/ sábado 20 de febrero de 2021

Qué cosas suceden… con el apagón

México no es Venezuela, un dólar no vale 30 pesos o más, hasta este momento no se han ido los cientos o millones de personas que huirían si “ANLO el Dictador” ganaba la presidencia. Eso sí, la gasolina ha tenido aumentos en los últimos días, hubo fallas de electricidad en algunos estados del Norte mexicano. Quién pensaría que una tormenta pondría en vilo la tan cuestionable reforma energética.

El tema de electrificación en el país es demasiado complejo, al grado que no alcanzaría una columna para abordarlo como debe ser, por ello solo se abordarán algunos tópicos, pero se deja carta abierta a la investigación de la audiencia con tan complejo tema.

Muchos se rieron cuando un hombre hablaba sobre la “soberanía energética”, en tiempos de globalización quién necesita producir su propia energía, nadie seguramente. Al parecer, eso pensaron los inmiscuidos en la reforma energética y es que en otras partes del orbe, el sector energético es rentable, menos en México. Por alguna extraña razón en México los trenes no deben funcionar, tampoco refinar petróleo. Producir combustible o diesel, para qué, se tiene al vecino que puede proveernos de todo el energético necesario, no hay que molestarse, en este mundo globalizado, es normal, hay que depender de todos… y pues “mole María”, que llega la mega tormenta con el vecino incómodo y cierra la llave del gas, además da la orden de no vender gas al extranjero.

Mientras tanto, los mexicanos empiezan a ver las ventajas de la reforma energética en su máximo esplendor, pues en efecto gracias a esta bajo, pero la palanca de la electricidad y comenzaron los apagones y pues “qué cosas suceden con el apagón” que el país comienza a paralizarse. Los parques industriales mexicanos y las plantas armadoras detienen labores por falta de gas, sectores productores de tortilla y pan anuncian que bajarán la producción porque el gas natural comienza a escasear, mientras tanto el gobierno mexicano pide que racionemos unas horas al día el consumo de electricidad en lo que echa a andar sus plantas de carbón y combustóleo porque gas natural no hay en este momento.

Oposición, medios mercenarios de la comunicación, así como periodistas vendidos, comienzan a desinformar a la ciudadanía, todos saben quién es el culpable de este desastre, eso sí olvidan que cuando ellos fueron gobierno debilitaron cuanto pudieron a Pemex y CFE, años en el poder y nunca se les ocurrieron las grandes soluciones que ahora con tanta sapiencia presumen.

Es difícil darse cuenta que el día que Estados Unidos quiera doblegar a México, le basta con algo tan sencillo como cerrar la llave del gas y así poner a temblar al país entero.

Si le molesta los apagones y escasez de gas natural, enójese con usted que durante décadas permitió que infinidad de pelafustanes gobernaran, porque sin importar quien esté al frente, mientras el mexicano siga extrañando a quienes robaban pero dejaban robar y continúe dejando su destino en manos de quienes desean verlo pobre y jodido, no importa cuándo ni dónde, seguirá comiéndose el camote que sembró.


México no es Venezuela, un dólar no vale 30 pesos o más, hasta este momento no se han ido los cientos o millones de personas que huirían si “ANLO el Dictador” ganaba la presidencia. Eso sí, la gasolina ha tenido aumentos en los últimos días, hubo fallas de electricidad en algunos estados del Norte mexicano. Quién pensaría que una tormenta pondría en vilo la tan cuestionable reforma energética.

El tema de electrificación en el país es demasiado complejo, al grado que no alcanzaría una columna para abordarlo como debe ser, por ello solo se abordarán algunos tópicos, pero se deja carta abierta a la investigación de la audiencia con tan complejo tema.

Muchos se rieron cuando un hombre hablaba sobre la “soberanía energética”, en tiempos de globalización quién necesita producir su propia energía, nadie seguramente. Al parecer, eso pensaron los inmiscuidos en la reforma energética y es que en otras partes del orbe, el sector energético es rentable, menos en México. Por alguna extraña razón en México los trenes no deben funcionar, tampoco refinar petróleo. Producir combustible o diesel, para qué, se tiene al vecino que puede proveernos de todo el energético necesario, no hay que molestarse, en este mundo globalizado, es normal, hay que depender de todos… y pues “mole María”, que llega la mega tormenta con el vecino incómodo y cierra la llave del gas, además da la orden de no vender gas al extranjero.

Mientras tanto, los mexicanos empiezan a ver las ventajas de la reforma energética en su máximo esplendor, pues en efecto gracias a esta bajo, pero la palanca de la electricidad y comenzaron los apagones y pues “qué cosas suceden con el apagón” que el país comienza a paralizarse. Los parques industriales mexicanos y las plantas armadoras detienen labores por falta de gas, sectores productores de tortilla y pan anuncian que bajarán la producción porque el gas natural comienza a escasear, mientras tanto el gobierno mexicano pide que racionemos unas horas al día el consumo de electricidad en lo que echa a andar sus plantas de carbón y combustóleo porque gas natural no hay en este momento.

Oposición, medios mercenarios de la comunicación, así como periodistas vendidos, comienzan a desinformar a la ciudadanía, todos saben quién es el culpable de este desastre, eso sí olvidan que cuando ellos fueron gobierno debilitaron cuanto pudieron a Pemex y CFE, años en el poder y nunca se les ocurrieron las grandes soluciones que ahora con tanta sapiencia presumen.

Es difícil darse cuenta que el día que Estados Unidos quiera doblegar a México, le basta con algo tan sencillo como cerrar la llave del gas y así poner a temblar al país entero.

Si le molesta los apagones y escasez de gas natural, enójese con usted que durante décadas permitió que infinidad de pelafustanes gobernaran, porque sin importar quien esté al frente, mientras el mexicano siga extrañando a quienes robaban pero dejaban robar y continúe dejando su destino en manos de quienes desean verlo pobre y jodido, no importa cuándo ni dónde, seguirá comiéndose el camote que sembró.