/ sábado 16 de enero de 2021

Presunto culpable

Las instituciones de justicia en México, como ya es costumbre, quedan a deber. La exoneración del general Cienfuegos sin duda alguna es un golpe duro en el mensaje que ha intentado mandar el actual presidente de México en cada oportunidad que tiene, atacar la corrupción e impunidad. Si algún capo de la droga preso en Estados Unidos fuera extraditado, posiblemente saldría libre o tendría una risible condena.

Pero qué sucede con la justicia en México que parece solo aplicar contra los presuntos delincuentes pobres o de bajo estándar, mientras a los de “cuello blanco” por alguna extraña razón siempre los ministerios públicos y dependencias parecen realizar el expediente de investigación con todas las ganas que el imputado quede libre.

Falta tener esa extraña suerte de la que solo cuentan los personajes mexicanos en el mundo, ni los grandes presuntos capos extranjeros que han tenido bajo investigación han podido librarse de las garras acusatorias de la DEA, en cambio los mexicanos demuestran tener todo para sacudirse una investigación por dicha agencia de poco más de 10 años, algo que a la Fiscalía Mexicana le bastaron solamente algunos meses para no encontrar elementos suficientes que pusieran al presunto delincuente tras las rejas.

En este momento en Washington sale humo de la Casa Blanca y no porque estén haciendo una carnita asada, sino porque no comprenden cómo el personaje llamado “El Padrino” aparentemente se salió con la suya y derrotó a las endebles autoridades mexicanas, poniendo a nivel internacional en vilo y en cuestionamiento, si las investigaciones realizadas por la DEA son sólidas o cualquier institución de “justicia” del mundo, puede encontrar vicios y deficiencias en sus carpetas de investigación, pone en duda el profesionalismo de la agencia estadounidense.

Hay que ver quiénes son los abogados de este personaje, chance si se lo presta o presenta a “Javidu”, César “N” o Javier “N”, salgan libres como el viento, de igual manera que le eche la mano a Rosario “N”, porque sin duda alguna es un abogado que todos los presuntos delincuentes de “cuello blanco” querrán tener, pues su cliente hoy en día puede sentirse aliviado, libre y feliz.

Lo que acaba de suceder con la Fiscalía y su resolución opaca todo lo que el gobierno de Andrés Manuel ha realizado durante su gestión, pero sin duda será otra de las grandes manchas que tendrá su administración, esto y el famoso culiacanazo quedarán vigentes, además opositores al presidente no dejarán de mencionarlo constantemente y se entiende que lo hagan.

Las palabras se las lleva el viento, combatir la corrupción e impunidad debe dejar de ser discurso y convertirse en realidad, porque si el estandarte de su mandato es combatirla, ya es momento de fortalecer instituciones, ministerios y autoridades para que las cosas en verdad cambien, es momento que el Poder Legislativo y sociedad presionen para legislar uno de los tres poderes que ha sido excluido de esa transformación, el Poder Judicial.


Las instituciones de justicia en México, como ya es costumbre, quedan a deber. La exoneración del general Cienfuegos sin duda alguna es un golpe duro en el mensaje que ha intentado mandar el actual presidente de México en cada oportunidad que tiene, atacar la corrupción e impunidad. Si algún capo de la droga preso en Estados Unidos fuera extraditado, posiblemente saldría libre o tendría una risible condena.

Pero qué sucede con la justicia en México que parece solo aplicar contra los presuntos delincuentes pobres o de bajo estándar, mientras a los de “cuello blanco” por alguna extraña razón siempre los ministerios públicos y dependencias parecen realizar el expediente de investigación con todas las ganas que el imputado quede libre.

Falta tener esa extraña suerte de la que solo cuentan los personajes mexicanos en el mundo, ni los grandes presuntos capos extranjeros que han tenido bajo investigación han podido librarse de las garras acusatorias de la DEA, en cambio los mexicanos demuestran tener todo para sacudirse una investigación por dicha agencia de poco más de 10 años, algo que a la Fiscalía Mexicana le bastaron solamente algunos meses para no encontrar elementos suficientes que pusieran al presunto delincuente tras las rejas.

En este momento en Washington sale humo de la Casa Blanca y no porque estén haciendo una carnita asada, sino porque no comprenden cómo el personaje llamado “El Padrino” aparentemente se salió con la suya y derrotó a las endebles autoridades mexicanas, poniendo a nivel internacional en vilo y en cuestionamiento, si las investigaciones realizadas por la DEA son sólidas o cualquier institución de “justicia” del mundo, puede encontrar vicios y deficiencias en sus carpetas de investigación, pone en duda el profesionalismo de la agencia estadounidense.

Hay que ver quiénes son los abogados de este personaje, chance si se lo presta o presenta a “Javidu”, César “N” o Javier “N”, salgan libres como el viento, de igual manera que le eche la mano a Rosario “N”, porque sin duda alguna es un abogado que todos los presuntos delincuentes de “cuello blanco” querrán tener, pues su cliente hoy en día puede sentirse aliviado, libre y feliz.

Lo que acaba de suceder con la Fiscalía y su resolución opaca todo lo que el gobierno de Andrés Manuel ha realizado durante su gestión, pero sin duda será otra de las grandes manchas que tendrá su administración, esto y el famoso culiacanazo quedarán vigentes, además opositores al presidente no dejarán de mencionarlo constantemente y se entiende que lo hagan.

Las palabras se las lleva el viento, combatir la corrupción e impunidad debe dejar de ser discurso y convertirse en realidad, porque si el estandarte de su mandato es combatirla, ya es momento de fortalecer instituciones, ministerios y autoridades para que las cosas en verdad cambien, es momento que el Poder Legislativo y sociedad presionen para legislar uno de los tres poderes que ha sido excluido de esa transformación, el Poder Judicial.