/ viernes 25 de septiembre de 2020

La odisea del medio ambiente

Las personas que tuvimos la bendición de haber nacido por la década de los setenta de seguro tenemos recuerdos de un programa de televisión infantil llamado “Odisea Burbujas”, que contaba con divertidos personajes como un sapo, un ratón, una lagartija, un abejorro, un científico y un loco chiflado que amaba la contaminación. Este programa conquistó el corazón de los pequeños, se convirtió en su compañero y estuvo al aire por muchos años, incluso en la actualidad sigue vigente, pues sus aventuras cautivan al auditorio infantil.

Dentro de la trama, existía un malvado que le daba movimiento a la trama y aunque no fue planeado, este personaje llamado “Ecoloco” llegó a cobrar tanta relevancia, pues hablaba del medio ambiente.

En 1979 apenas se empezaba a hablar de ecología, de mugre, basura y smog; no se sabía mucho, ni del calentamiento global, menos del cambio climático, de ahí surgió el “Ecoloco”, quien caracterizaba al ciudadano descuidado y sucio, al que no le importa en lo más mínimo las consecuencias de sus acciones con relación al cuidado del medio ambiente.

Actualmente, parece ser que hemos avanzado en materia de prevención, cuidado y preservación de nuestro entorno natural, pero usted me disculpará que me atrevo a decir “parece ser”, porque todavía se pueden observar a lo largo y ancho de nuestra ciudad, infinidad de lotes baldíos que se han convertido en basureros abiertos, así como personas irresponsables e indiferentes que en vez de recoger su basura, la siguen quemando en la vía pública sin importarles que contaminan los aires de nuestra ciudad; hágame usted el favor… ¡No es posible! San Luis no es un rancho, es una ciudad pujante, próspera, moderna, activa, una ciudad que merece estar limpia, tener cielos despejados y un ambiente saludable para todos sus habitantes.

Existen dos conceptos que son la base para regular y dirigir las acciones urgentes en materia de ecología y medio ambiente, uno es el Derecho Ecológico, conjunto sistematizado de principios y normas jurídicas, internas e internacionales, que regulan la actividad humana en su interacción con los ecosistemas y el medio ambiente, estableciendo medidas apropiadas para su conservación y protección, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras.

El otro es el Derecho Ambiental, conjunto de normas que regulan las relaciones de derecho público y privado, tendientes a preservar el medio ambiente libre de contaminación o mejorarlo en caso de estar afectado.

Es muy importante que sepamos que, como vecinos de esta localidad, tenemos el pleno derecho a gozar un medio ambiente sano y esto lo establece la Constitución de México (artículo 4, párrafo quinto) dice: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley”. Cuando somos conscientes de nuestro derecho ambiental, podemos invitar a nuestra familia y amigos a respetar y preservar los espacios naturales con los que contamos, así como nos podemos involucrar con agrupaciones activas en el cuidado de nuestra Tierra. ¿Sabía usted que en nuestro municipio contamos con un reglamento de Ecología que fue aprobado en el 2018? Estoy segura que la mayoría de los sanluisinos no lo conoce y al no conocerlo, hace mucho daño a nuestro medio ambiente. No podemos olvidar que nuestros derechos van muy ligados a las responsabilidades que debemos asumir como ciudadanos.

La defensa del ambiente debe ser una responsabilidad compartida entre usted como individuo, la sociedad y el estado, donde el estado sea el garante de la ejecución de las políticas necesarias para la educación ambiental que genere una conciencia de conservación y con su disposición para sancionar las conductas que vulneren las normas actuales en esta materia. El medio ambiente nos reclama atención, nos exige cambiar de conducta y nos advierte que tarde que temprano, si seguimos ignorándolo, nosotros sufriremos las consecuencias. Ayudemos a la Tierra en su odisea de seguir siendo nuestro hogar. ¡Nosotros somos la clave!

Gracias por su amable compañía... y hasta la próxima.


Las personas que tuvimos la bendición de haber nacido por la década de los setenta de seguro tenemos recuerdos de un programa de televisión infantil llamado “Odisea Burbujas”, que contaba con divertidos personajes como un sapo, un ratón, una lagartija, un abejorro, un científico y un loco chiflado que amaba la contaminación. Este programa conquistó el corazón de los pequeños, se convirtió en su compañero y estuvo al aire por muchos años, incluso en la actualidad sigue vigente, pues sus aventuras cautivan al auditorio infantil.

Dentro de la trama, existía un malvado que le daba movimiento a la trama y aunque no fue planeado, este personaje llamado “Ecoloco” llegó a cobrar tanta relevancia, pues hablaba del medio ambiente.

En 1979 apenas se empezaba a hablar de ecología, de mugre, basura y smog; no se sabía mucho, ni del calentamiento global, menos del cambio climático, de ahí surgió el “Ecoloco”, quien caracterizaba al ciudadano descuidado y sucio, al que no le importa en lo más mínimo las consecuencias de sus acciones con relación al cuidado del medio ambiente.

Actualmente, parece ser que hemos avanzado en materia de prevención, cuidado y preservación de nuestro entorno natural, pero usted me disculpará que me atrevo a decir “parece ser”, porque todavía se pueden observar a lo largo y ancho de nuestra ciudad, infinidad de lotes baldíos que se han convertido en basureros abiertos, así como personas irresponsables e indiferentes que en vez de recoger su basura, la siguen quemando en la vía pública sin importarles que contaminan los aires de nuestra ciudad; hágame usted el favor… ¡No es posible! San Luis no es un rancho, es una ciudad pujante, próspera, moderna, activa, una ciudad que merece estar limpia, tener cielos despejados y un ambiente saludable para todos sus habitantes.

Existen dos conceptos que son la base para regular y dirigir las acciones urgentes en materia de ecología y medio ambiente, uno es el Derecho Ecológico, conjunto sistematizado de principios y normas jurídicas, internas e internacionales, que regulan la actividad humana en su interacción con los ecosistemas y el medio ambiente, estableciendo medidas apropiadas para su conservación y protección, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras.

El otro es el Derecho Ambiental, conjunto de normas que regulan las relaciones de derecho público y privado, tendientes a preservar el medio ambiente libre de contaminación o mejorarlo en caso de estar afectado.

Es muy importante que sepamos que, como vecinos de esta localidad, tenemos el pleno derecho a gozar un medio ambiente sano y esto lo establece la Constitución de México (artículo 4, párrafo quinto) dice: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley”. Cuando somos conscientes de nuestro derecho ambiental, podemos invitar a nuestra familia y amigos a respetar y preservar los espacios naturales con los que contamos, así como nos podemos involucrar con agrupaciones activas en el cuidado de nuestra Tierra. ¿Sabía usted que en nuestro municipio contamos con un reglamento de Ecología que fue aprobado en el 2018? Estoy segura que la mayoría de los sanluisinos no lo conoce y al no conocerlo, hace mucho daño a nuestro medio ambiente. No podemos olvidar que nuestros derechos van muy ligados a las responsabilidades que debemos asumir como ciudadanos.

La defensa del ambiente debe ser una responsabilidad compartida entre usted como individuo, la sociedad y el estado, donde el estado sea el garante de la ejecución de las políticas necesarias para la educación ambiental que genere una conciencia de conservación y con su disposición para sancionar las conductas que vulneren las normas actuales en esta materia. El medio ambiente nos reclama atención, nos exige cambiar de conducta y nos advierte que tarde que temprano, si seguimos ignorándolo, nosotros sufriremos las consecuencias. Ayudemos a la Tierra en su odisea de seguir siendo nuestro hogar. ¡Nosotros somos la clave!

Gracias por su amable compañía... y hasta la próxima.