/ sábado 29 de agosto de 2020

Resurgimiento

“Eres como un hombre que fue inmensamente rico, pero que olvidó todo su pasado. Es como si te hubieran pegado en la cabeza, no tienes memoria de lo que eres. Te lo hicieron. Te borraron la mente. Si recordaras lo que eres, todas las naciones te tendrían miedo. Los aztecas eran terribles, un imperio. Quién sabe. Tal vez algún día vuelvas a resurgir como Huitzilopochtli para defender a tu México”: Secreto 1910, Leopoldo Mendívil López.

Los mexicanos han olvidado todo, no saben quiénes son, de dónde provienen y mucho menos a dónde van. Décadas de lo que pareciera una estrategia maquiavélica para que la identidad nacional se fragmentara, para que la sociedad se dividiera y olvidara completamente quién era, parecen haber surtido un efecto que narcotiza, anula y elimina la capacidad de memoria a largo plazo, dejando ni un ápice de lo que alguna vez fuimos.

Quienes no pertenecen a un partido político son fácilmente persuadidos por los que han visto afectados sus intereses con el actuar del gobierno actual a nivel federal.

Quienes vendieron las riquezas del país desataron una guerra frontal sangrienta en contra del crimen organizado, devaluaron varias veces el peso, vendieron Bancos, privatizaron telecomunicaciones e invirtieron miles de millones en publicidad en medios de comunicación para promover la aceptación de una reforma que vendió una de las pocas riquezas que aún eran del pueblo de México, el petróleo.

Sí, ahora todos los que endeudaron al país vendieron su riqueza, convirtieron el territorio en un campo de batalla y ahora ellos te dicen que tienen la solución a los mismos problemas que crearon.

Hay que tener memoria histórica y política, no podemos ni debemos estar del lado de quienes despojaron al pueblo de México de casi toda la riqueza que tenía. Se debe recuperar esa memoria histórica y política que ha sido arrebatada y reemplazada por un anti nacionalismo garrafal.

Parece que ser mexicano y defender la riqueza de todos resulta antipatriótico. Te han adoctrinado para odiar tus raíces y para avergonzarte y repudiar a los descendientes de un imperio que era valiente, inteligente, ordenado, disciplinado, toda una civilización digna de orgullo, respeto y admiración.

No olvides, no repudies, recuerda, vuelve a las raíces de lo que eras, defiende cabalmente lo poco que aún queda, aquella riqueza que no se ha podido hipotecar o vender.

Es el momento de resurgir como Huitzilopochtli, de ponerle un alto a quienes siguen viviendo de las desgracias del pueblo de México y venden esperanzadoras soluciones a los problemas que emanan de sus pésimas gestiones para continuar su hegemonía y seguir viviendo de los recursos que el pueblo aporta.

El 2021 deberá ser el momento en que los mexicanos resurjan como Huitzilopochtli y no se dejen embaucar por líderes políticos que desean continuar dividiendo a los mexicanos para quedarse con la riqueza que es de todos, ya no basta con votar, hay que involucrarse en la política para vigilar y cuidar los intereses del pueblo, porque quienes son elegidos para cuidarlo terminan vendiéndolo al mejor postor o hipotecándolo.


“Eres como un hombre que fue inmensamente rico, pero que olvidó todo su pasado. Es como si te hubieran pegado en la cabeza, no tienes memoria de lo que eres. Te lo hicieron. Te borraron la mente. Si recordaras lo que eres, todas las naciones te tendrían miedo. Los aztecas eran terribles, un imperio. Quién sabe. Tal vez algún día vuelvas a resurgir como Huitzilopochtli para defender a tu México”: Secreto 1910, Leopoldo Mendívil López.

Los mexicanos han olvidado todo, no saben quiénes son, de dónde provienen y mucho menos a dónde van. Décadas de lo que pareciera una estrategia maquiavélica para que la identidad nacional se fragmentara, para que la sociedad se dividiera y olvidara completamente quién era, parecen haber surtido un efecto que narcotiza, anula y elimina la capacidad de memoria a largo plazo, dejando ni un ápice de lo que alguna vez fuimos.

Quienes no pertenecen a un partido político son fácilmente persuadidos por los que han visto afectados sus intereses con el actuar del gobierno actual a nivel federal.

Quienes vendieron las riquezas del país desataron una guerra frontal sangrienta en contra del crimen organizado, devaluaron varias veces el peso, vendieron Bancos, privatizaron telecomunicaciones e invirtieron miles de millones en publicidad en medios de comunicación para promover la aceptación de una reforma que vendió una de las pocas riquezas que aún eran del pueblo de México, el petróleo.

Sí, ahora todos los que endeudaron al país vendieron su riqueza, convirtieron el territorio en un campo de batalla y ahora ellos te dicen que tienen la solución a los mismos problemas que crearon.

Hay que tener memoria histórica y política, no podemos ni debemos estar del lado de quienes despojaron al pueblo de México de casi toda la riqueza que tenía. Se debe recuperar esa memoria histórica y política que ha sido arrebatada y reemplazada por un anti nacionalismo garrafal.

Parece que ser mexicano y defender la riqueza de todos resulta antipatriótico. Te han adoctrinado para odiar tus raíces y para avergonzarte y repudiar a los descendientes de un imperio que era valiente, inteligente, ordenado, disciplinado, toda una civilización digna de orgullo, respeto y admiración.

No olvides, no repudies, recuerda, vuelve a las raíces de lo que eras, defiende cabalmente lo poco que aún queda, aquella riqueza que no se ha podido hipotecar o vender.

Es el momento de resurgir como Huitzilopochtli, de ponerle un alto a quienes siguen viviendo de las desgracias del pueblo de México y venden esperanzadoras soluciones a los problemas que emanan de sus pésimas gestiones para continuar su hegemonía y seguir viviendo de los recursos que el pueblo aporta.

El 2021 deberá ser el momento en que los mexicanos resurjan como Huitzilopochtli y no se dejen embaucar por líderes políticos que desean continuar dividiendo a los mexicanos para quedarse con la riqueza que es de todos, ya no basta con votar, hay que involucrarse en la política para vigilar y cuidar los intereses del pueblo, porque quienes son elegidos para cuidarlo terminan vendiéndolo al mejor postor o hipotecándolo.