/ sábado 4 de diciembre de 2021

La paz; víctima del desplazamiento forzado

Cuando dije que San Luis Río Colorado se había convertido en “San Luis Río de Sangre”, muchos me criticaron, me tacharon de alarmista, pero hoy la paz se nos ha arrebatado de las manos a los sanluisinos, hasta hoy, Sonora está en los primeros lugares a nivel nacional con mayor número de homicidios dolosos y esto en declaraciones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Según datos recopilados, Sonora ocupa el séptimo lugar con mayor número de homicidios dolosos, haciendo que el 2021 sea el año más violento en la historia de Sonora, incrementándose además los feminicidios, el narcomenudeo, secuestro y violencia familiar, dejando por un lado la estabilidad social y dejando al descubierto las estrategias de seguridad y la nula capacidad de enfrentar una crisis de seguridad.

Todo lo que ha sucedido a los alrededores de San Luis Río Colorado ya no se relaciona con enfrentamientos del crimen organizado, pues ya en muchas partes se ha leído que si esto no es terrorismo es algo parecido, hecho que por usar esa palabra asusta, pero asusta más que es verdad al escuchar las ráfagas de balas a diario, en cualquier punto de la ciudad.

Se informa que llegarán más elementos de la Guardia Nacional, que se trabajará de forma coordinada con todos los niveles de gobierno, se anuncia en rueda de prensa y qué sucede, al día siguiente empeora todo, siguen cuerpos apareciendo en Cajeme, Guaymas, Caborca, el tema de inseguridad ya no es exclusivo de un municipio, ya es todo Sonora, la paz se fue del estado.

La paz, la seguridad y la tranquilidad fueron víctimas del desplazamiento forzado, se fueron por los enfrentamientos armados, por los robos, por los secuestros, por las amenazas de muerte, por todo lo que hemos visto. Nos hemos quedado solos y a la deriva, mientras que un presidente municipal solo sale a declarar la carta de peticiones que le dirá al gobernador del Estado, de ahí en fuera la sangre sigue tiñendo las calles de la ciudad.

El tejido social no se está fortaleciendo, no se está reconstruyendo, estamos dejando un mundo caótico a las siguientes generaciones, donde los disparos, los asesinatos, las drogas el alcoholismo y la violencia forman parte de una cultura que se empeña en echar raíces y consumir a todos aquellos que los problemas los ciegan, a aquellos cuyas puertas de las oportunidades se han cerrado. ¿Qué nos está pasando?

Bien dijo una vez Alejandro Martí hace varios años: “Si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien”.


Cuando dije que San Luis Río Colorado se había convertido en “San Luis Río de Sangre”, muchos me criticaron, me tacharon de alarmista, pero hoy la paz se nos ha arrebatado de las manos a los sanluisinos, hasta hoy, Sonora está en los primeros lugares a nivel nacional con mayor número de homicidios dolosos y esto en declaraciones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Según datos recopilados, Sonora ocupa el séptimo lugar con mayor número de homicidios dolosos, haciendo que el 2021 sea el año más violento en la historia de Sonora, incrementándose además los feminicidios, el narcomenudeo, secuestro y violencia familiar, dejando por un lado la estabilidad social y dejando al descubierto las estrategias de seguridad y la nula capacidad de enfrentar una crisis de seguridad.

Todo lo que ha sucedido a los alrededores de San Luis Río Colorado ya no se relaciona con enfrentamientos del crimen organizado, pues ya en muchas partes se ha leído que si esto no es terrorismo es algo parecido, hecho que por usar esa palabra asusta, pero asusta más que es verdad al escuchar las ráfagas de balas a diario, en cualquier punto de la ciudad.

Se informa que llegarán más elementos de la Guardia Nacional, que se trabajará de forma coordinada con todos los niveles de gobierno, se anuncia en rueda de prensa y qué sucede, al día siguiente empeora todo, siguen cuerpos apareciendo en Cajeme, Guaymas, Caborca, el tema de inseguridad ya no es exclusivo de un municipio, ya es todo Sonora, la paz se fue del estado.

La paz, la seguridad y la tranquilidad fueron víctimas del desplazamiento forzado, se fueron por los enfrentamientos armados, por los robos, por los secuestros, por las amenazas de muerte, por todo lo que hemos visto. Nos hemos quedado solos y a la deriva, mientras que un presidente municipal solo sale a declarar la carta de peticiones que le dirá al gobernador del Estado, de ahí en fuera la sangre sigue tiñendo las calles de la ciudad.

El tejido social no se está fortaleciendo, no se está reconstruyendo, estamos dejando un mundo caótico a las siguientes generaciones, donde los disparos, los asesinatos, las drogas el alcoholismo y la violencia forman parte de una cultura que se empeña en echar raíces y consumir a todos aquellos que los problemas los ciegan, a aquellos cuyas puertas de las oportunidades se han cerrado. ¿Qué nos está pasando?

Bien dijo una vez Alejandro Martí hace varios años: “Si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien”.