/ domingo 23 de junio de 2019

Libre Pensamiento

De autos chocolate y organizaciones pafas


Edgar Castillo Uribe


La ciudad necesita un medio de transporte público eficiente y accesible para todos, desgraciadamente, el transporte público es una falacia. Unidades sin aire acondicionado en verano, precios inflados al pasaje, unidades en completo deterioro, orillan a los ciudadanos a buscar un medio de transporte más eficiente. Tener un automóvil se convirtió en una necesidad de movilidad, dejo de ser lujo.

Hace tiempo, podías comprar un vehículo de procedencia extranjera, importarlo o hacerlo nacional para poder circular de manera legal en el país, el costo por importación o nacionalización era accesible, abundaban las yardas de automóviles y las agencias fiscales, así como los coyotes ofrecían el servicio de hacer el trámite por una módica cantidad. Todo acabó cuando los costos para hacer legal dicho vehículo subieron significativamente.

Pronto dejo de ser negocio tener yardas de autos, quienes ofrecían el servicio de hacer los trámites de legalización a terceros fueron disminuyendo, hasta quedar casi extintos. Ahora realizar el trámite de legalización del vehículo era más caro que la compra del vehículo en sí.

Por exigencia de la industria automotriz el gobierno decidió encarecer los costos y limitar los años de importación y nacionalización, la excusa fue que laceraba el desarrollo nacional automotriz, en pocas palabras, los dueños de las agencias automotrices querían terminar con el flujo de vehículos nacionalizados en el norte hacia el centro y sur de la república, con ello, aumentarían sus ventas, pues los mexicanos, no tendrían de otra más que comprar autos nuevos o semi nuevos en las respectivas agencias de diferentes marcas que se ofertan en el país.

Los ciudadanos quedaron desprotegidos, necesitaban un medio de transporte y el deficiente transporte público no se daba abasto.

De pronto, un día como cualquier otro, surgieron las organizaciones pafas, aquellas donde afiliarse pagando cierta cantidad de dinero, te hacía acreedor a unas placas de cartón y con ellas podías circular libremente en la ciudad con tu vehículo ilegal. Ello prolifero el aumento de yardas informales en la ciudad, las calles se llenaron de carros con dichos cartones, al principio eran autos viejos, la intención era proteger los vehículos de personas que no tenían el suficiente dinero para importar o nacionalizar un vehículo, funcionó, pero como todo en este país, la gente comienza abusar de las ayudas, pronto, personas pudientes traían carros de lujo y gama alta con esas placas.

Los oídos sordos del gobierno federal, proliferaron más y más organizaciones pafas, se convirtieron en un negocio netamente rentable, las autoridades ignoraron el aumento descomunal de autos chocolate circulando en la ciudad, llegando al punto que empresas registradas oficialmente en hacienda usaban vehículos empresariales con dichas placas de cartón.

El decomiso de vehículos chocolate comenzará en unos días, mientras, los ciudadanos están a la espera de la reacción del gobierno federal, quienes deben de buscar la manera de acabar con esas organizaciones donde solo se enriquecieron sus líderes. La única salida: Bajar costos de importación y nacionalización y eliminar toda organización pafa.

Las tortugas y los cocodrilos pueden ser una buena mascota, pero crecerán.

De autos chocolate y organizaciones pafas


Edgar Castillo Uribe


La ciudad necesita un medio de transporte público eficiente y accesible para todos, desgraciadamente, el transporte público es una falacia. Unidades sin aire acondicionado en verano, precios inflados al pasaje, unidades en completo deterioro, orillan a los ciudadanos a buscar un medio de transporte más eficiente. Tener un automóvil se convirtió en una necesidad de movilidad, dejo de ser lujo.

Hace tiempo, podías comprar un vehículo de procedencia extranjera, importarlo o hacerlo nacional para poder circular de manera legal en el país, el costo por importación o nacionalización era accesible, abundaban las yardas de automóviles y las agencias fiscales, así como los coyotes ofrecían el servicio de hacer el trámite por una módica cantidad. Todo acabó cuando los costos para hacer legal dicho vehículo subieron significativamente.

Pronto dejo de ser negocio tener yardas de autos, quienes ofrecían el servicio de hacer los trámites de legalización a terceros fueron disminuyendo, hasta quedar casi extintos. Ahora realizar el trámite de legalización del vehículo era más caro que la compra del vehículo en sí.

Por exigencia de la industria automotriz el gobierno decidió encarecer los costos y limitar los años de importación y nacionalización, la excusa fue que laceraba el desarrollo nacional automotriz, en pocas palabras, los dueños de las agencias automotrices querían terminar con el flujo de vehículos nacionalizados en el norte hacia el centro y sur de la república, con ello, aumentarían sus ventas, pues los mexicanos, no tendrían de otra más que comprar autos nuevos o semi nuevos en las respectivas agencias de diferentes marcas que se ofertan en el país.

Los ciudadanos quedaron desprotegidos, necesitaban un medio de transporte y el deficiente transporte público no se daba abasto.

De pronto, un día como cualquier otro, surgieron las organizaciones pafas, aquellas donde afiliarse pagando cierta cantidad de dinero, te hacía acreedor a unas placas de cartón y con ellas podías circular libremente en la ciudad con tu vehículo ilegal. Ello prolifero el aumento de yardas informales en la ciudad, las calles se llenaron de carros con dichos cartones, al principio eran autos viejos, la intención era proteger los vehículos de personas que no tenían el suficiente dinero para importar o nacionalizar un vehículo, funcionó, pero como todo en este país, la gente comienza abusar de las ayudas, pronto, personas pudientes traían carros de lujo y gama alta con esas placas.

Los oídos sordos del gobierno federal, proliferaron más y más organizaciones pafas, se convirtieron en un negocio netamente rentable, las autoridades ignoraron el aumento descomunal de autos chocolate circulando en la ciudad, llegando al punto que empresas registradas oficialmente en hacienda usaban vehículos empresariales con dichas placas de cartón.

El decomiso de vehículos chocolate comenzará en unos días, mientras, los ciudadanos están a la espera de la reacción del gobierno federal, quienes deben de buscar la manera de acabar con esas organizaciones donde solo se enriquecieron sus líderes. La única salida: Bajar costos de importación y nacionalización y eliminar toda organización pafa.

Las tortugas y los cocodrilos pueden ser una buena mascota, pero crecerán.