Mientras la cosecha algodonera continúa en el valle de San Luis, surgen resultados en cuanto a precios pactados por empresas despepitadoras con compradores, de acuerdo con los productores de la fibra.
Uno de los agricultores que han finalizado de piscar su algodón en este sanluisino valle comentó al reportero que cerró su negocio de venta en los 66.65 dólares por quintal, a lo que se descontaron 3.50 por concepto de intermediación, quedando en 63.15.
Señalaba el agricultor Felipe Gómez que de esa manera la paca del también llamado "oro blanco" se pagaría en los 315.75 “billetes verdes”, siempre y cuando se clasificara calidad Strict Midling, la máxima en la escala que usan los técnicos.
Apenas se ha estado entregando la fibra en plantas despepitadoras como de la Sociedad Cooperativa Alfredo V. Bonfil y Pamsa, llevándose la mayor parte la agroindustria local, que es la primera de estas dos.
En cuanto al promedio que se ha registrado en las labores de colecta de algodón, todavía está pendiente porque no termina la pisca, pero al menos en el de Felipe Gómez fue finalmente de 6.5 pacas por hectárea cosechada.
Cambiando de tema estimados y finos amigos lectores, nos vamos al otro cultivo que junto al algodón es de más tradición en el valle de San Luis Río Colorado y se trata del trigo, que en los últimos años ha tenido una serie de altibajos por los precios irrisorios que se dan en el mercado.
Como señalamos en anteriores ocasiones, el apoyo se da solamente a 100 toneladas por productor, restringido al grano harinero, cuanto antes era sin límites e incluía al Grupo 5 de exportación, pero al considerar la presente administración que era financiar a consumidores extranjeros lo quitó hasta nuevo aviso.
Pero al parecer en este año se ha generalizado una corazonada que al reportarse poca superficie en los últimos ciclos con el grano, se pueda dar un brinco en el precio en el mercado mundial por el que se rige el nacional provocando la intención de sembrarlo tras levantar el algodón.
Muchas gracias por la atención prestada estimados lectores. Que DIOS me los bendiga enormemente y hasta el miércoles, si él lo permite.
Bye, bye.
