priorizar sin perder el objetivo por el que realmente se está luchando, las mujeres de México están en busca de justicia ante la crisis de violencia que vive México, buscando a su vez la igualdad ante los derechos que les corresponden y el respeto por su género.

Estos objetivos deben permanecer y no perderse durante el paro de mujeres. El mismo respeto que exigimos debemos darlo, pensando que si hemos sido violentadas, por ningún motivo debemos violentar lo que al país ha forjado a través de su historia. Todas las mujeres somos libres de manifestarnos y de exigir a nuestros gobernantes leyes más duras, demandar respeto por nuestro género y cuidarnos unas a otras para tratar de combatir cualquier tipo de violencia que nos amenace o que ponga en riesgo nuestra integridad.

Pero lo que no nos da derecho es actuar igual que quienes nos agreden y desvirtúan. Nuestra lucha debe ser basada en la racionalidad y la cordura. Siempre en busca de un crecimiento y cambio como sociedad. Quien está educado no puede violentar los derechos de los demás, nosotras como mujeres tenemos derecho a participar en cualquier acto político o social basando nuestra lucha en la recuperación de nuestra sociedad si pedimos por la “No violencia de género”, nuestra lucha deberá ser basada en la búsqueda de mejores acciones y nuevas propuestas hacia el mundo en el que vivimos.

El respeto y la tolerancia son fundamentales para evitar violentar nuestras instituciones o patrimonios parte de nuestra nación y además de brindarnos un patrimonio como mexicanos, es parte de nuestra cultura y la riqueza del México que tanto defendemos.

Por lo tanto, este 9 de marzo como mujeres busquemos mejores soluciones a todos estos problemas de género que nos preocupan y por los cuales estamos dispuestas a emprender la lucha. Nuestros legisladores tienen y deben escuchar las propuestas de las mujeres ante las problemáticas a las que se enfrenta México en materia de género e igualdad social. Sin perjudicar a través de nuestra protesta parte de nuestro patrimonio, agrediendo y dañando nuestras instituciones que a lo largo de los años se han forjado.

La mejor forma de protestar y exigir es a través de las propuestas que nos llevarán a cambiar las leyes actuales por leyes más duras que permitan castigar a quienes cometan actos que violenten y degraden la integridad de las mujeres. Debemos alzar la voz para que las leyes sean mejores, para que la cultura de prevención sea mucho mayor en nuestra sociedad y para que nuestras autoridades brinden elementos policíacos con las competencias necesarias para combatir la violencia contra ellas y cualquier tipo de delito de género.

El próximo 9 de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer, se llevará a cabo el paro nacional por los derechos de la mujer que en los últimos años han sido fuertemente violentados en México.

Muy a pesar que la economía mexicana tendrá un fuerte golpe este próximo 9 de marzo con una pérdida de casi 26,300 millones de pesos debido a la marcha, el sector privado se pone a favor de ello por los derechos de la mujer. Este paro busca concientizar a México de la violencia de género que se vive actualmente y dejar un precedente para las nuevas generaciones.

Con este movimiento, precisamente después de la celebración del Día Internacional de la Mujer, se hace el análisis del pasado con lo que hoy sucede en nuestros días. Hace aproximadamente 112 años un grupo de mujeres luchaba en Nueva York por la reducción de jornadas laborales, la igualdad de salarios laborales y la igualdad de condiciones laborales a través de una lucha sindical que terminó en tragedia con la muerte de 129 de ellas que mueren en un incendio.

Referente que hasta nuestros días nos llena de fuerza como mujeres para seguir luchando por nuestros derechos. Hoy la lucha se repite, solo que en diferentes circunstancias y por causas distintas, pero no deja de ser lucha por un problema que nos está aconteciendo como sociedad y debemos atender como sea.

La unidad entre mujeres y la organización entre ellas es fundamental, sin embargo debemos priorizar sin perder el objetivo por el que realmente se está luchando, las mujeres de México están en busca de justicia ante la crisis de violencia que vive México, buscando a su vez la igualdad ante los derechos que les corresponden y el respeto por su género.

Estos objetivos deben permanecer y no perderse durante el paro de mujeres. El mismo respeto que exigimos debemos darlo, pensando que si hemos sido violentadas, por ningún motivo debemos violentar lo que al país ha forjado a través de su historia. Todas las mujeres somos libres de manifestarnos y de exigir a nuestros gobernantes leyes más duras, demandar respeto por nuestro género y cuidarnos unas a otras para tratar de combatir cualquier tipo de violencia que nos amenace o que ponga en riesgo nuestra integridad.

Pero lo que no nos da derecho es actuar igual que quienes nos agreden y desvirtúan. Nuestra lucha debe ser basada en la racionalidad y la cordura. Siempre en busca de un crecimiento y cambio como sociedad. Quien está educado no puede violentar los derechos de los demás, nosotras como mujeres tenemos derecho a participar en cualquier acto político o social basando nuestra lucha en la recuperación de nuestra sociedad si pedimos por la “No violencia de género”, nuestra lucha deberá ser basada en la búsqueda de mejores acciones y nuevas propuestas hacia el mundo en el que vivimos.

El respeto y la tolerancia son fundamentales para evitar violentar nuestras instituciones o patrimonios parte de nuestra nación y además de brindarnos un patrimonio como mexicanos, es parte de nuestra cultura y la riqueza del México que tanto defendemos.

Por lo tanto, este 9 de marzo como mujeres busquemos mejores soluciones a todos estos problemas de género que nos preocupan y por los cuales estamos dispuestas a emprender la lucha. Nuestros legisladores tienen y deben escuchar las propuestas de las mujeres ante las problemáticas a las que se enfrenta México en materia de género e igualdad social. Sin perjudicar a través de nuestra protesta parte de nuestro patrimonio, agrediendo y dañando nuestras instituciones que a lo largo de los años se han forjado.

La mejor forma de protestar y exigir es a través de las propuestas que nos llevarán a cambiar las leyes actuales por leyes más duras que permitan castigar a quienes cometan actos que violenten y degraden la integridad de las mujeres. Debemos alzar la voz para que las leyes sean mejores, para que la cultura de prevención sea mucho mayor en nuestra sociedad y para que nuestras autoridades brinden elementos policíacos con las competencias necesarias para combatir la violencia contra ellas y cualquier tipo de delito de género.