/ sábado 17 de julio de 2021

Michoacán

Continúan los enfrentamientos en un estado que desde hace varios años no conoce la paz. Si el difunto Doctor Mireles estuviera vivo, posiblemente volvería a la lucha. Algo que se le criticó mucho al gobierno de Enrique Peña Nieto fue su nula acción para ayudar a los michoacanos en contra de los cárteles, algo que ni el actual presidente López Obrador tampoco parece hacer.

¿Por qué debería preocuparles a los mexicanos los recientes acontecimientos violentos en Michoacán? Por la sencilla razón de que son un adelanto de lo que pudiera pasar en todos los estados del país. ¿Por qué el gobierno no da un golpe enérgico contra estos grupos? ¿Son los grupos delincuenciales más fuertes que la federación? Por supuesto que no, jamás un delincuente será más poderoso que un aparato gubernamental, nunca tendrá más armamento y mejor equipo que un gobierno, aquí la cuestión principal sería ¿por qué los dejan crecer tanto?

Las cosas en Michoacán han cambiado muy poco, ni la cuarta transformación ha logrado conseguirle a sus habitantes paz, pareciera que ya se hizo costumbre y se ve con normalidad que distintos grupos delictivos se peleen el territorio michoacano. Bloqueos, quema de autos, asesinatos, pobladores de las comunidades armados para defenderse de los presuntos delincuentes.

Empresarios extorsionados, agricultores amenazados y amordazados por los delincuentes quienes les despojan del fruto de su trabajo y todo es visto con normalidad. Michoacán es el ejemplo perfecto de un Estado fallido, donde ninguno de los tres poderes pareciera existir. ¿Abrazos no balazos? A largo plazo es una buena estrategia, pero ahorita dudo mucho que los pobladores de Aguililla detengan a quienes desean quitarles todo abrazándoles. ¿Cuál es el temor del gobierno por actuar enérgicamente en tierras michoacanas? ¿Que suceda algo como lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa? En realidad, no importa mucho, las personas en Michoacán ya no ven lo duro sino lo tupido, viven entre extorsiones, secuestros, enfrentamientos, levantones, abusos constantes y un sinfín de cosas más.

Es irónico los tiempos que se viven, mientras presuntos delincuentes suben videos con armas alardeando del equipo táctico que poseen, paseándose con sus autos de blindaje artesanal por las calles, nadie, absolutamente nadie, ninguna autoridad puede hacer nada por detenerlos, es más parece que ni les interesa. La estrategia de seguridad no funciona en Michoacán y es urgente que se genere una estrategia exclusivamente para atender la situación del estado y ayudar a sus pobladores quienes parecen no entrar en plan de la federación para ayudarles pues los enfrentamientos no cesan.

Otros estados del país comienzan a dar indicios de que la violencia subirá de intensidad. Guanajuato, Baja California Norte, Sonora, Tamaulipas, Guerrero, Chiapas, puros territorios donde abunda la riqueza en recursos naturales, mineros e hidrocarburos. Los mexicanos no se han dado cuenta que esos cárteles son grupos pagados, financiados para desestabilizar al país, buscan a través de ello la reconquista del territorio nacional. Todas las armas vienen del vecino país que desde siempre ha querido la abundante riqueza de estas tierras.


Continúan los enfrentamientos en un estado que desde hace varios años no conoce la paz. Si el difunto Doctor Mireles estuviera vivo, posiblemente volvería a la lucha. Algo que se le criticó mucho al gobierno de Enrique Peña Nieto fue su nula acción para ayudar a los michoacanos en contra de los cárteles, algo que ni el actual presidente López Obrador tampoco parece hacer.

¿Por qué debería preocuparles a los mexicanos los recientes acontecimientos violentos en Michoacán? Por la sencilla razón de que son un adelanto de lo que pudiera pasar en todos los estados del país. ¿Por qué el gobierno no da un golpe enérgico contra estos grupos? ¿Son los grupos delincuenciales más fuertes que la federación? Por supuesto que no, jamás un delincuente será más poderoso que un aparato gubernamental, nunca tendrá más armamento y mejor equipo que un gobierno, aquí la cuestión principal sería ¿por qué los dejan crecer tanto?

Las cosas en Michoacán han cambiado muy poco, ni la cuarta transformación ha logrado conseguirle a sus habitantes paz, pareciera que ya se hizo costumbre y se ve con normalidad que distintos grupos delictivos se peleen el territorio michoacano. Bloqueos, quema de autos, asesinatos, pobladores de las comunidades armados para defenderse de los presuntos delincuentes.

Empresarios extorsionados, agricultores amenazados y amordazados por los delincuentes quienes les despojan del fruto de su trabajo y todo es visto con normalidad. Michoacán es el ejemplo perfecto de un Estado fallido, donde ninguno de los tres poderes pareciera existir. ¿Abrazos no balazos? A largo plazo es una buena estrategia, pero ahorita dudo mucho que los pobladores de Aguililla detengan a quienes desean quitarles todo abrazándoles. ¿Cuál es el temor del gobierno por actuar enérgicamente en tierras michoacanas? ¿Que suceda algo como lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa? En realidad, no importa mucho, las personas en Michoacán ya no ven lo duro sino lo tupido, viven entre extorsiones, secuestros, enfrentamientos, levantones, abusos constantes y un sinfín de cosas más.

Es irónico los tiempos que se viven, mientras presuntos delincuentes suben videos con armas alardeando del equipo táctico que poseen, paseándose con sus autos de blindaje artesanal por las calles, nadie, absolutamente nadie, ninguna autoridad puede hacer nada por detenerlos, es más parece que ni les interesa. La estrategia de seguridad no funciona en Michoacán y es urgente que se genere una estrategia exclusivamente para atender la situación del estado y ayudar a sus pobladores quienes parecen no entrar en plan de la federación para ayudarles pues los enfrentamientos no cesan.

Otros estados del país comienzan a dar indicios de que la violencia subirá de intensidad. Guanajuato, Baja California Norte, Sonora, Tamaulipas, Guerrero, Chiapas, puros territorios donde abunda la riqueza en recursos naturales, mineros e hidrocarburos. Los mexicanos no se han dado cuenta que esos cárteles son grupos pagados, financiados para desestabilizar al país, buscan a través de ello la reconquista del territorio nacional. Todas las armas vienen del vecino país que desde siempre ha querido la abundante riqueza de estas tierras.