/ martes 16 de noviembre de 2021

Política y amor: ¿Gran distancia?

Las singularidades de la liturgia política se han develado, una vez más, en las semanas anteriores. Sería difícil encontrar similitudes al comportamiento de la clase política y del análisis de ésta en otras orbes del planeta. Sin embargo, ¿las rarezas qué tanto pueden contribuir al desarrollo y progreso de nuestro amado México? Esa es la cuestión que debería de mantenernos ocupados a todos y no tanto el circo político que se pueda armar.

La renuncia del ahora extitular de la laureada Unidad Inteligencia Financiera es un tema de gran fondo en la materia de la vida pública nacional. Un acto de romance al que todos estamos expuestos no debería de ser el motivo de la renuncia de un funcionario, pero la costumbre y herencia de malas administraciones hacen que la desconfianza se vuelva presente en todo acto público o privado. Es comprensible la crítica que hizo el presidente sobre la boda del extitular y una consejera del INE, sobre todo, cuando se ha desvivido en, al menos, tratar de enviar un mensaje duro contra los excesos de un viejo régimen que se niega a morir. Y en ese sentido, la boda enrarecida por la fastuosidad dejó mal parado al movimiento de la 4T, por lo que la renuncia fue una salida decorosa.

De lo anterior, llama la atención la gran frase que acuñó el ahora marido: “Mi lealtad con el presidente… Mi amor con…”. Sin embargo, solo fue el corolario de un trabajo muy admirado por la sociedad y demasiado odiado por la delincuencia organizada (en algunos grupúsculos). El tema dará para muchos análisis, pero el país debe de avanzar y con la llegada del nuevo titular que, también le sabe al tema político, se esperan que se sigan dando resultados en una materia en donde hay mucha tela que cortar. El sucesor del puesto, al menos en sus primeras declaraciones, ya le ha abonado al chismorreo con sus declaraciones de combatir al Estado corrupto.

La suspensión de la libertad condicional de unos de los actores principales en la gran investigación contra la corrupción, por el hecho de asistir a un lujoso restaurante es otro claro ejemplo del cómo las formas influyen en el actuar de nuestro sistema de gobierno. Es innegable que la vida privada de los funcionarios públicos cada vez está minimizada por el sistema político. Así que, el amor y los lujos por muy privados que sean, siempre estarán en el ojo del huracán de nuestros gobernantes, la gran pregunta es: ¿Para bien o para mal?


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

Las singularidades de la liturgia política se han develado, una vez más, en las semanas anteriores. Sería difícil encontrar similitudes al comportamiento de la clase política y del análisis de ésta en otras orbes del planeta. Sin embargo, ¿las rarezas qué tanto pueden contribuir al desarrollo y progreso de nuestro amado México? Esa es la cuestión que debería de mantenernos ocupados a todos y no tanto el circo político que se pueda armar.

La renuncia del ahora extitular de la laureada Unidad Inteligencia Financiera es un tema de gran fondo en la materia de la vida pública nacional. Un acto de romance al que todos estamos expuestos no debería de ser el motivo de la renuncia de un funcionario, pero la costumbre y herencia de malas administraciones hacen que la desconfianza se vuelva presente en todo acto público o privado. Es comprensible la crítica que hizo el presidente sobre la boda del extitular y una consejera del INE, sobre todo, cuando se ha desvivido en, al menos, tratar de enviar un mensaje duro contra los excesos de un viejo régimen que se niega a morir. Y en ese sentido, la boda enrarecida por la fastuosidad dejó mal parado al movimiento de la 4T, por lo que la renuncia fue una salida decorosa.

De lo anterior, llama la atención la gran frase que acuñó el ahora marido: “Mi lealtad con el presidente… Mi amor con…”. Sin embargo, solo fue el corolario de un trabajo muy admirado por la sociedad y demasiado odiado por la delincuencia organizada (en algunos grupúsculos). El tema dará para muchos análisis, pero el país debe de avanzar y con la llegada del nuevo titular que, también le sabe al tema político, se esperan que se sigan dando resultados en una materia en donde hay mucha tela que cortar. El sucesor del puesto, al menos en sus primeras declaraciones, ya le ha abonado al chismorreo con sus declaraciones de combatir al Estado corrupto.

La suspensión de la libertad condicional de unos de los actores principales en la gran investigación contra la corrupción, por el hecho de asistir a un lujoso restaurante es otro claro ejemplo del cómo las formas influyen en el actuar de nuestro sistema de gobierno. Es innegable que la vida privada de los funcionarios públicos cada vez está minimizada por el sistema político. Así que, el amor y los lujos por muy privados que sean, siempre estarán en el ojo del huracán de nuestros gobernantes, la gran pregunta es: ¿Para bien o para mal?


@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com