/ sábado 18 de septiembre de 2021

Los últimos años de AMLO

La cuenta regresiva continúa, la Cuarta Transformación liderada por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, entra a la parte de su clímax, rebasando la mitad de su mandato. 2022, 2023 y 2024 serán vitales para que los proyectos del presidente se concluyan y se consolide su movimiento.

El efecto AMLO continúa siendo imparable, muy al pesar de movimientos extraños dentro de la Cuarta Transformación, el ánimo y aprobación del presidente no decaen como se pretende hacer creer. Y es que el presidente ha sabido hasta ahorita ganarse la aprobación de su gente, de poco han servido los sin fin de movimientos opositores que han surgido, pareciera que el enamoramiento de México por Obrador habrá de acompañarlo más allá de la mitad de su gestión, tal vez incluso hasta el final de ésta.

Para Sonora ya no habrá excusas, los tres niveles de gobierno se pintaron guinda, es el momento que tanto se esperaba para que San Luis avance al siguiente nivel, se supone que al estar los tres niveles en sintonía el trabajo será eficiente, rápido y honesto.

Se viene la entrega de los proyectos insignia del presidente. El Aeropuerto Felipe Ángeles, el corredor del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas en Tabasco. De concluirse todo en tiempo y forma, dejará la estela demasiado alta para el siguiente presidente. Pero también demostraría que se pueden hacer grandes proyectos de desarrollo en un sexenio, pondría en evidencia a todos los mandatarios pasados y los venideros, pues si este hombre hizo esos proyectos en su mandato, por qué los demás solo se hicieron ricos y patos.

AMLO dejará a un país mal acostumbrado para la clase política que intentará tomar Los Pinos en 2024, ya que si en casi 6 años de mañaneras, rendición de cuentas, reportes semanales de proyectos para que los ciudadanos vean lo que se hace, no se hizo un hábito del mexicano no sólo votar, sino pedirles cuentas semanales a sus mandatarios, entonces nada lo hará.

El factor López Obrador dejó heridas de muerte a las grandes fuerzas políticas del país y de sus filas comenzó el éxodo de personajes de una reputación más que cuestionable. Aun con todo ello, la gente optó por dejar fuera de la mayoría de los cargos a los colores de siempre. El caso de Sonora con Durazo es impresionante, pues al Partido Acción Nacional le tomó décadas poder vestir de azul al estado, pero Morena consiguió desbancarlos en menos de seis años.

De lo que algo si se está seguro es que después de López posiblemente nunca se vuelva a tener a un presidente tan querido, idolatrado, repudiado por otros, y vigilado. Esperemos que después de López esa tendencia de “imparcialidad y objetividad” con la que se manejan muchos medios de comunicación, intelectuales, críticos, columnistas y demás, se quede para siempre con ellos y no se venda al mejor postor como presuntamente ha sucedido a lo largo de la historia.


La cuenta regresiva continúa, la Cuarta Transformación liderada por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, entra a la parte de su clímax, rebasando la mitad de su mandato. 2022, 2023 y 2024 serán vitales para que los proyectos del presidente se concluyan y se consolide su movimiento.

El efecto AMLO continúa siendo imparable, muy al pesar de movimientos extraños dentro de la Cuarta Transformación, el ánimo y aprobación del presidente no decaen como se pretende hacer creer. Y es que el presidente ha sabido hasta ahorita ganarse la aprobación de su gente, de poco han servido los sin fin de movimientos opositores que han surgido, pareciera que el enamoramiento de México por Obrador habrá de acompañarlo más allá de la mitad de su gestión, tal vez incluso hasta el final de ésta.

Para Sonora ya no habrá excusas, los tres niveles de gobierno se pintaron guinda, es el momento que tanto se esperaba para que San Luis avance al siguiente nivel, se supone que al estar los tres niveles en sintonía el trabajo será eficiente, rápido y honesto.

Se viene la entrega de los proyectos insignia del presidente. El Aeropuerto Felipe Ángeles, el corredor del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas en Tabasco. De concluirse todo en tiempo y forma, dejará la estela demasiado alta para el siguiente presidente. Pero también demostraría que se pueden hacer grandes proyectos de desarrollo en un sexenio, pondría en evidencia a todos los mandatarios pasados y los venideros, pues si este hombre hizo esos proyectos en su mandato, por qué los demás solo se hicieron ricos y patos.

AMLO dejará a un país mal acostumbrado para la clase política que intentará tomar Los Pinos en 2024, ya que si en casi 6 años de mañaneras, rendición de cuentas, reportes semanales de proyectos para que los ciudadanos vean lo que se hace, no se hizo un hábito del mexicano no sólo votar, sino pedirles cuentas semanales a sus mandatarios, entonces nada lo hará.

El factor López Obrador dejó heridas de muerte a las grandes fuerzas políticas del país y de sus filas comenzó el éxodo de personajes de una reputación más que cuestionable. Aun con todo ello, la gente optó por dejar fuera de la mayoría de los cargos a los colores de siempre. El caso de Sonora con Durazo es impresionante, pues al Partido Acción Nacional le tomó décadas poder vestir de azul al estado, pero Morena consiguió desbancarlos en menos de seis años.

De lo que algo si se está seguro es que después de López posiblemente nunca se vuelva a tener a un presidente tan querido, idolatrado, repudiado por otros, y vigilado. Esperemos que después de López esa tendencia de “imparcialidad y objetividad” con la que se manejan muchos medios de comunicación, intelectuales, críticos, columnistas y demás, se quede para siempre con ellos y no se venda al mejor postor como presuntamente ha sucedido a lo largo de la historia.