/ viernes 26 de marzo de 2021

La familia es primero

El domingo 7 de marzo se celebró en México una fecha muy importante que para la gran mayoría de ciudadanos e instituciones pasó desapercibida, me refiero al Día de la Familia. Desde hace 15 años esta fecha fue designada con el propósito de reconocer la importancia que tiene cada miembro de la familia y la contribución que ésta hace a nuestra sociedad. Si bien es cierto que celebrar a la familia es muy importante, es por demás indispensable reconocer que la familia es la primera institución en la que se basa nuestra sociedad. Además, es urgente que todas las instancias de gobierno de cualquier nivel, todas las instituciones educativas y comunidades de fe, se aboquen a atender y sanar a las familias que están siendo sacudidas por la desintegración y el desamor. La familia en su diseño original fue creada para ser el espacio donde cada miembro de ella reciba amor, sea cuidado, pueda crecer, desarrollar todas sus habilidades y talentos para ser feliz y pleno. La institución de la familia fue establecida incluso antes que cualquier otra, antes que los gobiernos y la economía, antes que la religión y la educación. Sin la familia, simplemente, nada mas existiría. De manera que podemos decir que toda sociedad se levanta o se cae por causa de la familia y esto lo estamos viendo en el diario acontecer de nuestras ciudades, los problemas de violencia, de adicciones, de crímenes, de pleitos, abandono de las madres con sus hijos, nos indican que la más importante institución en México está sufriendo y se está desmoronando y muchos no saben cómo evitarlo.

Muchas familias padecen problemas terribles por falta de sabiduría y conocimiento; sabiduría para convivir, para educar a los hijos, para perdonar, para cuidarse de no hacer algo que seguramente dañará a los demás, incluso hace falta sabiduría para disciplinar las conductas equivocadas de nuestros pequeños. Cómo está eso que un preadolescente corre de casa por un berrinche, causando preocupación y dolor a su familia y conocidos, solo porque no está de acuerdo con la corrección de sus padres. Los padres no pueden estar condicionados por los hijos, son ellos los que deben obedecer y respetar la disciplina de sus padres, pero eso se aprende con el establecimiento de límites en el hogar. La buena noticia es que si realmente lo deseamos, los padres siempre podemos hacer pequeños cambios para mejorar y si todos nos volvemos hacia la familia, para valorarla, para fortalecerla, para rescatarla y para sanarla, más allá de las actividades asistenciales; procurar que la familia aprenda cosas nuevas que le ayudarán a resolver muchos de sus conflictos. Creo que eso nos permitiría ver una sociedad transformada. Yo estoy convencida de que Dios ama a la familia y sus planes para ella son de bienestar y no para que les vaya mal. Así que necesitamos estar todos dispuestos a poner en primer lugar a la familia, si no sabemos cómo cuidarla, debemos pedir consejo cuando no sabemos cómo atender un problema o necesidad tanto en el matrimonio como con los hijos. En esto de la familia, nadie tiene todas las fórmulas o respuestas, necesitamos preguntar y dejarnos conducir por aquellos que han salido avantes de situaciones complejas, para que nos puedan inspirar a hacer un mejor trabajo como padres, como abuelos, como individuos. Recuerde, siempre recuerde, que la familia es primero y que nunca estará por demás, todo el esfuerzo que hagamos por mantenerla fuerte y unida, para que ella haga fuerte a nuestra sociedad.

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!


El domingo 7 de marzo se celebró en México una fecha muy importante que para la gran mayoría de ciudadanos e instituciones pasó desapercibida, me refiero al Día de la Familia. Desde hace 15 años esta fecha fue designada con el propósito de reconocer la importancia que tiene cada miembro de la familia y la contribución que ésta hace a nuestra sociedad. Si bien es cierto que celebrar a la familia es muy importante, es por demás indispensable reconocer que la familia es la primera institución en la que se basa nuestra sociedad. Además, es urgente que todas las instancias de gobierno de cualquier nivel, todas las instituciones educativas y comunidades de fe, se aboquen a atender y sanar a las familias que están siendo sacudidas por la desintegración y el desamor. La familia en su diseño original fue creada para ser el espacio donde cada miembro de ella reciba amor, sea cuidado, pueda crecer, desarrollar todas sus habilidades y talentos para ser feliz y pleno. La institución de la familia fue establecida incluso antes que cualquier otra, antes que los gobiernos y la economía, antes que la religión y la educación. Sin la familia, simplemente, nada mas existiría. De manera que podemos decir que toda sociedad se levanta o se cae por causa de la familia y esto lo estamos viendo en el diario acontecer de nuestras ciudades, los problemas de violencia, de adicciones, de crímenes, de pleitos, abandono de las madres con sus hijos, nos indican que la más importante institución en México está sufriendo y se está desmoronando y muchos no saben cómo evitarlo.

Muchas familias padecen problemas terribles por falta de sabiduría y conocimiento; sabiduría para convivir, para educar a los hijos, para perdonar, para cuidarse de no hacer algo que seguramente dañará a los demás, incluso hace falta sabiduría para disciplinar las conductas equivocadas de nuestros pequeños. Cómo está eso que un preadolescente corre de casa por un berrinche, causando preocupación y dolor a su familia y conocidos, solo porque no está de acuerdo con la corrección de sus padres. Los padres no pueden estar condicionados por los hijos, son ellos los que deben obedecer y respetar la disciplina de sus padres, pero eso se aprende con el establecimiento de límites en el hogar. La buena noticia es que si realmente lo deseamos, los padres siempre podemos hacer pequeños cambios para mejorar y si todos nos volvemos hacia la familia, para valorarla, para fortalecerla, para rescatarla y para sanarla, más allá de las actividades asistenciales; procurar que la familia aprenda cosas nuevas que le ayudarán a resolver muchos de sus conflictos. Creo que eso nos permitiría ver una sociedad transformada. Yo estoy convencida de que Dios ama a la familia y sus planes para ella son de bienestar y no para que les vaya mal. Así que necesitamos estar todos dispuestos a poner en primer lugar a la familia, si no sabemos cómo cuidarla, debemos pedir consejo cuando no sabemos cómo atender un problema o necesidad tanto en el matrimonio como con los hijos. En esto de la familia, nadie tiene todas las fórmulas o respuestas, necesitamos preguntar y dejarnos conducir por aquellos que han salido avantes de situaciones complejas, para que nos puedan inspirar a hacer un mejor trabajo como padres, como abuelos, como individuos. Recuerde, siempre recuerde, que la familia es primero y que nunca estará por demás, todo el esfuerzo que hagamos por mantenerla fuerte y unida, para que ella haga fuerte a nuestra sociedad.

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!