Fueron escenarios testigos de acontecimientos históricos sobre territorio sanluisino, desde arribo de contingente español, época misional, la “Fiebre del Oro”, navegación sobre el río Colorado y soñados emporios metropolitanos pretendieron someter bajo aristócratas a la pobrería.
Como número trece, les narro que en 1871, una popular indígena “Piel Roja”, llamada “Oruke”, hábil artista vendía curiosidades a viajeros sobre barcos del Colorado; amiga de Helen Hayes esposa de David C. Robinson, capitán de puerto Isabel, fue asesinada por un Cucapáh y vengada por otro miembro de la ranchería. Esto desbocó batalla general en el delta. Los jefes nativos solicitaron mediación a Robinson, deteniendo el conflicto recuperaron la paz. Como número catorce recordamos que Helen Hayes Robinson al abandonar Puerto Isabel en 1872, llevó como “niñera” para su hija Margaret a una muchacha Cucapáh que bautizó en San Francisco con el nombre de Dolly Varden; su familia siempre esperó retornara a la ranchería, inmediata al Puerto. Como número quince hablemos del maravillo sueño figurado entre 1924-1928, la Colorado River Land Company, pretendió construir una metrópoli, con ferrocarril y estación terminal con puerto a orillas del canal Santa Clara; se llamaría Port Otis, en honor de Harrizon Gray Otis, presidente de la compañía; pero al incumplir obligaciones en 1934, Lázaro Cárdenas canceló la concesión.
Refiere el número dieciséis que al agotarse el oro en California, mineros hurgaron montañas en Arizona, hallando precioso metal; entonces multitudes –evitando riesgos del desierto- convirtieron el Colorado en gran avenida, llegando a “placeres del oro”, surgiendo Puerto Isabel en 1865. Es el número diecisiete, lugar a donde llego Hernando de Alarcón enviado del virrey al desemboque del Colorado: agosto 20, 1540, sobre un alto paredón frente al Mar de Cortés, levantó oratorio a Nuestra Señora de la Buena Guía, por ser devoción del virrey. Refiere sitio diecisiete cuando apareció en 1537 fascinante notica sobre siete ciudades del Cíbola y la Gran Quivira, traída por Albar Núñez Cabeza de Baca, sobreviviente al naufragio de Pánfilo de Narváez, acaecido en 1527, empezando pugna entre Mendoza y Hernán Cortés, queriendo ser primero en llegar a conquistarlas. Cortés envió a Francisco de Ulloa quien tomó posesión del Colorado el 18 de septiembre de 1539, llamándole Ancón de San Andrés, retorna a la Nueva España. Mendoza envía expedición al mando de Hernando de Alarcón, desembarca en banda este del Colorado, llamando al baldío sonorense “Campo de la Cruz”, en agosto 22, 1540.