/ lunes 25 de marzo de 2019

Libre Pensamiento

Santiago.

Cursaba secundaria en una conocida escuela que pertenece a la Congregación Josefina dirigida por el Padre José Luís del Río y la directora de secundaria Estela Martínez, de quien jamás olvidaré su cuadro de tareas y a quienes saludo afectuosamente. Fue ahí donde Santiago Barroso impartió clases, ahí lo conocí y me convertí en el último de los hermanos Castillo que sería su alumno, Santiago había sido maestro de casi todos mis hermanos.

Durante una clase con él, un amigo y compañero Kevin Atondo -a quien saludo afectuosamente-, sacó de su mochila una hoja del diario en que Santiago trabajaba y del que fuera director en algún momento, en el, venía su columna y una pequeña foto de Santiago en la parte superior. Ese sería mi primer acercamiento con el área de comunicación, en especial, el área de prensa De una manera u otra las ganas de escribir, y cuestionar sobre cualquier índole de importancia social fueron propiciadas por ese suceso, le atribuyo a ese acontecimiento el decidir estudiar Comunicación en un futuro y no Derecho como lo había planeado al principio.

Recuerdo estar en clase de Derecho Penal en la universidad, cuando de pronto vino a mi mente ese recuerdo, en ese momento, me di cuenta que había escogido la carrera equivocada, así que no lo pensé dos veces e hice el cambio, quería estudiar comunicación y no derecho para en un futuro ser columnista como mi profesor, enrolarme en medios, convertirme en alguien de criterio propio comprometido con informar a los demás de manera crítica y objetiva.

¿Cómo era de maestro? De los mejores. Claro, comprensivo, apasionado de la comunicación como pocos, no era un docente improvisado, sino real, de esos maestros consientes del compromiso que tenían de formar y enseñar a las mentes jóvenes. Siempre formal, sonriente, de personalidad serena y respetosa.

Con el paso del tiempo tendría la oportunidad de trabajar a su lado, en su noticiero radial Buenos Días San Luis. ¿Imaginan poder trabajar al lado de su maestro, del causante de tu gusto por la escritura, lectura y el área de comunicación? Solo un deschavetado lo hubiese rechazado, pero desgraciadamente por factores que no mencionaré aquí esa oportunidad me fue negada, aunque no pensé que jamás volvería a tener otra oportunidad de haber sido su compañero, sin duda alguna hubiera sido una gran experiencia.

Hace algunos días lo perdimos, Santiago fue asesinado en su domicilio. Quienes fuimos sus alumnos perdimos al maestro letrado y apasionado comprometido con enseñar, otros, perdieron al amigo, padre, esposo, hermano, colega y periodista.

Hasta nunca profe, estaré eternamente agradecido por sus enseñanzas. Creo que el mejor homenaje que puedo hacerle es escribiendo sobre usted y el impacto logrado en un ex alumno suyo .

La intención no es reclamar a las autoridades o discutir las posibles causas de su muerte, sino para hacer un llamado a partidos políticos, futuros candidatos y colegas de que respeten su memoria y lo dejen descansar, no utilicen su deceso con fines políticos en aras de conseguir algo por su tragedia.

Descanse en paz Santiago.

Santiago.

Cursaba secundaria en una conocida escuela que pertenece a la Congregación Josefina dirigida por el Padre José Luís del Río y la directora de secundaria Estela Martínez, de quien jamás olvidaré su cuadro de tareas y a quienes saludo afectuosamente. Fue ahí donde Santiago Barroso impartió clases, ahí lo conocí y me convertí en el último de los hermanos Castillo que sería su alumno, Santiago había sido maestro de casi todos mis hermanos.

Durante una clase con él, un amigo y compañero Kevin Atondo -a quien saludo afectuosamente-, sacó de su mochila una hoja del diario en que Santiago trabajaba y del que fuera director en algún momento, en el, venía su columna y una pequeña foto de Santiago en la parte superior. Ese sería mi primer acercamiento con el área de comunicación, en especial, el área de prensa De una manera u otra las ganas de escribir, y cuestionar sobre cualquier índole de importancia social fueron propiciadas por ese suceso, le atribuyo a ese acontecimiento el decidir estudiar Comunicación en un futuro y no Derecho como lo había planeado al principio.

Recuerdo estar en clase de Derecho Penal en la universidad, cuando de pronto vino a mi mente ese recuerdo, en ese momento, me di cuenta que había escogido la carrera equivocada, así que no lo pensé dos veces e hice el cambio, quería estudiar comunicación y no derecho para en un futuro ser columnista como mi profesor, enrolarme en medios, convertirme en alguien de criterio propio comprometido con informar a los demás de manera crítica y objetiva.

¿Cómo era de maestro? De los mejores. Claro, comprensivo, apasionado de la comunicación como pocos, no era un docente improvisado, sino real, de esos maestros consientes del compromiso que tenían de formar y enseñar a las mentes jóvenes. Siempre formal, sonriente, de personalidad serena y respetosa.

Con el paso del tiempo tendría la oportunidad de trabajar a su lado, en su noticiero radial Buenos Días San Luis. ¿Imaginan poder trabajar al lado de su maestro, del causante de tu gusto por la escritura, lectura y el área de comunicación? Solo un deschavetado lo hubiese rechazado, pero desgraciadamente por factores que no mencionaré aquí esa oportunidad me fue negada, aunque no pensé que jamás volvería a tener otra oportunidad de haber sido su compañero, sin duda alguna hubiera sido una gran experiencia.

Hace algunos días lo perdimos, Santiago fue asesinado en su domicilio. Quienes fuimos sus alumnos perdimos al maestro letrado y apasionado comprometido con enseñar, otros, perdieron al amigo, padre, esposo, hermano, colega y periodista.

Hasta nunca profe, estaré eternamente agradecido por sus enseñanzas. Creo que el mejor homenaje que puedo hacerle es escribiendo sobre usted y el impacto logrado en un ex alumno suyo .

La intención no es reclamar a las autoridades o discutir las posibles causas de su muerte, sino para hacer un llamado a partidos políticos, futuros candidatos y colegas de que respeten su memoria y lo dejen descansar, no utilicen su deceso con fines políticos en aras de conseguir algo por su tragedia.

Descanse en paz Santiago.