/ sábado 26 de febrero de 2022

La violencia tocó la puerta

Son tiempos violentos, nadie duda de ello. Basta con ver cómo poco a poco la presunta narcoviolencia devora uno a uno los municipios en Sonora. ¿Llegaron para quedarse? ¿Es solo el inicio de una guerra sin fin en la que no importa quien seas, tarde o temprano la probabilidad de ser un daño colateral es innegable? Preguntas que sin duda serían respondidas dependiendo el color del partido al que pertenezcas, pero que sin intención de crear “amarillismo” todo sonorense debería hacerse, pues entre levantones, balaceras y extorsiones en el Estado, el panorama dista de ser alentador.

Los hechos en Caborca hace algunos días y lo que ha venido sucediendo en San Luis Río Colorado en los últimos años cimbran y cuestionan la endeble estrategia de seguridad que plantea el equipo de trabajo del gobernador Durazo y su secretaria de seguridad, quienes con una estrategia llena de claroscuros intentan detener la ola de violencia, levantones y extorsiones que azotan Sonora.

A continuación, de manera respetuosa y empática les comparto las palabras que alguien cercano escribió para todas aquellas familias que se han visto afectadas por la violencia que azota al estado, al municipio. Respetamos su deseo de mantenerse en el anonimato y le damos voz a quienes aún no se les da, las otras víctimas, los daños colaterales de una aparente estrategia de seguridad hasta la fecha tibia.

La violencia tocó la puerta. A pesar de que no hubieras querido abrir, la violencia tocó a una de tantas personas favoritas, no me lo esperaba, por ser tranquilo y una persona buena, pero llegó como un gran golpe y nos arrebató no sólo días, sino meses y quizás pasaron años sin podernos comunicar con quien la violencia nos había arrebatado. Antes nos hablábamos todos los días o nos mirábamos, ahora solo yo hablo, solo yo te miro y solo yo me acerco. Es difícil verte tan perdido, sabiendo que tú sabías el camino de regreso, me duele el alma saber que ya no te tenemos y todo porque no le pusiste seguro a la puerta y la violencia entró sin autorización. Los tiempos de Dios son perfectos, el amor de Dios te sanará, Dios es todo, -eso me dicen las personas-, que no pierda la fe. Pero ellos no te ven y sienten su alma desgarrarse como nos sucede a nosotros, tu familia. Yo estoy segura que Dios dirá hasta y decidirá hasta cuándo y él sabrá lo que será mejor. La violencia tocó la puerta de nuestro corazón y pensamiento, de nuestro sentir y nuestro futuro. Esto es un por siempre contigo.

Amigos, la violencia está en cualquier rincón y están pagando gente mala y gente buena, está derribando a muchas familias porque no todas tienen el dinero suficiente para pagar un hospital, medicamentos y demás imprevistos provocados por la violencia. Hoy despierto no sólo por mis hijos, sino por mi familia completa, a todos y cada uno de ellos los amo y deseo de todo corazón que no abran de nueva cuenta la puerta. Bendiciones gente.


Son tiempos violentos, nadie duda de ello. Basta con ver cómo poco a poco la presunta narcoviolencia devora uno a uno los municipios en Sonora. ¿Llegaron para quedarse? ¿Es solo el inicio de una guerra sin fin en la que no importa quien seas, tarde o temprano la probabilidad de ser un daño colateral es innegable? Preguntas que sin duda serían respondidas dependiendo el color del partido al que pertenezcas, pero que sin intención de crear “amarillismo” todo sonorense debería hacerse, pues entre levantones, balaceras y extorsiones en el Estado, el panorama dista de ser alentador.

Los hechos en Caborca hace algunos días y lo que ha venido sucediendo en San Luis Río Colorado en los últimos años cimbran y cuestionan la endeble estrategia de seguridad que plantea el equipo de trabajo del gobernador Durazo y su secretaria de seguridad, quienes con una estrategia llena de claroscuros intentan detener la ola de violencia, levantones y extorsiones que azotan Sonora.

A continuación, de manera respetuosa y empática les comparto las palabras que alguien cercano escribió para todas aquellas familias que se han visto afectadas por la violencia que azota al estado, al municipio. Respetamos su deseo de mantenerse en el anonimato y le damos voz a quienes aún no se les da, las otras víctimas, los daños colaterales de una aparente estrategia de seguridad hasta la fecha tibia.

La violencia tocó la puerta. A pesar de que no hubieras querido abrir, la violencia tocó a una de tantas personas favoritas, no me lo esperaba, por ser tranquilo y una persona buena, pero llegó como un gran golpe y nos arrebató no sólo días, sino meses y quizás pasaron años sin podernos comunicar con quien la violencia nos había arrebatado. Antes nos hablábamos todos los días o nos mirábamos, ahora solo yo hablo, solo yo te miro y solo yo me acerco. Es difícil verte tan perdido, sabiendo que tú sabías el camino de regreso, me duele el alma saber que ya no te tenemos y todo porque no le pusiste seguro a la puerta y la violencia entró sin autorización. Los tiempos de Dios son perfectos, el amor de Dios te sanará, Dios es todo, -eso me dicen las personas-, que no pierda la fe. Pero ellos no te ven y sienten su alma desgarrarse como nos sucede a nosotros, tu familia. Yo estoy segura que Dios dirá hasta y decidirá hasta cuándo y él sabrá lo que será mejor. La violencia tocó la puerta de nuestro corazón y pensamiento, de nuestro sentir y nuestro futuro. Esto es un por siempre contigo.

Amigos, la violencia está en cualquier rincón y están pagando gente mala y gente buena, está derribando a muchas familias porque no todas tienen el dinero suficiente para pagar un hospital, medicamentos y demás imprevistos provocados por la violencia. Hoy despierto no sólo por mis hijos, sino por mi familia completa, a todos y cada uno de ellos los amo y deseo de todo corazón que no abran de nueva cuenta la puerta. Bendiciones gente.