/ sábado 18 de enero de 2020

LIBRE PENSAMIENTO


Visible por unos meses

Hacen falta líderes jóvenes, maduros o de la edad que sea, hace falta liderazgo que busque algo más allá del poder político, un mayor pensamiento crítico, un redescubrimiento histórico y sin duda un nacionalismo renovado que no sea sinónimo de proteccionismo, una lealtad ciega hacia lo justo. Inicia el 2020 y comienza a aceitarse la maquinaria electoral de los diferentes saqueadores de México (partidos políticos) que intentarán dar solución a problemas que ellos o sus antecesores posiblemente crearon o desatendieron.

En algunos meses nuevas asociaciones que se “preocuparan por ayudar y darle voz a quienes no tienen”, al menos por el tiempo que se tarde en saber quién se quedara con aquel rico, delicioso y codiciado pastel llamado poder político, saldrán de las sombras.

Bien por el desafortunado mal necesario que resulta la existencia de asociaciones hechas al vapor para buscar adeptos políticos, bien por las festividades que vendrán por el Día de Niño en las partes periféricas de la ciudad, donde se buscará posar de la mejor manera para las fotos en sus diferentes redes sociales, pues hay que ser honestos, al menos los invisibles se hacen visibles por algunos meses, aunque solo sean el medio para un fin.

La tarea de los nuevos líderes políticos es dejar de hacer lo que tanto le reprochan al actual presidente de la República, quejarse. Pues solo a queja y queja se la pasan intentando hacerle olvidar a los sanluisinos desastrosas gestiones estatales como las de “Memo” o la actual “Gober Preciosa”, así como un tal “Kikín” que parece haber imitado la gestión de conocido sonorense que nos ofreció un nuevo Sonora que nunca llegó, pero se replicó en Baja California.

Se ocupan líderes que reconozcan públicamente los errores del pasado y busquen un retorno al poder respaldado por la honestidad y humildad. Líderes que no emanen de conocidas familias locales que solo heredan el poder de sus padres para terminar manejando al capital humano del partido político a su antojo, prometiéndoles uno de los muchos “huesos” que tendrían a su disposición de ganar alguna contienda.

Líderes cuya mejor oposición no sea el sabotaje, sino el trabajo duro y de acción, porque a cada instante se les ve reprochando en redes en vez de actuar, ojalá las elecciones fueran cada año a nivel municipal, estatal y federal para que todos, oposición y poder en curso, vieran a las personas que solo existen previo a elecciones.

Partidos políticos de oposición, su momento llegó, utilicen su presupuesto que otorga la recaudación tributaria de los mexicanos para realizar lo que otros no hacen, vuélvanse de acción, de hechos, no promesas, pues éstas se diluyen como recursos públicos en cuentas de conocidos funcionarios acusados de su desvío.

No se pierde la esperanza que algún día cualquier partido político con su financiamiento público en vez de gastarlo en tonterías, pavimente una calle, haga un hospital, ponga drenaje, ayude con los gastos médicos a un enfermo, que tome acción para realizar aquello que quien está en el poder no hace. Mientras eso no pase, el pensamiento sobre ellos será el mismo de siempre, parasitario.


Visible por unos meses

Hacen falta líderes jóvenes, maduros o de la edad que sea, hace falta liderazgo que busque algo más allá del poder político, un mayor pensamiento crítico, un redescubrimiento histórico y sin duda un nacionalismo renovado que no sea sinónimo de proteccionismo, una lealtad ciega hacia lo justo. Inicia el 2020 y comienza a aceitarse la maquinaria electoral de los diferentes saqueadores de México (partidos políticos) que intentarán dar solución a problemas que ellos o sus antecesores posiblemente crearon o desatendieron.

En algunos meses nuevas asociaciones que se “preocuparan por ayudar y darle voz a quienes no tienen”, al menos por el tiempo que se tarde en saber quién se quedara con aquel rico, delicioso y codiciado pastel llamado poder político, saldrán de las sombras.

Bien por el desafortunado mal necesario que resulta la existencia de asociaciones hechas al vapor para buscar adeptos políticos, bien por las festividades que vendrán por el Día de Niño en las partes periféricas de la ciudad, donde se buscará posar de la mejor manera para las fotos en sus diferentes redes sociales, pues hay que ser honestos, al menos los invisibles se hacen visibles por algunos meses, aunque solo sean el medio para un fin.

La tarea de los nuevos líderes políticos es dejar de hacer lo que tanto le reprochan al actual presidente de la República, quejarse. Pues solo a queja y queja se la pasan intentando hacerle olvidar a los sanluisinos desastrosas gestiones estatales como las de “Memo” o la actual “Gober Preciosa”, así como un tal “Kikín” que parece haber imitado la gestión de conocido sonorense que nos ofreció un nuevo Sonora que nunca llegó, pero se replicó en Baja California.

Se ocupan líderes que reconozcan públicamente los errores del pasado y busquen un retorno al poder respaldado por la honestidad y humildad. Líderes que no emanen de conocidas familias locales que solo heredan el poder de sus padres para terminar manejando al capital humano del partido político a su antojo, prometiéndoles uno de los muchos “huesos” que tendrían a su disposición de ganar alguna contienda.

Líderes cuya mejor oposición no sea el sabotaje, sino el trabajo duro y de acción, porque a cada instante se les ve reprochando en redes en vez de actuar, ojalá las elecciones fueran cada año a nivel municipal, estatal y federal para que todos, oposición y poder en curso, vieran a las personas que solo existen previo a elecciones.

Partidos políticos de oposición, su momento llegó, utilicen su presupuesto que otorga la recaudación tributaria de los mexicanos para realizar lo que otros no hacen, vuélvanse de acción, de hechos, no promesas, pues éstas se diluyen como recursos públicos en cuentas de conocidos funcionarios acusados de su desvío.

No se pierde la esperanza que algún día cualquier partido político con su financiamiento público en vez de gastarlo en tonterías, pavimente una calle, haga un hospital, ponga drenaje, ayude con los gastos médicos a un enfermo, que tome acción para realizar aquello que quien está en el poder no hace. Mientras eso no pase, el pensamiento sobre ellos será el mismo de siempre, parasitario.