/ jueves 6 de febrero de 2020

PALCO DE ORO

SIGUE LA MATANZA ANDANDO


Considerando que a todos nos impacta saber de tantos asesinatos que se siguen generando a lo largo y ancho del país, demostrándose que no hay gobierno que logre mejorar ese problema y, los políticos como gobierno siguen tratando de culpar a los anteriores, pero a más de un año del actual gobierno federal y sus ideas no se nota todavía cambio alguno. La mayoría de los ciudadanos vivimos con el temor de ser lesionados en cualquier momento, según sitios donde nos desenvolvemos y con el temor de no estar en el lugar equivocado. En lo medular se considera que el delincuente o el que se atreve a delinquir, no les teme a las autoridades de ningún tipo o jerarquía. Este efecto se da por diversas razones y creció de forma desmedida que no es fácil encontrar el remedio con ocurrencias constantes sin que los que tienen el mando tengan ideas claras del problema. La corrupción de jueces, magistrados, agentes del ministerio público, policías, gobernantes, políticos, partidos son los principales causantes de este fenómeno criminal, ya que el olvido de funciones y acciones de gobierno para facilitar el desarrollo de la sociedad, se quedó en el olvido, pues solo ha importado hacerse de dinero aprovechándose del cargo que desempeñan, con muy pocas y raras excepciones. Los titulares de cada dependencia siguen las costumbres de los anteriores y no ponen atención a examinar cómo funciona cada departamento o dependencia, ni revisan los formatos ni procedimientos administrativos para comparar si están acordes a las exigencias de la sociedad actual. Todo gira en inventar contribuciones muchas de ellas vergonzantes, pero solo interesa recaudar a como dé lugar sin importar el daño a la población que no le alcanza para vivir, menos para pagar tantas cargas impositivas, muchas de ellas absurdas, ya que hasta ahora nadie se atreve a provocar la revisión del reparto de impuestos del 16% que se le carga a la población en cada compra de artículos que hace o servicios que recibe, es más sencillo inventar más impuestos. Estos efectos son multiplicadores de problemas, ya que el funcionario público que quiera hacer bien su trabajo, pero le niegan los recursos para tener lo necesario para prestar un trabajo normal, se desanima por una parte de realizar su trabajo bien y termina haciendo lo mismo que el anterior haciendo como que hacen y llevándose lo que pueden al cabo a nadie le importa.

Todo lo anterior que se menciona forma parte de efectos negativos que vienen de muchos años atrás y no se conoce ningún gobernante que intente hacer algo para cambiar las costumbres, salvo hablar tratando de que le crean sus buenas intenciones, pero haciendo lo mismo que todos los demás. Para hacer acciones como gobernante que tiendan a mejorar las cosas, se necesita conocer mucho de lo que sucede en la realidad, pero como no hay personajes dispuestos a sacrificarse en la cosa pública con los conocimientos de los padecimientos de la sociedad, solamente ideólogos e inventores de ideas que creen que con eso arreglan los problemas que se tienen, pues no, jamás lograrán demostrar mejoras o acciones distintas de los anteriores, por lo tanto, yo recomendaría un inicio de mejoría de la función pública, cuando el gobernante permita dialogar con sus gobernados, no querer imponerles sus ideas creyéndose ser los únicos pensadores y conocedores de los problemas que aquejan a la sociedad, olvidándose que los que somos ciudadanos comunes y gobernados que padecemos los estragos de tantos malos gobernantes, podríamos aportar ideas más eficaces para corregir el rumbo perdido.

SIGUE LA MATANZA ANDANDO


Considerando que a todos nos impacta saber de tantos asesinatos que se siguen generando a lo largo y ancho del país, demostrándose que no hay gobierno que logre mejorar ese problema y, los políticos como gobierno siguen tratando de culpar a los anteriores, pero a más de un año del actual gobierno federal y sus ideas no se nota todavía cambio alguno. La mayoría de los ciudadanos vivimos con el temor de ser lesionados en cualquier momento, según sitios donde nos desenvolvemos y con el temor de no estar en el lugar equivocado. En lo medular se considera que el delincuente o el que se atreve a delinquir, no les teme a las autoridades de ningún tipo o jerarquía. Este efecto se da por diversas razones y creció de forma desmedida que no es fácil encontrar el remedio con ocurrencias constantes sin que los que tienen el mando tengan ideas claras del problema. La corrupción de jueces, magistrados, agentes del ministerio público, policías, gobernantes, políticos, partidos son los principales causantes de este fenómeno criminal, ya que el olvido de funciones y acciones de gobierno para facilitar el desarrollo de la sociedad, se quedó en el olvido, pues solo ha importado hacerse de dinero aprovechándose del cargo que desempeñan, con muy pocas y raras excepciones. Los titulares de cada dependencia siguen las costumbres de los anteriores y no ponen atención a examinar cómo funciona cada departamento o dependencia, ni revisan los formatos ni procedimientos administrativos para comparar si están acordes a las exigencias de la sociedad actual. Todo gira en inventar contribuciones muchas de ellas vergonzantes, pero solo interesa recaudar a como dé lugar sin importar el daño a la población que no le alcanza para vivir, menos para pagar tantas cargas impositivas, muchas de ellas absurdas, ya que hasta ahora nadie se atreve a provocar la revisión del reparto de impuestos del 16% que se le carga a la población en cada compra de artículos que hace o servicios que recibe, es más sencillo inventar más impuestos. Estos efectos son multiplicadores de problemas, ya que el funcionario público que quiera hacer bien su trabajo, pero le niegan los recursos para tener lo necesario para prestar un trabajo normal, se desanima por una parte de realizar su trabajo bien y termina haciendo lo mismo que el anterior haciendo como que hacen y llevándose lo que pueden al cabo a nadie le importa.

Todo lo anterior que se menciona forma parte de efectos negativos que vienen de muchos años atrás y no se conoce ningún gobernante que intente hacer algo para cambiar las costumbres, salvo hablar tratando de que le crean sus buenas intenciones, pero haciendo lo mismo que todos los demás. Para hacer acciones como gobernante que tiendan a mejorar las cosas, se necesita conocer mucho de lo que sucede en la realidad, pero como no hay personajes dispuestos a sacrificarse en la cosa pública con los conocimientos de los padecimientos de la sociedad, solamente ideólogos e inventores de ideas que creen que con eso arreglan los problemas que se tienen, pues no, jamás lograrán demostrar mejoras o acciones distintas de los anteriores, por lo tanto, yo recomendaría un inicio de mejoría de la función pública, cuando el gobernante permita dialogar con sus gobernados, no querer imponerles sus ideas creyéndose ser los únicos pensadores y conocedores de los problemas que aquejan a la sociedad, olvidándose que los que somos ciudadanos comunes y gobernados que padecemos los estragos de tantos malos gobernantes, podríamos aportar ideas más eficaces para corregir el rumbo perdido.