/ lunes 16 de agosto de 2021

Polarización e infodemia

Siempre he sostenido que las redes sociales reflejan el pulso del sentir de la sociedad mexicana. Y en la actualidad, lo podemos observar con el tema de regreso a clases que ha convocado a un diálogo nacional, pero que lamentablemente naufraga en la polarización de ideas sin concretar acuerdos nacionales que nos permitan retomar las clases presenciales y, con ello, favorecer a un anhelado progreso social.

Es innegable que los mexicanos tenemos acceso a una gran cantidad de información, que si se le lograra convertir en aprendizaje sería el despegue de la conciencia de nuestra nación hacia el desarrollo. Pero la realidad dista mucho de la teoría, es decir, la información solo se tergiversa con la convicción de posicionar un pensamiento en los demás, defender una idea o imponerse en la conciencia colectiva de las redes sociales.

El exceso de información encuentra tierra fértil en la polarización de las ideas haciendo a un lado el análisis y mejora continua. Por lo anterior, como sociedad debemos avanzar para construir acuerdos que nos permitan debatir con la razón del argumento y no con las alabanzas o negaciones sistemáticas de una idea solo por quien la promueve.

El tema del regreso a clases es el ejemplo fiel de la polarización de las ideas con base exclusiva al exceso de información y consumo de contenidos generalizados, tendenciosamente armados y mal fundamentados. Las clases presenciales son la comidilla de los muros, comentarios y encuestas en páginas de redes sociales, mismas que solo buscan atraer tráfico para vender publicidad o por el simple ego de tener presencia en la virtualidad. Sin embargo, en ese tema crucial para el desarrollo y progreso del país se deja de lado la parte pedagógica y didáctica, que debería ser lo esencial, para todo centrarse en el discurso político y debate nacional.

Por otro lado, es esencial tomar en cuenta que uno de los deportes nacionales es la rumorología, misma que seguramente va a alimentar el morbo en el regreso a clases para dar una supuesta fuerza a los razonamientos; es decir, si se presentan casos o no de contagios en las escuelas, seguramente serán magnificados con fines de fundamentar la sentencia del tribunal popular: “Se los dije”.

Tal vez sea tiempo de volver a lo esencial y dejar que los padres de familia, alumnos y maestros sean los que en conjunto y de forma independiente, por cada grupo, tomen la decisión de regresar a clases presenciales; nadie mejor que ellos para saber la realidad de su contexto. ¡A cada chango su mecate!


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

Siempre he sostenido que las redes sociales reflejan el pulso del sentir de la sociedad mexicana. Y en la actualidad, lo podemos observar con el tema de regreso a clases que ha convocado a un diálogo nacional, pero que lamentablemente naufraga en la polarización de ideas sin concretar acuerdos nacionales que nos permitan retomar las clases presenciales y, con ello, favorecer a un anhelado progreso social.

Es innegable que los mexicanos tenemos acceso a una gran cantidad de información, que si se le lograra convertir en aprendizaje sería el despegue de la conciencia de nuestra nación hacia el desarrollo. Pero la realidad dista mucho de la teoría, es decir, la información solo se tergiversa con la convicción de posicionar un pensamiento en los demás, defender una idea o imponerse en la conciencia colectiva de las redes sociales.

El exceso de información encuentra tierra fértil en la polarización de las ideas haciendo a un lado el análisis y mejora continua. Por lo anterior, como sociedad debemos avanzar para construir acuerdos que nos permitan debatir con la razón del argumento y no con las alabanzas o negaciones sistemáticas de una idea solo por quien la promueve.

El tema del regreso a clases es el ejemplo fiel de la polarización de las ideas con base exclusiva al exceso de información y consumo de contenidos generalizados, tendenciosamente armados y mal fundamentados. Las clases presenciales son la comidilla de los muros, comentarios y encuestas en páginas de redes sociales, mismas que solo buscan atraer tráfico para vender publicidad o por el simple ego de tener presencia en la virtualidad. Sin embargo, en ese tema crucial para el desarrollo y progreso del país se deja de lado la parte pedagógica y didáctica, que debería ser lo esencial, para todo centrarse en el discurso político y debate nacional.

Por otro lado, es esencial tomar en cuenta que uno de los deportes nacionales es la rumorología, misma que seguramente va a alimentar el morbo en el regreso a clases para dar una supuesta fuerza a los razonamientos; es decir, si se presentan casos o no de contagios en las escuelas, seguramente serán magnificados con fines de fundamentar la sentencia del tribunal popular: “Se los dije”.

Tal vez sea tiempo de volver a lo esencial y dejar que los padres de familia, alumnos y maestros sean los que en conjunto y de forma independiente, por cada grupo, tomen la decisión de regresar a clases presenciales; nadie mejor que ellos para saber la realidad de su contexto. ¡A cada chango su mecate!


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com