/ domingo 20 de octubre de 2019

Libre Pensamiento

¿Qué nos pasa? Entre lo ideal y lo real.

“Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta entender a muchos. La estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió el país en un cementerio y eso ya no lo queremos. Lo he dicho una y mil veces. Nada por la fuerza. Todo por la razón, el derecho…” Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México.

Lo acontecido el día jueves en Culiacán demuestra que el país está fuera de control, la captura y liberación por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de uno de los herederos del imperio Guzmán para pacificar la situación en Culiacán cala hondo en la imagen nacional e internacional del gobierno federal.

Lo ideal habría sido que no se le liberara al joven aprehendido el día de ayer, que se continuara, aunque la consecuencia principal fuera la pérdida de vidas inocentes. Con mano dura y determinación tenían que actuar, sin importar consecuencias, pues, aunque las muertes de inocentes fueran muchas, había que mandar un mensaje, pero ¿vale la pena mandar ese mensaje cuando la vida de tantos ciudadanos en Culiacán estaba en peligro? Por supuesto que no, toda vida es valiosa, pero es esa falta de empatía nacional hacia los demás la que nos tiene netamente jodidos.

Es fácil pensar que se debía actuar de esa forma cuando la vida de quienes opinan no estaba en riesgo, es sencillo desde mi trinchera opinar que no debía liberarse sin importar las vidas que costara cuando la de quien lo recomienda no se encuentra en peligro, ni pende de un hilo.

Quienes lograron apreciar la situación que se gestó el pasado jueves, pudieron percatarse que literal era una guerrilla, un conflicto como pocos vistos en este país, mejor dicho, como pocos cubiertos por los medios nacionales, ahora sí se logró ver mucho de lo que acontecía, es bueno ver como los medios cada vez se dedican más a informar y no hacerse que la virgen les habla como sucedía antes.

Para los que querían sangre el día de ayer, más de la que hubo por supuesto, que nefasto pensamiento, toda vida es valiosa y desgraciadamente se tomó la decisión incorrectamente correcta.

Incorrecta en el sentido de las leyes y el famoso “estado de derecho” que nunca ha existido en México. Que la pésima planeación en el operativo no repercuta en el cobro de vidas de inocentes.

La crisis social, política y económica en la que se encuentra inmerso el país es mucho peor de lo que se piensa, para quienes se sorprenden por todo, eso y más sucedía en Michoacán en los tiempos de las autodefensas y el Dr. Mireles, pero nadie lo cubría, situaciones así pueden ser leídas en su obra “Todos somos autodefensas”.

La estrategia de seguridad debe ser replanteada, de eso no hay duda, pero si combates fuego con fuego se quema todo, pero algunos ciudadanos y opositores parece que eso quieren, ver el país en llamas, más de lo que ya está solo para buscar el fin mayor… el poder.

¿Qué nos pasa? Entre lo ideal y lo real.

“Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta entender a muchos. La estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió el país en un cementerio y eso ya no lo queremos. Lo he dicho una y mil veces. Nada por la fuerza. Todo por la razón, el derecho…” Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México.

Lo acontecido el día jueves en Culiacán demuestra que el país está fuera de control, la captura y liberación por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de uno de los herederos del imperio Guzmán para pacificar la situación en Culiacán cala hondo en la imagen nacional e internacional del gobierno federal.

Lo ideal habría sido que no se le liberara al joven aprehendido el día de ayer, que se continuara, aunque la consecuencia principal fuera la pérdida de vidas inocentes. Con mano dura y determinación tenían que actuar, sin importar consecuencias, pues, aunque las muertes de inocentes fueran muchas, había que mandar un mensaje, pero ¿vale la pena mandar ese mensaje cuando la vida de tantos ciudadanos en Culiacán estaba en peligro? Por supuesto que no, toda vida es valiosa, pero es esa falta de empatía nacional hacia los demás la que nos tiene netamente jodidos.

Es fácil pensar que se debía actuar de esa forma cuando la vida de quienes opinan no estaba en riesgo, es sencillo desde mi trinchera opinar que no debía liberarse sin importar las vidas que costara cuando la de quien lo recomienda no se encuentra en peligro, ni pende de un hilo.

Quienes lograron apreciar la situación que se gestó el pasado jueves, pudieron percatarse que literal era una guerrilla, un conflicto como pocos vistos en este país, mejor dicho, como pocos cubiertos por los medios nacionales, ahora sí se logró ver mucho de lo que acontecía, es bueno ver como los medios cada vez se dedican más a informar y no hacerse que la virgen les habla como sucedía antes.

Para los que querían sangre el día de ayer, más de la que hubo por supuesto, que nefasto pensamiento, toda vida es valiosa y desgraciadamente se tomó la decisión incorrectamente correcta.

Incorrecta en el sentido de las leyes y el famoso “estado de derecho” que nunca ha existido en México. Que la pésima planeación en el operativo no repercuta en el cobro de vidas de inocentes.

La crisis social, política y económica en la que se encuentra inmerso el país es mucho peor de lo que se piensa, para quienes se sorprenden por todo, eso y más sucedía en Michoacán en los tiempos de las autodefensas y el Dr. Mireles, pero nadie lo cubría, situaciones así pueden ser leídas en su obra “Todos somos autodefensas”.

La estrategia de seguridad debe ser replanteada, de eso no hay duda, pero si combates fuego con fuego se quema todo, pero algunos ciudadanos y opositores parece que eso quieren, ver el país en llamas, más de lo que ya está solo para buscar el fin mayor… el poder.